Te ve como al kimchi

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Taehyung estaciona el auto en el área más cercana a la cafetería, pero aún así debemos caminar. Al bajar del auto, inmediatamente siento el frío en cada parte de mi cuerpo.
Taehyung me da la mano y yo la tomo mientras comenzamos a caminar, los nervios creciendo en mi interior con cada paso que nos acerca al lugar.

—Mi querida, ¿planeas dejarme sin mano? —susurra riéndose —. Debería preocuparte, porque es la derecha y la más ágil.

—Cállate, Taehyung.

A pesar de mis palabras, aflojo el agarre de su mano un poco. Pero no pierdo la oportunidad de empujarlo por su indecoro.

—Puedes estar tranquila, de verdad —asegura besando mi mejilla

—No puedo, Tae. Dime cosas sobre Jimin antes de que entremos, necesito información antes de empezar esta misión —mi voz suena a suplica.

Él se detiene, y me gira por la cintura. Para quedar uno frente al otro.

—Bien —dice pensativo —. Es un poco mimado y le gusta ser el centro de atención. Pero no lo desestimes por eso, después de todo no es su culpa, sus padres lo criaron así.

—Jamás lo juzgaría por algo como eso, pero anotado. ¿Algo más que deba saber? —él lo piensa unos segundos.

—De hecho, hay algo más. Si quieres evitar darle celos vas a tener que dejar de ser tan bonita —se encoge de hombre y comienza a caminar de nuevo.

—¿Qué? —aprieto su mano y él se queja.

—Es broma, es broma —yo vuelvo a aflojar y escucho su suspiro —. Es una persona increíble, ya verás. Dile que es guapo y ya lo tendrás ganado.

—¿Si digo eso seremos amigos? —cuestiono riéndome.

—Eso mismo —dice abriendo la puerta del local, luego siento un beso suyo en la frente —. Allí están.

El lugar es muy bonito, en su mayoría lleno de colores claros, pero aún se siente acogedor.
Me giro hacia una de las pocas mesas ocupadas, y un chico de cabello rubio agita las manos hacia nosotros. En efecto, parece salido de una revista. ¿Cómo se supone que le voy a simpatizar? Yo, que compro mi ropa en línea y que jamás he comprado en tiendas costosas de alta gama. Este chico posiblemente no sale de tiendas como Chanel.
A su lado hay una chica pelinegra, también sonriendo. Taehyung me susurra al oído que son Jimin y Rosé.
Comenzamos a caminar hasta ellos. Jimin se levanta y abraza a Tae sin previo aviso.

—Ha pasado una eternidad, Taehyung—dice cruzándose de brazos, luego parece percatarse de mi presencia, porque sonríe —. Tú debes ser Lalisa Manoban, tienes un nombre muy peculiar, creo que no se olvida fácilmente. ¿Es así lograste meterte en el corazón de este ser sin sentimientos?

—Silencio, Jimin —lo interrumpe Taehyung.

—Soy Lalisa, y es un gusto conocerte —digo, e inmediatamente él toma mi mano y me abraza —. ¡Oh!

—Soy cariñoso, tendrás que acostumbrarte. Espero no te moleste —dice encogiéndose de hombros.

—Eh, no. Me criaron de ese modo, así que también soy cariñosa —digo riendo.

—Genial, ahora tú te harás responsable por toda la falta de afecto de Taehyung durante estos años —contesta Jimin dándole un mirada dolida a su amigo.

La chica se levanta de la silla sonriendo. Es bonita, tanto como Jimin. Ella empuja a Jimin del medio y abraza a Taehyung. Luego se gira hacia mí y me ofrece su mano, yo la estrecho.

—Park Rosseane.

—Lalisa Manoban, pero pueden decirme Lisa o Lis —ellos asienten.

Los cuatro tomamos asiento, Tae y yo frente a ellos. Tae me pregunta qué quiero tomar para pedirlo en la barra, yo le susurró que quiero té. Vaya ironía, ya lo sé. Después él y Jimin se levantan para comprar las bebidas. Yo me quedo en silencio unos segundos, sin saber que decirle a la chica, sin saber si debería interrumpirla de usar su celular.

¡Santa, soy Lalisa Manoban!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora