Hoy es uno de los días importantes que envuelven a la boda, mi madre luego de días de debate entre el tipo de papel o el formato por fin se decidió y las tarjetas de invitados están listas para ser enviadas. Cincuenta sobres se encuentran desparramados sobre la mesa de la cocina, Alessia se dedica a terminar los últimos detalles mientras mi madre junto a Stella, su amiga, cuchichean sobre la repartición de las mesas.
— ¿Por qué invitaste a Marga? — pregunta Alessia indignada.
¡¿Que?! ¿Será que no puede haber un solo día en mi vida donde mi familia no esté involucrada en algún tipo de drama? Entiendo la razón por la cual mi madre ha invitado a Marga, la considera una amiga y me hierve la sangre de solo pensarlo.
— ¿Por qué? ¿Sucedió algo? — pregunta mi madre examinando las invitaciones para chequear que todo esté en orden.
— Oh no nada, solo curiosidad — dice Alessia volviendo a las tarjetas no sin antes darme una mirada desesperada.
Sin prestarle mucha atención vuelvo a mirar la pantalla de mi ordenador. Esta semana ha sido realmente complicada, empezando por mi madre y sus mil dudas con todo y seguido por la especificación de colores que propuse para la fiesta de Cold republic, claramente me arrepiento de haber elegido dorado y sus derivados ya que encontrar decoraciones sencillas en esos colores no es fácil, todo es extravagante y sumamente costoso, si bien recuerdo que ellos me dijeron que el presupuesto es libre prefiero cuidar su dinero porque obviamente ellos no saben hacerlo.
Mi humor no es muy bueno hoy tampoco, pues hace cuatro días vengo repitiendo a mi madre que necesita tener un vestido de novia para casarse porque básicamente ese es uno de los requisitos principales, pero ella aplaza todas mis iniciativas para ir a una bendita tienda y comprar un vestido blanco. Sin embargo, ella prefiere dedicarse a detalles que no tienen importancia como la textura de los lazos de la decoración. ¿A qué persona le puede importar más eso que su vestido de bodas? Es que a mí me gusta tener todo bien planeado con tiempo así el día de la boda solo hay que preocuparse por pasarla bien, pero ella es muy diferente a mí en ese sentido, así que hoy estoy decidida a ir a la capital con ella para elegir un vestido.
— Hoy iremos a la capital mamma — digo con calma aun con la vista en mi ordenador — Tengo que mostrarte unas cosas — añado antes de que diga algo.
Ella asiente con su cabeza emocionada sin saber que la obligare a comprar aquello que viene aplazando hace días, espero que estemos solas, así las cosas, serán más fáciles y ella podrá concentrarse en encontrar un vestido.
Alessia sale de la cocina llevándose toda mi atención, sin esperar cierro mi ordenador y camino detrás de ella. Quiero saber más acerca de su romance, si bien Alexander la última vez que hablamos me dijo que no la presionara no puedo evitar hacerlo. Mi hermana camina hasta la sala de estar y se tira sobre el sillón, yo me siento a su lado y continúo chequeando mi correo, ella prende la televisión y yo me obligo a no atacarla con preguntas.
— Así que... — comienzo mirándola de reojo — ¿Me dirás que sucede con ese chico o tendré que esperar más días?
Ella me mira sin expresión y cambia de canal.
— ¿Me dirás que sucede con Alexander o tendré que esperar más días?
Oh miren quien está de malas.
— Tú sabes lo que sucede — digo indignada — Además eres tú la que mantiene en secreto las cosas.
— ¡¿Scusate?! — exclama molesta — Tu eres la que no dice nada sobre Alexander y luego vienes a decirme que yo lo oculto lo mío, eres increíble.
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Amor a la italiana
RomanceEl amor muchas veces puede ser difícil. Giovanna ha amado y perdido las veces suficientes como para sentir temor al amor, al compromiso y a las nuevas sensaciones. Ella no se siente preparada para el torbellino de emociones que el amor produce. Sin...