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Momo llevó a Sana hasta un mirador increíble que había conocido cuando era menor. Ese lugar siempre la ayudó a encontrar algo de paz en su interior, nunca fue fácil ser la hija ilegítima de la familia Kim, pero sentía que no era un lugar que sólo debiera ser apreciado por ella, también debería ser apreciado por muchas más personas y una de ellas sería Sana.

-¿Por qué sonríes?

-Estaba pensando.

-¿En qué?

-En ti – Momo giró levemente su cuello para observar algunos segundos el rostro sorprendido de la pelirroja, para volver a mirar hacia el frente – el tráfico está expedito, tenemos suerte.

-¿Es muy lejos a dónde vamos?

-No importa, tenemos el auto, así que da igual donde vayamos.

-Eso es muy aventurado de tu parte, no recuerdo que hayas sido así antes – esa frase llamó la atención de la castaña, pero decidió omitirla – está bien, dejaré que me sorprendas.

-No te vas a arrepentir, créeme.

Cuando llevaban alrededor de 40 minutos manejando, por fin estaban llegando. Sana se sorprendió por la cantidad de luces que rodeaban el área de las diferentes posadas que habían en el lugar. Era un pequeño bosque en donde podías encontrar cabañas, puestos de comida, artesanía y licorería.

-¿Por qué me traes aquí?

-Porque es el lugar que más feliz me hace en el mundo – Sana volteó para observar el perfil de Momo que seguía concentrada en manejar – me estacionaré.

-Ok.

Cuando Momo por fin se pudo estacionar, bajaron a caminar por los diferentes locales del lugar. Había música por todos lados, algunos niños corrían y sonreían mientras se subían a los diferentes juegos alegóricos. Realmente parecía ser una pequeña fiesta con personas que vivían en este lugar, pero no había ninguna casa alrededor, todo era negocios.

-¿porque nunca había escuchado hablar de este lugar?

-No es muy famoso, solo poca gente lo conoce. Como te diste cuenta, no es fácil llegar. Debes tener un buen auto, saber manejar bien y venir con dinero para quedarte una noche y disfrutar.

-¿cómo?

-Este lugar tiene una alta seguridad, llevan una lista con los nombres de los clientes que vienen a este lugar, usualmente suelen ser los mismos de siempre, pero saben cuándo entra alguien nuevo.

-O sea que saben que es mi primera vez acá.

-Sí, así que harán todo lo posible para que te quedes a pasar la noche en este lugar, dice la leyenda que jamás les han dicho que no.

-Bueno, supongo que hoy día se acaba la leyenda.

-Anda, vamos a comer, muero de hambre – Momo tomó la mano de Sana inconscientemente y comenzaron a recorrer negocio por negocio. A todo lugar que pasaban terminaban comiendo algo o comprando algún recuerdo. Las personas de este lugar eran demasiado agradables, muchas también, les daban regalos. Incluso una oferta para una noche completa de parejas. La abogada se ruborizó al recordar la situación - ¿Cómo lo estás pasando?

-Es realmente entretenido Momo, muchas gracias.

-De nada.

-Pero creo que debemos irnos – la sonrisa de Momo desapareció.

-No me quiero ir.

-Puedes quedarte, pero yo debo regresar a casa. ¿Te molesta pedir un taxi? Mi celular se quedó sin batería – la menor de la familia Kim no pensó que esto pasaría, nunca una chica le había dicho que no tantas veces, no le gustaba alardear, pero Sana era difícil, muy difícil. Y eso la volvía loca - ¿Me escuchas?

Entre dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora