¡Santa, soy Lalisa Manoban!

Invernadero de verdades.

Al llegar a casa de Taehyung son más de las nueve de la noche, así que su familia estaba durmiendo cuando llegamos.
Al entrar, tal y como pasó en el auto, evito hablar con él más de lo necesario. Al terminar de subir las escaleras junto a él, básicamente salgo corriendo hacia mi habitación sin decir una palabra. A pesar de eso, Taehyung no me pregunta al respecto, y se lo agradezco enormemente. Por ahora lo que necesito es tomar un baño y despejarme.

Al entrar en la habitación me tiro sobre la cama y me quedo allí durante varios minutos, reviso algunos mensajes de papá y de Jungkook. La mayoría de los mensajes de Jungkook son audios de él hablando sobre Canadá, y de lo mucho que le ha gustado. Yo le digo que disfrute, pues ya no nos queda mucho tiempo de felicidad. Porque pronto comenzará el horrible concurso al que Jisoo nos obligó a inscribirnos.

Después de tomar un baño y cepillarme los dientes, vuelvo a la cama para leer un rato antes de dormir. Y, sin embargo, ni siquiera puedo concentrarme en lo que estoy leyendo, repito la misma página una y otra vez sin lograr entender. Además, el libro es tan hermoso y triste que no me está ayudando, pues no quiero volver a llorar.
Cuando reviso la hora es casi medianoche, y ni siquiera tengo sueño. Hundo la cabeza en la almohada para ahogar un grito, hasta que se me ocurre una idea.

No dije que fuera una buena idea, pero al menos salí de la cama. Estoy deambulando por el jardín y hace un frío espantoso, pero al menos puedo relajarme y pensar en todo lo qué pasó, estar en la habitación me estaba sofocando y terminaría por sacarme los ojos del estrés allí dentro.

Al final termino dentro del invernadero de la madre de Taehyung, la verdad es que no hay tantas plantas como las hay en un invernadero normal. Es más como si fuera un espacio para relajarse, hay dos sillones e incluso una mesa. Según recuerdo ella dijo que este era su lugar favorito de la casa, el que más extrañaba estando en Daegu. Ahora ya puedo entender sus razones, debió construirlo para huir del caos y tener un espacio para ella.

Me siento en uno de los sillones, en medio de la oscuridad y viendo al cielo a través del vidrio del techo. Es increíble, es como estar afuera pero sin tener frío. Me quedo allí mucho tiempo, esperando que me de sueño para volver.
Al menos eso hago hasta que alguien toca mi hombro, casi provocándome un infarto, ¿podría un asesino entrar en esta casa? ¿Pero por qué un asesino me tocaría el hombro? Sería más inteligente simplemente atacar por sorpresa, pero me volteo y allí está Taehyung, sonríe y se siente a mi lado.

—¿Cómo sabías que estaba aquí? —le digo sin apartar la mirada del cielo.

—Fui a buscarte a tu habitación, pero no estabas allí. Así que supuse que habías salido, y que habías entrado aquí —lo escucho suspirar pesadamente —. Quería hablar contigo. Sé que no estás actuando de esta manera porque extrañas a tu padre, ¿ha pasado algo?

Aún si quisiera mentir de nuevo creo que ha sido tonto evitarlo, rehuir del tema no hará ningún bien a este punto, así que lo dejo salir tal y como se me viene a la mente. Sin verdades a medias.

—Me mentiste —luego niego escogiendo mejor mis palabras —. O al menos ocultaste la verdad sobre algo —me giro para mirarlo —. Y me he estado sintiendo como una tonta todo el día.

—Lisa, pero... —su voz muere por algunos segundos, como si estuviera pensando lo que debería contestar.

—Está bien, ¿sabes? No estoy molesta de lo que me enteré, creo que estoy molesta porque no me lo contaste —suspiro —. Yo te he contado básicamente todo sobre mí, y no es que esté esperando que me cuentes todo sobre tu vida o que no tengas privacidad. Es solo que creo que eso deberías habérmelo dicho. Está bien si tuviste novias antes de mí, de verdad. Pero si ella estuvo con nosotros todo el día creo que hubiese sido cortes decírmelo. Y también hubiese sido cortes que no ignoraras a tu antigua novia desde que te fuiste.