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Al llegar a la casa de la playa cada pareja eligió un cuarto. A muchas les daba lo mismo el tamaño de la pieza o si tenía vista al mar o no, pero a Mina no le daba igual. La gente que conocía a Mina sabía que era extravagantemente romántica, así que ni siquiera se tuvo que conversar el tema, las chicas les habían dejado la mejor habitación a Nayeon con su exprofesora.

-La vista es increíble – Nayeon estaba anonadada con la vista al mar de esta casa - ¿Segura que no se van a enojar si nos quedamos con este cuarto?

-Pueden venir a ver si desean, pero de que dormimos acá, dormimos acá.

-Me muero de ganas de comerte por completo sólo, con la luz de la luna alumbrándonos.

-No sabía que podías ser tan romántica.

-¿No? No se supone que ya nos hemos visto en otras dimensiones y otras vidas.

-Sí, pero creo que está es la más romántica que te he visto.

-¡Oh! ¿Es un problema? – Nayeon se acercó un poco más y pudo tener la vista privilegiada de los lunares que decoraban el rostro de Mina. Era imposible que una chica tan hermosa pueda ser una bestia sin corazón. La pelinegra era consciente de los crímenes por los que estaba pagando su chica, no importaba si era bestia o humana, ella tenía que pagar por eso.

-Deja de pensar en eso – Nayeon frunció el ceño, sorprendida.

-Pensé que no podías hacerlo más, que habías perdido tus poderes.

-Sí, pero no al 100%, no siempre puedo leer las mentes, creo que ahora pude porque estoy contigo en este lugar tan hermoso, con amigas. Es primera vez que me siento así.

-¿Estás feliz?

-Sí, estoy feliz Nayeon, quiero, quiero aprovechar cada minuto que me quedé acá, voy atesorar cada imagen de nosotras y de las chicas.

-¿Vas a luchar para no olvidarlas?

-Nayeon, moriré, de todas formas, no me acordaré.

-Trata de recordarlas cuando renazcas, búscame, por favor búscame.

-No sé si podré renacer en esta vida, no lo sé. Pueden pasar años, siglos.

-Esfuérzate para recordar.

-Puede que cuando lo haga tu... tu ya tengas 80 años yo 18, no sé sí...

-Mina – Nayeon tomó el rostro de la bestia entre sus manos – búscame ¿bueno?

-Bueno, lo siento, lo haré.

-Gracias.

Después de esa conversación, Nayeon acercó su rostro nuevamente, pero esta vez para besarla. Mina respondió la acción sin pensarlo dos veces. Sus manos descansaron sobre las caderas de la pelinegra mientras que el beso se sincronizaba y la bestia rozaba el labio inferior de la estudiante de derecho, para pedir permiso, para profundiza el beso y hacer que sus dos músculos hábiles comenzaran una erótica danza dentro de sus bocas. La pelinegra sintió como todo su cuerpo reaccionó después de profundizar el beso, era increíble lo que Mina le hacía sentir, estaba segura de que le costaría la vida tratar de acostumbrarse a vivir sin esto cuando sea el momento de la despedida.

-Te dije que dejaras...

-Lo siento, lo siento – Nayeon siguió besándola – lo siento, sólo... sólo nos dejes de besarme – Mina estaba un poco aturdida con todo lo que estaba pasando. Podía sentir claramente que Nayeon seguía deseándola increíblemente, pero también entendió que algo más pasaba, porque sus lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas – no dejes de besarme... por favor...

Entre dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora