4

359 55 6
                                    

Nayeon y Sana habían presentado su portafolio el viernes, era el último día de la semana y la chica de cabello rosado lo único que deseaba con todas sus fuerzas era tener una noche de chicas con todas sus amigas, pero al parecer, no podría hacerlo. Todas tenían algo que hacer, así que decidió trabajar y seguir intentando no pensar en Momo, lo cual era difícil.

La profesora de danza había decidido hacerle caso a Sana y alejarse completamente de la estudiante de medicina. Si estaban en el mismo lugar, ella se iba, si se encontraban por uno de los pasillos de la universidad, Momo cambiaba de dirección, si Sana acompañaba a Nayeon a hablar con Mina, ella esperaba a la distancia. Así pasó 3 días, hasta que por fin fue viernes. Fue la primera en irse de la universidad, necesitaba tiempo para pensar.

Por otro lado, Mina seguía en su oficina revisando portafolios, uno por uno. Al principio odiaba este trabajo, pero con el tiempo le tomó cariño. Debe admitir que le gustaba tener alumnos que la admiraran y le preguntaran cosas tan rebuscadas. En el inframundo era una maldita bestia desesperada por venganza, pero acá era una persona completamente diferente, ni siquiera extrañaba esa vida antes de llegar a la tierra. Debía obligarse a odiar esta vida, porque sabía que no se podía quedar, por mucho que quisiera y lo estuviese pensando, jamás la dejarían quedarse, no después de todo el daño que ella y Momo hicieron.

-¿En que piensa? – la voz de Nayeon la sacó de sus pensamientos.

-Me asustaste.

-Lo siento, no fue mi intención.

-Descuida.

-¿Por qué sonreía?

-Por nada en especial, solo algunos recuerdos.

-¿Se pueden compartir? – Mina miró a Nayeon desde la distancia.

-¿Necesitas algo?

-Eso depende.

-¿De qué?

-De lo que tenga para ofrecerme.

-¿Estás coqueteando conmigo?

-No, claro que no, jamás podría. No tengo experiencia en el amor la verdad.

-Déjame dudar de eso.

-No sabe lo que dice.

-Si sé lo que digo. Tienes 25 años, es obvio que debes tener pretendientes si es que no tienes novio.

-¿Cree que tengo pareja?

-¿No es así?

-No, no tengo pareja.

-Pero en algún momento la has tenido ¿verdad?

-Como la mayoría supongo – Mina miró cómo los ojos de Nayeon se apagaban de apoco – creí haberme enamorado una vez en mi vida y fue de mi mejor amiga, grave error. Con el tiempo me di cuenta de que jamás supe lo que era estar enamorada y desde ese momento, no he logrado sentirme conforme con nada en mi vida. Comencé a sentirme raramente incompleta, mis amigas que me rodeaban tenían relaciones, se veían felices, pero luego terminaban y todo era un caos. Creo que le tengo miedo a ese caos que surge cuando algo sale mal. No podría controlar todas esas emociones nuevas que puedan surgir de mí.

-Le tienes miedo al amor – afirmó Mina – es tan simple como eso.

-No creo que sea algo simple, no debería temerle al amor.

-Creo que, si puedes temerle, después de todo, tu historia con tu familia no es fácil de asumir. El cariño, amor o lo que sea que hayas sentido por tu padre te persigue y no te deja evolucionar.

Entre dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora