Capítulo 18: Descubiertos

2.5K 249 56
                                    

Los 5 infiltrados se pusieron nerviosos al escuchar el sonido de pisadas y voces.

Si alguien los descubría, incluso si fuera uno de los niños más pequeños del orfanato, tendrían muchos problemas.

—Escalen.—dijo Ray mientras empezaba a trepar por los árboles para evitar ser visto.

Los demás siguieron su ejemplo y empezaron a escalar aunque Don tuvo que ayudar a Norman quien no poseía tanta experiencia como los demás.

—Vamos.—dijo Yūgo mientras subía a una de las ramas más alta.—Yo me muevo mucho más rápido que ustedes 4 y eso que soy mayor.

—O sea que ya eres viejo.—dijo Ray mientras se sentaba en otra de las ramas.

—Más respeto Emo Cíclope.—le dijo Yūgo mientras ayudaba a Norman para que se sentara a lado de Ray.

Don y Gilda se sentaron en otra rama que estaba un poco más alta que la de Yūgo pero no tanto como la de Ray y Norman.

De pronto se escucharon las voces nuevamente pero esta vez en un tono más alto.

—Ven Sarah.—dijo al parecer un niño mientras se acercaba al área donde ellos estaban.

—Creo que puedo ver a alguien.—dijo Gilda mientras se lograba poner de pie en la rama.

Aunque Don tuvo que ayudarla para que no se fuera a caer ni nada por el estilo.

Gilda movió unas ramas más pequeñas y fue cuando vio a 2 niños.

Uno de ellos era un niño de cabello rojizo que sonreía y el otro era una niña de cabello negro.

La niña al parecer era mayor que el niño quien se acercó corriendo hacia el bosque.

—Vamos Mark.—le llamo la niña al menor quien estaba metiéndose aún más en el bosque.

—No te preocupes Sarah.—le dijo Mark a su hermana mientras empezaba a acercarse a unas flores.—Espero que a mamá le gusten estas flores.

Al oír esa frase los 5 infiltrados se quedaron en silencio, esperando oír un poco más.

—Creo que sí le van a gustar.—dijo Sarah mientras se sentaba en el césped.

—¡Eso espero!—dijo Mark mientras se acomodaba una flor en el cabello.—Creo que también voy a llevarle 1 a Lucas.

—Lucas siempre está enfermo.—dijo Sarah mientras se acomodaba su cabello.—Por eso mamá no deja que salga de la casa.

—En eso tienes razón.—dijo Mark mientras seguía recogiendo flores.

—¡Mark!—grito de pronto otra voz infantil.—¡Sarah! ¡Vamos a desayunar!

—¡Está bien!—dijo Mark mientras se paraba y corría hacia el edificio.

En cambio la niña se paró en silencio, se limpio la falda y sus piernas.

De pronto como si fuera una broma de mal gusto por parte de algún ser divino la pequeña levantó la mirada.

Sarah abrió levemente su boca cuando su mirada se encontró con la de Gilda.

Desde el punto de vista de la niña solamente podía ver a una mujer misteriosa encima de una rama.

Gilda se quedó en silencio mientras veía a Sarah quien aún tenía la boca abierta.

Sarah dio unos pasos de espalda para después correr hacia el orfanato.

Gilda miro a Don quien también se veía asustado.

—Me vio.—les dijo Gilda mientras se sentaba nuevamente.—Esa niña me vio.

—No podemos seguir aquí.—dijo Norman mientras se preparaba para bajar del árbol.—Fueron a desayunar así que aún tenemos tiempo para ir a otro lado.

—¿Y si se lo dice a la mamá?—le pregunto Yūgo mientras bajaba del árbol.

—Solo podemos esperar que no diga nada a nadie.—dijo Ray mientras bajaba del árbol.

—Podemos ir a la zona con rocas.—dijo Don mientras ayudaba a Norman a bajar del árbol.

—¿Hablas en donde se escondió Emma cuando llegó Krone?—le pregunto Ray a su hermana.

—Sí.—dijo Gilda en voz baja mientras bajaba del árbol.

Una vez que los 5 quedaron en el suelo Ray empezó a caminar a paso veloz hacía esa zona.

Yūgo solo miro al edificio de lejos pensando en el plan para entrar esa noche.

Sí esa niña decía algo...

Entonces todo el plan fracasaría.

Caminaron en silencio pero a paso veloz para no perder tiempo.

Tenían que tener un nuevo refugio para esconderse hasta después del atardecer.

Si no todo iba a fallar.

—Falta poco.—mencionó Don mientras veía el lugar.

Gilda apretó sus puños.

Se sentía imponente, si ella estaba hay era para que los niños no se asustaran ni les tuviera miedo.

Pero lo único que hizo ante esa niña fue quedarse en silencio.

Ni siquiera la saludo o algo similar.

—Vamos Gilda.—le dijo Don a la chica mientras le sujetaba de la mano.—No te culpes, esa niña apareció de pronto junto con el otro pequeño.

Gilda apretó sus puños.

—Se dieron cuenta que ese niño se llamaba de la misma manera que nuestro hermano.—le dijo la joven no solo a Don si no también a Norman y a Ray.—Se llama Mark.

—Cierto.—dijo Ray mientras veía el lugar con rocas.—Ya llegamos.

Al frente de ellos estaba esa zona llena de grandes rocas con las que uno podía esconderse fácilmente.

Al frente de ellos estaba esa zona llena de grandes rocas con las que uno podía esconderse fácilmente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Ustedes vivían con esto cerca?—le pregunto Yūgo mientras veía a los 4 jóvenes.

Sus niños pudieron haberse lastimado.

Aunque no pensaba decirlo claramente.

—Isabella nos cuidaba.—dijo Norman mientras se acercaba a una de las rocas que era mucho más grande que él.—Ella solía dejar a Emma jugar por aquí junto con nosotros 4 ya que éramos los mayores, también jugaba Anna y a veces Nat pero los más pequeños no solían venir aquí.

Yūgo miro a Norman quien tenía una sonrisa triste en su rostro.

El mayor de los 4 jóvenes sabía quien era Emma debido a que los chicos solían hablar mucho de ella.

Hablaban de sus sonrisas, de cuando jugaban a las traes, de cuando hacía sonreír a los pequeños.

Y hablaban de las palabras que Emma les había dicho la noche en que fue asesinada por demonios.

—Nos vamos a esconder aquí por algunos minutos.—dijo Ray mientras veía el lugar.—Si escuchamos a los niños entonces nos mantendremos en movimiento.

Mis amados niños (Yakusoku no neverland)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora