Emma ve en shock como Mamá le rompe la pierna a Norman.
Emma escucha en silencio como Mamá le dice que llegó la hora de su recogida.
Emma sabe que es su final y está triste, no por que vaya a morir si no por que ya no podrá ver a su amada familia y...
Emma se despertó igual que muchas otras veces antes.
Pero no despertó por si sola como siempre lo hacia, despertó ya que uno de los bebés estaba llorando.
Se paró rápidamente y empezó a ver a los pequeños.
Carolina, su pequeña de ya unos 2 años que estaba a punto de cumplir 3 estaba llorando.
Emma la cargó en sus brazos y la pequeña poco a poco dejó de llorar al sentir el calor del cuerpo de la mujer de 20 años.
Emma siguió cargando a Carolina y de manera inconsciente poco a poco recordó a su hermana menor, Carol.
Esa pequeña bebé que había logrado darle información sobre los rastreadores y que a los pocos días de haber llegado a Grace Field se había ganado su cariño.
Emma acercó a Carolina a su cuerpo y la niña empezó a reír haciendo que Emma sonriera.
Poco a poco Emma fue dejando a Carolina en su cuna, la pequeña aún sonreía y movía sus brazos de manera feliz.
Emma observó la ropa de Carol y no pudo evitar sonreír.
No es que fuera correcto darle ropa de otro estilo a los niños pero Emma que había aprendido a coser mientras se formaba para hacer mamá no podía evitarlo.
Le gustaba darle ropa que fuera diferente a sus niños, por lo menos a los más pequeños.
Emma poco a poco se alejó de Carolina quien aún sonreía al ver a su mamá.
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Emma sabía que Carolina no iba a hacer un escándalo así que se fue a bañar tranquila.
También sabía que muy pronto Carolina iba a dejar la cuna he iba a dormir en una cama junto con sus hermanos más grande.
Pero hasta ese entonces... hasta ese día quería seguir tratando a Carolina como una bebé.
Emma fue al baño de su habitación he igual que muchos días anteriores se bañó en un período de 10 minutos.
Al terminar de bañar se puso su ropa, el traje de mamá pero no salió de inmediato.
Tomó aire y lo soltó en una gran bocanada de aire.
Era otro día como cualquier otro.
Sí eso era, un día común y corriente dentro de ese mundo de granja y niños ganado.
No tenía que entregar a ninguno de sus niños, aún podía disfrutar de sus pequeños.
Hasta que le dijeran que entregara a otro de sus amados niños.
"No pienses en eso Emma." Pensó la mujer de 20 años para salir finalmente del baño dando una sonrisa.
Al salir se encontró con Carolina aún sonriendo, Christian y Olivia también se habían despertado.
