Un Pequeño Secreto

Capítulo 24

La noche de anoche había sido una completa locura, sin embargo, al despertar a su lado me di cuenta de que no existía ni una pizca de arrepentimiento en mí. No era un secreto que Jonathan siempre me ha hecho sentir cosas que nadie más ha logrado, tampoco pude ocultar más que necesitaba de él, tenerlo así para mí aunque sea una horas ha sido uno de los momentos más hermosos de mi vida.

Pero no podía admitirlo frente a él, no puedo decirle que me ha fascinado todo lo que pasamos juntos, desde el baile en el club nocturno, hasta los besos interminables en el auto que rentó y después todos aquellos besos que nos dimos en el elevador sin importar que alguien más subiera o que nos estuviesen observando mediante las cámaras. No podré decirle que me ha hecho vibrar y que con un solo beso puede provocar que mis piernas tiemblen. Será otro secreto que agregar a mi lista, pero no puedo permitir alterar el rumbo de las cosas.

Lo que pasó en San Antonio se queda en San Antonio. Es hora de regresar a la realidad y en la vida real, él y yo somos solo dos viejos amigos ante los ojos de la sociedad.

—Cuando bajemos del avión... Todo lo que vivimos en San Antonio quedara en el olvido por el bien de todos.

—¿El bien de todos? ¿De qué hablas? —Cuestiona, soltando mi mano.

—Sí, hablo de que quizás deberíamos dejar de vernos un tiempo. Regresar a nuestras vidas como todo estaba antes, tú con Casandra y yo con Nicco.

—Greta te juro que yo pensaba terminar mi relación con ella apenas la viera. Creí que lo que pasó entre nosotros...

—Fue solo sexo.

No lo dejé hablar, ni siquiera podía mirarlo a los ojos. Simplemente recargué la cabeza en el asiento buscando la forma de armar la siguiente oración.

—Sabes que fue más que eso.

—No lo fue. Solo fue un impulso, el alcohol y la soledad, una pésima combinación. —Menciono, apenas audible—. Yo... Yo ya estoy arreglando mi situación legal para volver a Italia, mi vida entera está en Milán y me voy a casar con Niccolò.

—¿Por qué suenas como si quisieras convencerte de ello? Sabes que tu relación con Niccolò está por los suelos, ¿por qué buscas convencerte de lo contrario? Anoche me dijiste que ni siquiera él te hacía sentir lo que yo te hice sentir.

—Uno dice tonterías durante el sexo, dices cualquier cosa por el calor del momento.

—¿Por qué estás renunciando otra vez a nosotros, Greta?

Porque no soportaría hacerle lo mismo a Casandra dos veces. Sé que ya no somos amigas, que tenemos años sin dirigirnos la palabra, pero él es su novio y hemos repetido la historia. El destino los volvió a unir hace dos años y no quiero ser yo la que los separe de nuevo, es una forma de reivindicarme o por lo menos así me forzaba a verlo.

—Está bien, no contestes si no quieres. Pero sabes muy bien que te estás mintiendo, sabes muy bien que nunca vas a llegar al altar con él.

Hay algo de verdad en lo que ha dicho. Mi relación con Nicco está por los suelos, ya casi no hablamos y cuando lo hacemos parece que es por mera obligación o simplemente para hablar de Pallina. Ya ni siquiera uso el brazalete que me regaló ni espero con ansias esa llamada por FaceTime. Incluso el sexting se ha terminado, solo nos queda el título pero la relación en sí se ha esfumado. No iba a aceptarlo frente a él, eso era obvio, prefería aferrarme a la fantasía de volver a Milán y recuperar mi vida antes que admitir que en realidad quiero quedarme en México y que espero que Casandra lo deje para así yo no sentir culpa por separarlos.

Pero eso, por supuesto, no va a pasar.

Lo supe cuando llegamos al aeropuerto de la Ciudad de México, cuando después de tantos años me reencontré con Casandra. Creo que ni Jonathan esperaba verla, lo supe por la expresión de su rostro cuando ella lo abrazó con fuerza. ¡Dios mío! No cambiado ni un poco, de no ser por el tinte cobrizo de su cabello juraría que los años no habían pasado por ella, sigue igual de delgada, aún se pinta los labios de rojo y todavía huele a vainilla.