Capitulo 48: Una nueva vida

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Semanas después de que mi madre y Alessia volvieran a Italia, las cosas están difíciles y no solo por mi pequeña crisis interna de no saber si soy feliz en este país, sino porque luego de la separación de la banda se hizo pública todo fue de mal en peor, la mayoría de sus fans no se tomaron muy bien la noticia se organizaron movilizaciones hacia el departamento los chicos en forma de protesta, obligándolos a dejar su casa a las apuradas con una inmensa tristeza por no ser comprendidos. Sobre todo, Alexander que se siente un poco responsable de la situación, pero ese tema ya está siendo superado poco a poco con el tiempo. Sin embargo, mi némesis, sin hogar, vaguea entre la casa de sus padres y mi apartamento sin ánimos de instalarse en ningún lugar, todavía no entiendo porque no cae algún departamento o solo se queda aquí con nosotros, ya que la mitad de mi armario contiene ropa suya y el típico cepillo de dientes ya está en el baño.

Por eso, hoy luego de todo ese caos podemos estar solos y tranquilos, los niños están con su ahora nuevo amigo Colin en la casa de los padres de Alexander, mientras nosotros, sin ninguna razón aparente, estamos viendo un maratón de películas grabadas en la Toscana.

La verdad es que no tengo idea de porque estamos haciendo esto, pero luego de ver "Made in Italy" y que Alexander llorara desconsoladamente decidí no intervenir, después de esa película vino "Comer, rezar y amar", que, aunque no está grabada en la Toscana a mi némesis le pareció la mejor película, y ahora estamos a la mitad de "Bajo el sol de la toscana", estas películas las he visto millones de veces, pero el chico a mi lado parece que no, ya que se sorprende por todo y llora a moco tendido.

— Iré a buscar algo de beber — digo yendo hacia la cocina, necesito un vino para soportar las otras tres películas que me dijo de ver. Él asiente sin despegar sus ojos de la televisión y se río tontamente.

Sirvo vino en dos copas junto a un par de chocolates y vuelvo hacia la sala, dejó todo en la mesa y Alexander pausa la película y pega un pequeño saltito para luego mirarme fijamente, yo me asusto ante tanta efusividad y trato de buscar algún indicio de lo que está sucediendo, él sonríe con timidez.

— No puedo aguantar más — dice juntando sus palmas.

— ¿Qué sucede? — pregunto sin entender nada.

— Hice algo — dice rascando su cuello— Luego de pensarlo por mucho tiempo lo decidí.

— ¿Qué has hecho? — pregunto imaginando lo peor, pero él no contesta — Alexander, no entiendo nada de lo que está sucediendo si tu p...

— Compre una casa — dice abruptamente.

— ¡Oh eso es genial cariño! Mas ahora que dejaste tu apartamento, así dejas de molestar a tus...

— En Italia — dice y me quedo helada.

¡¿Que?!

— Alexander — digo todavía sin entender — ¿Para qué quieres una casa en Italia?

— Para irme allí — dice evaluando mi reacción.

— ¿A Italia?

— Queda en la Toscana, cerca de la casa de tu madre — dice orgulloso.

— ¡¿Que?!

— Escucha, fue algo rápido, entre en esas páginas que venden casas antiguas para remodelar y compre una, eso es todo.

— ¡Alexander compraste una casa en Italia no un simple pan! — exclamo sorprendida.

Te compre una casa — añade riendo tontamente.

— ¡¿Que?! — repito parándome automáticamente.

— Tú me dijiste que no eras feliz aquí — dice poniéndose de pie.

Amor a la italianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora