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Mina contaba los segundos hasta que fueran las 8 de la noche, no tenía idea si Nayeon era alguien puntual o si solía hacerse esperar, lo único que le importaba en estos momentos, era que llegara, necesitaba conversar con ella, y cómo sabía que no sería un tema fácil, decidió tomar iniciativa bebiendo una botella de vino blanco.

-Ahora entiendo por qué a los humanos les gusta tanto el alcohol, les da el ánimo que necesitan para hacer estupideces – al momento de finalizar ese pensamiento le timbre de su departamento sonó - ¿Son las 8? – Mina miró hacia al reloj que tenía colgado en su pared y se dio cuenta que Nayeon había llegado puntual. Se levantó del sofá y caminó hasta la puerta.

-Hola – saludó la profesora de medicina.

-Hola – Nayeon seguía de pie mirando a Mina - ¿Por qué abriste la puerta con un vaso en la mano?

-¡Oh! Lo siento, no me di cuenta, pero entra, toma asiento.

-Gracias – Nayeon llevaba un abrigo el cual se sacó y quedó con una jardinera y una remera blanca, era simple, pero se veía hermosa.

-¿Quieres una copa de vino blanco?

-Claro, ¿Por qué no?

Nayeon se acercó hasta uno de los ventanales gigantes que tenía Mina en su casa, desde ahí se podía ver la mitad de Seúl. Las luces de los hogares ya comenzaban a prenderse una por una.

-Toma.

-Gracias – Nayeon sonrió - ¿Por qué no fue a dar sus clases en la tarde?

-No tengo ánimo de dar clases la verdad.

-¿Pasó algo con Momo?

-¿Por qué lo preguntas?

-Porque tampoco fue a dar clases.

-Es lo mismo, pero no es igual – Nayeon dejó escalar el aire acumulado en sus pulmones - ¿Qué?, ¿Qué pasa?

-Nada, cada vez que hablamos o conversamos de algo jamás llegamos a un final, siempre tienes una frase de mierda para cortar el hilo conductor – Mina encontró demasiado sexy la forma en que Nayeon decía malas palabras – no sé si tienes novio o novia, pero créeme, nadie aguantará eso de ti. Debes ser más directa y frontal. Créeme, te traerá beneficios.

-¿En serio lo crees? – ambas chicas se miraban.

-Sí, en serio lo creo.

-Hice la cena.

-Woow eso sí que es sorpresa.

-No es la gran cosa, es salmón con papas nativas y salsa de champiñones, espero te guste.

-Me va a encantar, no te preocupes.

Las chicas se sentaron una frente a otra, los primeros minutos fueron raros. La pelinegra notó que a Mina le costaba tomar las riendas del asunto así que decidió comenzar a preguntarle algunas cosas personales.

-¿Por qué se hizo profesora?

-No es como si lo hubiese elegido – Mina se sorprendió al segundo de haber dicho esa frase – o sea, me refiero a que soy doctora, dar clases sólo fue una rama más de mi especialidad en el camino.

-¿Pero le gusta?

-Sí, si me gusta.

-¿Qué es lo que más le gusta?

-Conocer a estudiantes como tú y Sana, son las mejores de su generación – Nayeon sonrió – realmente me sorprendí con su portafolio, es el más completo.

-Gracias.

-De nada, sólo digo la verdad.

-¿Sus padres están vivos? – Mina recordó la forma en que sus padres habían fallecido hace años atrás.

Entre dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora