— Cásate conmigo — dice rápidamente.
El silencio invade el auto, lo único que se escucha es la radio a un volumen muy bajo. Alexander me mira desesperado y yo simplemente no sé qué hacer. ¿El acaba de proponerme matrimonio?
— Estás ebrio — balbuceo hacia el — Tomaste de más, no sabes lo que dices.
— No estoy ebrio Giovanna — dice mirándome fijamente — Soy consciente de lo que acabo de decir, cásate conmigo — repite.
— No, por supuesto que no — digo con el ceño fruncido — Alexander, es demasiado, no puedo no.
Abro la puerta del auto y salgo hacia afuera. Necesito aire o tendré un ataque de ansiedad, cierro la puerta y me apoyo tratando de regular mi respiración. ¿Por qué tiene que hacer las cosas tan difíciles?
— ¿Acabas de rechazarme? — pregunta saliendo del auto.
— Si — digo cruzando mis brazos— ¿Por qué tienes que hacerme esto? ¿Por qué tienes que volver a hacer lo mismo?
— ¡¿Yo?! — pregunta parándose a mí lado.
— Si tú, estábamos bien — digo señalando — Pero no, no es suficiente para ti, siempre quieres más de mí.
— Giovanna...
— No, me presionas Alexander, ¿Acaso sabes lo difícil que es para mí todo esto? Creo que no porque si no, no estarías haciéndome esto.
— ¿Haciendo qué? Dime Giovanna, cual es el mal que hice esta vez ¿Expresar mis sentimientos? Decirte cómo realmente me siento, eso fue lo que hice porque sabes que así es como me siento, daría todo por ti y los niños, amo a tu familia y cada cosa que envuelve tu existencia — dice con los ojos aguados.
No puedo hacer esto, no puedo hacerlo.
— ¡No digas esas cosas! — digo alejándome de él — ¿Por qué no te conformas con lo que te doy? Estás aquí en la casa de mis padres, donde ni Paul ha estado, pero no te es suficiente.
— ¡Tu ni siquiera me invitaste Giovanna! — dice alzando las manos al cielo— Fue tu madre, ella me invitó a la boda tu solo entregaste la tarjeta.
Miro sorprendida sus ojos tratando de entender lo que me está diciendo, mi cabeza da vueltas y el vestido se pega en mi espalda sudorosa.
— ¿Aquí sobre eso se trata todo esto? — pregunto incrédula y él me mira sin entender — ¿Tú te piensas que no te quería aquí? Si yo no te quisiera aquí, ni siquiera te hubiera invitado Alexander, sabes que quiero que estés aquí conmigo y con mi familia, pero eso no te satisface.
— Giovanna... — dice acercándose, pero yo me alejo automáticamente.
— ¿Por qué no te es suficiente? ¿Por qué siempre quieres más? Es que no ves que no hay nada más — digo señalándome con la voz temblorosa — Pensé que realmente entiendas que no puedo hacerlo así de rápido.
— Lo entiendo — dice frunciendo su ceño.
— No, no lo haces — digo abrazando mi pecho — Me estas presionando, quieres más de algo que no existe, fui a Francia contigo, te invite al casamiento de mi madre, deje que estrechará lazos con mis hijos, ¡¿Qué más quieres Alexander?!
El me mira arrepentido y se acerca hacia mí.
— Esto es difícil también para mi Giovanna, no eres la única que sufre aquí — dice limpiando sus ojos— ¿Tú sabes lo difícil que es guardar mis sentimientos por miedo a cómo reacciones? Tú no tienes idea de lo estúpido que me siento por pedirte que te cases conmigo, pero lo necesito. ¿Sabes por qué? Porque necesito saber que esto es real, que sientes lo mismo que yo.
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Amor a la italiana
RomanceEl amor muchas veces puede ser difícil. Giovanna ha amado y perdido las veces suficientes como para sentir temor al amor, al compromiso y a las nuevas sensaciones. Ella no se siente preparada para el torbellino de emociones que el amor produce. Sin...