Las chicas se distribuyeron en diferentes autos y manejaron hasta la playa. Momo decidió que se iría con Sana, Mina y Nayeon y que no dejaría que nadie más subiera en él. El resto, se acomodó en la camioneta de Jennie que tenía espacio para todas las que quedaban.
-No puedo creer que Momo no nos quisiera llevar, no es justo – se quejó Eunbi - ¿Por qué tengo que pasar tiempo con ángeles que ni siquiera me caen bien?
-No seas grosera niñita – respondió irónicamente Jennie.
-No soy una niña, tengo más de 100 años ¿Quién es la niña ahora? – la bailarina se sorprendió.
-Hay algo que tienes que entender preciosa – Rosé logró que Jennie se sentara a su lado – nunca pelees o discutas con una bestia, no vale la pena. Siempre ganan.
-Escúchala, siempre ganamos.
-Bueno, no creo que ganes esta vez de todas formas.
-¿A qué te refieres? – Jeongyeon miró por el retrovisor y se dio cuenta de la incomodidad de Yena, claramente la chica aún no le decía nada a Eunbi - ¿De qué está hablando Yena?, ¿Por qué Jeongyeon te está mirando por el retrovisor? – El ángel sonrió y Jihyo solo la observaba, amaba todas sus expresiones fasciales.
-¿Podemos hablar cuando lleguemos a la playa? No quiero arruinar el viaje, aparte muero de sueño. Anoche te moviste mucho, no me dejaste dormir.
-Lo siento, tuve algunas pesadillas.
-¿Quieres hablar de eso? – Eunbi notó que todas dejaron de prestarles atención cuando llegaron a este punto.
-Era una pesadilla contigo.
-¿En serio? Creo que es primera vez que sueñas conmigo, que mal que sea una pesadilla.
-No seas idiota Yena.
-Ok, lo siento. Cuéntame.
-Te veía morir, tu cuerpo caía desde una montaña y caías ligeramente sobre mis brazos. Podía ver tu rostro ensangrentado, pero tenías una sonrisa idiota en él. No entendía por qué sonreías cuando estabas a punto de morir.
-Posiblemente porque estaba en tus brazos – la sinceridad de Yena hizo sentir incómoda a Eunbi – lo siento, no quería...
-Extrañaba esas bromas, no las habías hecho hace tiempo.
-Sí, bueno, quizás no quiero que sigas creyendo que son sólo bromas – Rosé y Jennie escuchaban la conversación mientras fingían escuchar música – quizás no quiero ser más la Yena bromista.
-¿Qué?... ¿Qué estás tratando de decirme?
-Nada malo, ¿Quieres un sándwich? Muero de hambre.
-Sé que me estás ocultando algo Yena.
-Te he ocultado algo hace bastante tiempo.
-¡Para el auto! – Gritó Eunbi – QUE PARES EL MALDITO AUTO JEONGYEON – el ángel acomodó el auto hacia le lado derecho y lo estacionó – Yena y yo llegaremos un poco tarde, pueden seguir.
-¿Estás segura? – preguntó Jihyo.
-Sí – Eunbi no dejaba de observar los ojos de Yena, era primera vez que los veía tan reales y sinceros.
-Los sándwiches los dejas – replicó Jennie.
Ambas bestias se bajaron la camioneta y se dirigieron a una pequeña que había al costado de la carretera. Yena se sentó y Eunbi la siguió quedando muy cerca de ella. El cabello negro de Eunbi estaba por todos lados por culpa del viendo que generaban los autos y buses al pasar. Yena tomó una pequeña liga que tenía en su muñeca, se acercó lo que más pudo al rostro de Eunbi, tomó su cabello entre sus manos y le hizo una pequeña colita.

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Entre dos Mundos
FanfictieUn castigo divinos hace que dos bestias del inframundo, que antes fueron ángeles, paguen con su corazón todas las malas decisiones que tomaron en sus largas vidas. Claro está, que no todas las decisiones que tomaron fueron malas. Ambas bestias creía...