Me sentía muy extraña al estar afuera de mi antiguo hogar tocando la puerta, solo esperaba que mi mamá estuviese en casa. Ya llevaba un rato aquí afuera y no contesta el teléfono, solo esperaré cinco minutos más, o no quiere recibirme o no está en casa, esperaba que fuera la segunda.
—Greta, ¿qué estás haciendo aquí?
—Hola mamá, pensaba irme ya. ¿Por qué no usas el celular que te regalé eh?
—Ayy sí lo uso, pero se me olvidó llevármelo. —Me dice mientras le sostengo la bolsa, acababa de ir al supermercado por lo que veo—. No esperaba verte hoy, pasa.
Entré detrás de ella, caminamos juntas hacia la cocina y una vez que estuvimos ahí dejé sus compras sobre la plancha. Jalé una de las sillas altas y me senté, le haría la plática un poco antes de pedirle su auto para ir al aeropuerto por Nicco.
—¿Cómo estás mamá? Hace mucho que no nos vemos.
—¿Cómo quieres que esté? Hace dos semanas tu padre se fue de la casa. —Me dice, acercándose a mí para mirarme a los ojos—. ¿Recuerdas que te dije que había encontrado un collar? Bueno, era un regalo para su amante. Lo seguí, lo encontré con ella... Nos peleamos y finalmente me confesó que llevaba dos años saliendo con esa mujer. Me pidió el divorcio, dice que ya no me ama, que hace mucho dejó de hacerlo.
La voz comenzaba a quebrársele y yo le tomé la mano, acción que la hizo derramar la primera lágrima.
—No es la primera vez que me engaña. Hace cinco años le descubrí un par de mensajes de su secretaria, pero nunca había sido tan descarado como para admitir que tenía a otra mujer. —Mi madre se soltó de mi agarre, para limpiarse las lágrimas con los dedos—. Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre, eso es lo que dicen los sacerdotes cuando te unes en matrimonio y mira... No fue capaz de cumplir con sus votos matrimoniales.
—Pero ¿no crees que fue lo mejor? Si ya no hay amor, si te ha engañado, ¿por qué seguir con su matrimonio? Y por favor mamá, no me digas que es un pecado el divorcio. Porque no lo es. Así como él se enamoró de otra, algún día tú te vas a volver a enamorar.
Ella se negó con la cabeza, casi mofándose.
—A estas alturas de mi vida qué me voy a estar enamorando, hija. Pero bueno, estaré bien... Aideé me recomendó a su psicóloga y el próximo martes empezaré con la terapia, solo espero que me ayude. ¿Tú no has hablado con tu padre?
—No, hace mucho tiempo que no lo hago.
Nos quedamos en silencio. No podía confesarle que tiene mucho tiempo que no hablo con él porque lo encontré en Carajillo con su amante, mucho antes de que ella encontrara el collar, ¿para qué decirlo? No quiero lastimarla más.
—¿Sabes? Hace unos días estuve en San Antonio. —Eso llamó su atención de inmediato—. Vi a Melanie, está enorme.
Fue entonces que decidí sacar mi celular para enseñarle una foto que nos tomó Jonathan en Bowlero. Mi mamá la miró con detenimiento, incluso por la forma en la que movió los dedos supuse que le ha hecho zoom para mirarla mejor.
—Se parece muchísimo a ti, es tu vivo retrato.
—Es un encanto, es muy dulce y está interesada en la moda también. Es como verme al espejo, te lo juro. —Mi madre me regresó el teléfono—. Quiere estudiar diseño de modas, ¿puedes creerlo?
—¿Qué te dijo Brenda Farah? No puedo creerte que hayas convivido con ella sin que esa mujer no haya puesto resistencia.
—La puso, me hizo sentir como una mierda. Pero te juro que ahora que la conocí, que la tuve entre mis brazos... No pienso a renunciar a ella.
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Un Pequeño Secreto
ChickLitUna noche del 2007, dos adolescentes, alcohol y sexo por primera vez. Una noche que jamás olvidaron porque quedaron unidos de por vida a un pequeño secreto que tuvieron que mantener guardado por los últimos 14 años. Ahora que Greta ha regresado a Mé...