A Emma le tomó mucho tiempo el poder hacer que los niños se quedaran dormidos.
La mayoría estaban asustados y se negaban a separarse de ella, se agarraban a su ropa o le sujetaban los brazos esperando que ella se quedara con ellos.
Los bebés fueron los más fáciles de hacer dormir ya que los niños mayores se habían encargados de ellos por el día, el verdadero problema fueron los mayores.
Algunos aún estaban llorando como Michelle y Lucas que actualmente estaban abrazando a Emma.
—No te vuelvas a ir.—le pidió Lucas entre llantos.
Michelle sólo asintió con la cabeza mientras lloraba sin querer ir a acostarse.
La niña había estado llorando por tanto tiempo que le había dado algo de fiebre por lo que Emma la había llevado a la enfermería.
Lucas que poseía una salud frágil también estaba en la enfermería.
Ambos niños estaban abrazando a Emma para que no se fuera.
—Lamento haberlos dejado por tanto tiempo.—dijo Emma mientras le acariciaba la cabeza a ambos.—Pero tengo que ir a ver a sus hermanos y hermanas, ellos también deben estar preocupados.
Lucas quiso decir algo pero rápidamente se tapo la boca.
Emma miro al niño con preocupación ya que Lucas había empezado a tener un ataque de tos.
—Lucas.—dijo Michelle preocupado mientras veía a su hermano.
El niño se tapo la boca con una de sus manos y con la otra se tocó el pecho.
Emma abrazo al niño y le acarició el cabello con suavidad.
—Ya tranquilo.—le dijo Emma.—Respira profundamente y después deja que salga.
El ataque de tos de Lucas solo duró unos segundos más, haciendo caso a Emma el niño tomaba aire y después lo soltaba.
Desgraciadamente el ataque lo había dejado exhausto por lo que se a costo en la cama tratando de mantenerse despierto.
—Tranquilo Lucas, no me volvere a ir.—le dijo Emma mientras le daba un beso en la frente.
Lucas miró a su madre y con algo de temor cerró sus ojos, el ataque de tos y las emociones vividas la habían dejado agotado por lo que le fue fácil quedarse dormido.
—Michelle.—le llamo Emma en un susurro a la niña.
—¿Si?—le preguntó ella.
Emma le quitó las lágrimas que quedaban y la acostó en la cama que estaba a lado de Lucas.
—No tienes de que preocuparte.—le dijo Emma mientras le daba un beso en la frente notando que la piel de la niña aún estaba caliente.—Solo duerme y mañana volveremos a ser felices.
Michelle le sujetó la mano a Emma.
—Por favor canta.—le pidió Michelle.
Emma sonrió y empezó a cantar aunque al igual que muchas otras veces no pudo evitar recordar momentos de su infancia.
La pequeña poco a poco se fue quedando dormida, el agarre de Michelle fue cediendo poco a poco hasta soltar la mano de Emma.
Emma cubrió a Michelle con las sábanas, reviso que Lucas estuviera bien tapado y salió de la enfermería.
Reviso al resto de los niños, vio que estuvieran bien tapados y les canto la misma canción que le había cantado a Michelle.
Emma le acomodó la almohada a Sarah quien estaba abrazando las sábanas y le dio un beso después de taparla con las mantas.
Una vez que los niños estuvieran dormidos Emma se acercó a la puerta con una lámpara.
—¿Cuándo vamos a poder entrar?—le pregunto Donald mientras veía la puerta del orfanato.
Annie, Donald, Phil, Erukiel y Daniel habían estado en el bosque junto con el grupo de Yūgo esperando a que su mamá le diera una señal para poder entrar al edificio.
—¿Cómo consiguió mamá que los más pequeños no preguntaran por todos nosotros? Nosotros que somos los mayores del grupo estamos afuera.—le dijo Daniel a Annie.
—Algo les habrá dicho.—le contesto Erukiel que estaba sobre una rama.
—Emma siempre fue muy creativa.—le dijo Gilda a la niña.—De niña inventaba juegos.
—¿En serio?—le pregunto Erukiel a la mujer.
Don asintió con la cabeza.
—¿En serio son hermanos de mamá?—le pregunto Donald a Norman y a Ray.
—¿Por que lo dudas?—le pregunto Ray.
—Por qué mamá nunca habló de ustedes.—le contesto Phil que estaba acostado en el piso, rápidamente dio un bostezo.
—Cierto.—dijo Annie mientras los miraba.
Al momento en que Annie miro al grupo se dio cuenta que 4 de ellos mostraban dolor.
—Mamá habrá tenido alguna razón.—les dijo Annie rápidamente.
En ese momento vieron una luz que venía del orfanato.
—Vamos.—dijo Erukiel mientras salía del escondite y empezaba a correr hacia Emma.
El resto de los niños la siguió.
Gilda y el resto del grupo tomaron sus cosas y a paso lento se dirigieron al orfanato.
Al hacerlo las mentes de Norman, Ray, Gilda y Don se llenaron de recuerdos de su infancia.
El caminar se les hacia pesado, como si todos esos años que habían estado afuera se amontaran en sus espaldas impidiendoles caminar a un paso normal.
Al llegar a la puerta vieron a Emma sujetando una lámpara.
—Bienvenidos a casa.—dijo ella sonriendo aunque notaron que era una sonrisa obligatoria.
—Sí.—fue lo único que dijo Gilda para después entrar.
Los otros 4 varones no dijeron nada solo entraron, al ver que todos estaban adentro Emma cerró la puerta.
—Vamos a la cocina.—dijo Emma sabiendo que tendrían muchas cosas de las que hablar.—Niños a dormir.
—Pero mamá...—empezó a decir Annie aunque fue interrumpida por la voz de Emma.
—Mañana les contaré todo, no solo a ustedes si no también a sus hermanos así que vayan a dormir y no despierten a nadie, si alguno de los pequeños esta despierto y le hacen preguntas no las contesten.—le dijo Emma seriamente.
Los niños mayores miraron a su mamá y Annie supo que no iba a conseguir nada.
—Vamos a dormir.—dijo Annie mientras iba hacía a la habitación en donde estaba su cama.
—Entendido.—dijo Donald algo molesto.
Erukiel y Daniel no dijeron nada, la verdad es que ellos también estaban agotados.
El único que quedó fue Phil quien estaba sujetando la mano a Emma.

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Mis amados niños (Yakusoku no neverland)
FanfictionEmma ve en shock como Mamá le rompe la pierna a Norman. Emma escucha en silencio como Mamá le dice que llegó la hora de su recogida. Emma sabe que es su final y está triste, no por que vaya a morir si no por que ya no podrá ver a su amada familia y...