Capítulo 39: Il nozze parte III

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Alexander rodea con su brazo el respaldo de mi silla y me acerca hacia él.

— Tus padres son realmente tiernos — dice en mí oído.

Yo apoyo mi cabeza en su pecho y veo a mis padres bailar en el césped, mi madre ya está sin zapatos y sonríe encantada hacia mí padre. No sé cómo serán las cosas a partir de ahora, si mi padre volverá aquí o si seguirá en California, a mí madre nunca le agrado la idea así que no sé cómo se manejan, solo sé que las cosas cambiarán notablemente.

La mia storia tra le dita, sigue sonando en la pista y luego de un tiempo, más parejas se van acercando hacia el centro.

— ¿Qué dice la canción? — pregunta Alexander observando a mis familiares danzar.

— Dice que mis problemas se llaman tu — digo en su pecho— Y que tu sonrisa me abrió el paraíso.

— ¿Eso acaba de ser una declaración de amor? — pregunta riendo.

— Es lo que dice la canción bobo — digo golpeando su brazo amistosamente.

El ríe y la canción termina para darle lugar a la canción de mi madre: Mambo Italiano. Ella grita y sus amigas se acercan hacia la pista de un salto.

— Te encantará ver esto — digo acomodándome en mí silla.

Alexander mira con atención como Stella enrosca su brazo en mí madre y empiezan a cantar a todo pulmón, los demás hacen una ronda alrededor de ellas.

¡Hey Mambo! — grita mi madre cantando mientras salta junto a Stella.

— Mí madre y Stella son napolitanas — digo explicándole porque tanta exaltación — Ellas se conocen desde que son niñas.

Mi némesis asiente perdido entre la danza napolitana. Mis tíos se levantan y se unen al baile, mí padre enrosca su brazo en el de Stella y comienzan a bailar.

— ¡Niños! — grita mi madre hacia nosotros.

Giovanni y Alessia no tardan en salir corriendo para unirse al baile.

¡Shake a like a Giovanni! — gritaron todos mientras mi hermano baila en el centro de la pista.

Ellos juntan sus palmas y aplauden con alegría mientras saltan agarrados de sus manos, los invitados empiezan a aplaudir y vitorear hacia la pista de baile.

Mi madre mira hacia la mesa cuando la canción termina y me hace señas para que me una. La canción cambia y empieza a sonar la tarantella napoletana, yo sonrió hacia Alexander y me levanto, saco mis zapatos y camino hacia la pista de baile.

¡Principessa! — grita mi padre uniéndose a la fila de hombres.

Yo camino junto a mí madre, enrosco mi brazo en el suyo, levantó mi vestido para que no me estorbe y comenzamos a bailar la tarantela, damos pequeños saltos en el lugar y giramos al ritmo de la música, Alessia agarra mi brazo y se une al baile. Yo río viendo la cara de felicidad de mi madre, todo el mundo aplaude y grita en italiano.

¡Lunga Vita al Napoli! — gritamos al unísono e intercambiamos parejas, juntando nuestras manos con diferentes personas mientras saltamos con alegría.

La tarantella napoletana es un baile muy cansador, ya que tienes que saltar toda la canción y moverte por toda la pista de baile enroscando tu brazo con todos, pero todo sea por hacer feliz a mí madre. Al llegar a las últimas notas de la canción las mujeres nos ponemos en ronda y agitamos nuestras polleras, aún saltando, al ritmo de la música.

Amor a la italianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora