Mis amados niños (Yakusoku no neverland)

Capítulo 10: Después de 2 años

Al día siguiente Emma despertó en la nueva cama en silencio, se sentó y vio como las lágrimas salían de sus ojos.

Miro a la cama de al frente.

Estaba vacía y ordenada, nadie dormía allí.

Emma vio como las demás niñas se levantaban en silencio.

Algunas la veían con sorpresa pasajera pero otras que se veían mayor no mostraron emoción alguna.

"Debo ser mamá." Pensó Emma mientras se levantaba y empezaba cambiarse el pijama por la muda de ropa que Isabella le había dejado.

Se vistió en silencio al igual que las demás niñas.

Había varias.

En su cuarto había un total de 12 camas pero solo había 9 niñas, sumando a Emma que dormían en esa habitación.

Algunas se veían mayor como de 14 o 13 años pero también había niñas pequeñas.

Emma las miro en silencio y calculo que la más pequeña de ese grupo por lo menos tendría unos 9 o 10 años.

Una vez que estuvo lista se miro.

Al igual que en el orfanato la ropa era la misma para las niñas de todas las edades.

En Grace Field era la ropa blanca pero allí era diferente.

Era una camisa holgada de color gris sin botones o algún otro diseño, los pantalones era holgados igual que la camisa y de color gris.

Todas las niñas usaban unos zapatos negros con cordeles negros.

Emma se vistió y salió del cuerpo siguiendo a las demás niñas.

Vio en silencio como otros grupos salían de las demás puertas con la misma ropa.

"Debe ser fuerte." Pensó Emma mientras apretaba los puños.

Con ese pensamiento Emma empezó a entrenar para convertirse en mamá.

Ella sabía que la crianza que había recibido en Grace Field iba a ser muy diferente a la que iba a recibir.

Pero nunca creyó que tanta.

Las niñas eran criadas con una disciplina estricta en varias áreas.

Algunas eran como aprender a controlar a los niños y a hacer las tareas del hogar.

Otras áreas estaban destinadas a fines físicos como aprender a pelear.

Emma había aprendido a romper huesos y saber cuanto tiempo iban a demorar en sanarse, como cuando Isabella le había quebrado la pierna a Norman.

Antes de lo pensado habían pasado 2 años, Emma paso 2 años en ese edificio que se encargaba de criar a las futuras mamás y hermanas.

Las niñas eran entrenadas por otras mujeres que habían pasado por ese entrenamiento pero en vez de ser mamá o hermana habían sido elegidas como instructoras.

Emma se levantó como todos los días y se acomodó su cabello el cual había crecido hasta llegaron poco más abajo de su cuello.

Se levantó y miró como había una niña durmiendo en la cama de al frente.

Emma ya tenía 13 años y hasta ese entonces no había visto a otra niña usar ese cama.

De vez en cuando veía una cara nueva pero aún así no era algo muy común.

En silencio Emma se vistió al igual que las demás, en silencio vio de reojo a la recién llegada.

Cuando se daba cuenta de que alguien nuevo llegaba Emma se ponía a observarlo en silencio.