Capítulo 38: Il nozze parte II

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Cuando las personas terminan de acomodarse en los asientos yo bajo junto a mí madre, Alessia y Marco nos esperan con los ramos así que sin perder el tiempo hago una seña hacia el cura y la marcha nupcial empieza, mi hermana enrosca su brazo en el mío y avanzamos hacia la iglesia. Todas las personas se ponen de pie y mis ojos se dirigen a mí némesis buscando calma, necesito tranquilizarme, él me guiña un ojo y yo le sonrío.

— Es muy hermoso — susurra Alessia en mi oído — Cuídalo Gio.

— Tu también cuídalo — digo mirando hacia su novio.

Ella me sonríe y juntas nos acomodamos en el altar a que llegue mi madre, quien viene a un paso lento con una nerviosa sonrisa en su bello rostro.

— Algo le sucede a mamma — susurro hacia mí hermana — Debimos haberle dicho lo de tú sabes quién.

Ella llega y besa a mí hermano con dulzura, él se sienta al lado de Giovanni quien está al lado de Alexander, que encima de sus piernas tiene a Bella sentada y a Italo pegado a su costado.

— Puede que le haya dicho a papá — dice Alessia en mí odio.

— ¡¿Que tu hiciste que?! — susurro bruscamente hacia ella.

La marcha nupcial se detiene y mis palabras suenan más alto sé que lo que quisiera así que con Alessia reímos falsamente para disimular.

— No fui solo yo — dice como una niña — Yo le conté a Marco y Giovanni a papá.

Miró hacia mí mellizo entendiendo las palabras que me dijo hoy. Hice algo que no te gustará, pero por lo menos solucioné algo. ¡Cazzo, cazzo! Giovanni me mira y no le toma más de dos segundos saber que ya se lo que hizo, él levanta sus hombros en señal de inocencia y a mí me entran ganas de golpearlo con fuerza.

La ceremonia comienza, a mí madre le tiemblan las manos y Giuliano tiene la mirada perdida. ¿Qué está ocurriendo? Miró hacia mí padre, sus ojos están clavados en la espalda de Donatella y parece muy concentrado, lo cual me pone alerta, él se acomoda en su asiento y sus ojos me miran, él sonríe y eso no hace nada más que tensarse. Está pensando algo, oh mio dio.

De un momento a otro, apenas el cura dice unas cuantas palabras, Marco se levanta de su asiento, su mirada está clavada en mi madre, quien no tiene idea de lo que está sucediendo, mi padre lo mira sorprendido y yo estoy a punto de morir.

Cazzo, cazzo — susurro apretando la mano de Alessia, ella me devuelve el apretón mientras Marco piensa cómo actuar.

— ¡Mamma! — grita Marco asustando a mis hijos — Está farsa no puede continuar.

Alexander me mira completamente sorprendido, seguramente esté pensando que mi familia está loca y no lo culpo. Giovanni asiente y se para junto a mi hermano.

— ¡El tiene razón mamma!

— ¡¿Esta farsa?! — dice mi madre girándose hacia él.

Giovanni me mira buscando sus palabras, pero no las encuentra, se acobarda en ese segundo al igual que Marco, ellos me miran tratando de saber que decir a continuación, Alessia susurra maldiciones en mi oído.

— ¿Qué está sucediendo? — mi madre me mira y yo solo puedo mantener los ojos en mi mellizo.

Stupido fratello, dannazione.

Cazzo Giovanni — susurro sabiendo que él me entendió perfectamente.

— ¡El! — dice Marco señalando a Giuliano quien mira la situación con el señor fruncido.

Amor a la italianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora