Capítulo 22: Encuentro 1/2

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Emma se quedó sorprendida al oír lo que dijo James.

—¿Estas seguro?—le pregunto Emma a su hijo.

James asintió con la cabeza.

—Annie empezó a buscar a los demás debido al juego pero de pronto se puso muy nerviosa y dijo que no encontraba a Sarah.—le explico James.

Emma le acarició el cabello a James y a Ángela.

—Angie ¿Dónde está Lucas?—le pregunto Emma a su hija al darse cuenta de que el niño no estaba por ninguna parte.

—Cuando Annie empezó a buscar al resto Lucas decidió unirse al juego.—le dijo Ángela a su madre.

Emma apretó levemente sus puños pero sonrió.

—No sé preocupen mis niños.—dijo Emma mientras sacaba un reloj de su bolsillo y mantenía su sonrisa.—Yo iré a buscar a Sarah, ustedes quédense aquí.

—Sí mamá.—dijeron Ángela y James mientras veían como su mamá iba a buscar a su hermana.

Emma sujetó el reloj entre sus dedos mientras sentía el aire levantar levemente su traje, ella aún sonreía.

Emma sujetó el reloj entre sus dedos mientras sentía el aire levantar levemente su traje, ella aún sonreía

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Emma camino en silencio hacia el bosque para poder encontrar a su hija.

Quería encontrar a todos sus pequeños para poder mantenerlos a salvo.

Una vez que llego a un punto en que supo que nadie la observaba, Emma abrió el reloj.

Emma vio el aparato por algunos segundos para después empezar a correr hacia aquella dirección.

Mientras corría se preguntaba en donde podría estar Sarah, su niña no era de las que desaparecían de pronto.

Vio unas cabezas y se acercó pero de manera lenta.

—¿Mamá?—le preguntó Donald cuando vio a su madre.

A lado del niño estaba Jessica.

—Niños.—los llamo Emma mientras los veía.—Sarah no aparece, debo ir a buscarla pero para estar seguros necesito que todos ustedes vayan con Ángela y James, están cerca del orfanato.

—¿Sarah no está?—le pregunto Jessica sorprendida a su madre.

Emma se agachó hasta quedar a la altura de la niña y le acarició las mejillas.

—Voy a buscarla, pero si todos ustedes están aquí entonces me preocupare por todos y no podré buscarla bien.—le respondió Emma.—¿Me entienden?

—Sí mamá.—dijeron ambos niños.

—Mamá si encuentro a otros de mis hermanos le diré lo que nos dijiste.—le dijo Donald para después sujetarle de la mano a Jessica y empezar a correr.

Emma empezó a correr para poder buscar al resto de sus niños, era una suerte que después de tantos años su memoria hubiera mejorado.

Encontró a sus niños y todos ellos aceptaron la idea de salir del bosque para que su mamá pudiera buscar a Sarah de manera tranquila.

Aunque Emma lo que quería hacer realmente era alejar a sus niños de allí para poder ver a Sarah con el rastreador.

Si todos sus niños estaban en la misma zona, solo abría un punto que estuviera alejado de todos.

Ese punto sería Sarah.

Emma siguió con la búsqueda de sus niños, en un punto se dio cuenta que no había más niños en el bosque por lo que sacó su reloj.

Todos estaban en la misma zona, solo había uno que era diferente.

De inmediato empezó a correr hacia esa zona.

Zona que conocía perfectamente, era el lugar donde ella solía jugar con sus hermanos y hermanas a las escondidas.

Era el lugar prohibido para sus niños.

¿Por qué Sarah estaba allá?

Emma se detuvo al ver que ya había llegado al lugar.

—Sarah.—le llamo Emma mientras sacaba su reloj.—Sarah ¿Dónde estás?

Nadie contestó y eso preocupó un poco a Emma quien miro el reloj.

El punto que era Sarah se estaba moviendo lo que significaba que su niña no estaba dormida o desmayada.

Emma guardó el reloj y empezó a caminar hacia la dirección en donde había visto el punto.

—Sarah.—la volvió a llamar.—Ven Sarah hay que regresar.

Nadie contestó y eso hizo que Emma se preocupara aún más.

¿Acaso Sarah estaba jugando?

No, eso era imposible, ella no era de las que se escondía y asustaba a todos.

Camino en silencio, solo dejando que se escucharan sus pasos para poder darle confianza a su niña.

Si era cierto lo que había dicho Ray entonces tendría que tener cuidado.

Mientras caminaba examinaba el terreno.

Si había alguien más aparte de Sarah y ella entonces tendrían que dejar huellas, algún rastro que ella pudiera seguir.

Empezó a caminar con el cuidado de no hacer ruido.

Fue cuando vio una cabellera de color verde oscuro, era más bien una melena levemente larga.

La melena se había ido corriendo para esconderse detrás de otra roca.

Emma se dio la vuelta para tomar otro camino, sabía como llegar en silencio desde otra dirección.

Camino en silencio y se escondió detrás de un árbol, saco el reloj y vio como el punto se quedaba quieto.

Emma dio un rodeo, ahora en vez de estar adelante de Sarah estaría detrás.

Con cuidado de no hacer ruido y moviéndose de manera ágil y hasta felina Emma logró quedar cerca de Sarah.

Movió ligeramente la cabeza y vio a Sarah.

La niña era sujetada por un hombre mayor, el hombre sujetaba con una de sus manos las muñecas de Sarah y con la otra tapaba la boca de la niña.

Cerca del hombre mayor estaba la melena de cabellera verde oscuro.

Emma calculo por su ropa que se trataba de una mujer.

—No hay rastros de la mamá.—dijo de pronto un hombre de piel morena mientras se acercaba al grupo.

Emma se ocultó rápidamente para que no fuera vista.

Apretó sus puños,tenía que rescatar a Sarah, esa niña era su hija.

De entre todos los niños que estaban al cuidado de las demás candidatas a mamá y de algunos demonios, Emma había elegido a Sarah.

A esa niña que no lloraba cuando era cargada por los demonios pero que se alteraba cuando era cargada por una humana.

Esa niña que no lloro cuando Emma la cargó era su hija, al igual que todos los niños.

Emma agradeció las clases de defensa y ataque que daban cuando se preparaban para ser mamá.

La joven no tenía tiempo,sus niños empezarían a preocuparse.

Emma corrió velozmente hacia la joven de cabellera verde y le sujetó de la muñeca con fuerza.

Mis amados niños (Yakusoku no neverland)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora