Capítulo 29: ¿Me van a odiar?

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Emma miró en silencio como su hijo biológico bebía la sangre que caía de la palma de su mano.

—Phil estoy bien.—le dijo Emma al niño mientras le acariciaba el cabello.

El niño de 7 años levantó la cabeza, la sangre de Emma caía por la comisura de su labio pero el pequeño aún así sonrió.

—¿Estás bien mamá?—le pregunto el pequeño mientras veía la herida de su madre.

—Sí tranquilo.—le dijo Emma para después mirar al resto de sus hijos.—No se preocupen, todo esta bien.

Emma estiró sus brazos y de manera inconsciente los niños se abalanzaron sobre ella.

—¡Tuvimos mucho miedo!—le dijo Erukiel que había tratado de que sus lagrimas no cayeran.

—Sarah llegó corriendo y...—la frase de Daniel quedo incompleta, el niño solo abrazaba a Emma.

—Tú no estabas.—dijo Phil en voz baja, el pequeño estaba abrazando el torso de su madre fuertemente.—Así que vinimos a buscarte.

Emma abrazo a sus niños lo más que pudo para poder calmarlos.

—Lo lamento, fui una mala madre y los terminé preocupando.—le dijo Emma con voz dulce.

Mientras que Emma calmaba a los niños el grupo sólo los observaba en silencio.

Norman, Ray y Yūgo estaban viendo a los niños los cuales le sonreían a Emma mientras que Don y Gilda veían a su hermana fijamente.

"Ellos realmente aman a Emma." Pensó Norman al ver a los pequeños pero su mirada se fijó rápidamente en Phil.

Ray y él se habían dado cuenta del parecido con Emma.

El mismo cabello naranja y los mismos ojos verdes.

Y el dato de que las mamás tenían que quedar embarazadas para poder asumir ese puesto.

"¿Es posible que ese sea el hijo que Emma dio a luz para ser mamá?" Pensó Ray seriamente.

—Ya tranquilos.—dijo Emma mientras empezaba a tararear una melodía que Ray conocía bastante bien.

A los pocos segundos Emma le dio una nueva letra a la melodía.

A medida que Emma cantaba los niños se fueron calmando al escuchar la melodía que su madre solía tararear y con la letra ellos dejaron de llorar.

Norman, Ray, Gilda y Don estaban sorprendidos por la letra que Emma le había dado a aquella melodía.

Los niños le sonrieron a Emma quien solo les acariciaba el cabello.

—¿Quienes son ellos?—le pregunto Annie a su mamá mientras señalaba Yūgo.

El corazón de Emma empezó a latir rápidamente.

¿Qué les diría a los niños?

¿Acaso les dirían la verdad sobre el orfanato? ¿Sobre los demonios, las granjas y el exterior?

Acaso... ¿Sus niños la iban a odiar?

Norman y Ray la odiarian por no haberles dicho que era su madre biológica.

Phil recordaba todo y por mucho tiempo ella había ignorado la pregunta que él pequeño le había hecho:

Mamá... ¿Qué soy yo?

Emma estaba asustada.

Gracias al té especial los niños habían olvidado que ella era la madre de Norman y Ray.

Gracias a ese té sus pequeños habían olvidado que ella había estado embarazada y que ella era quien había dado a luz a Norman y a Ray.

¿Y el resto?

Phil, Norman y Ray no eran los únicos afectados.

De manera inconsciente pensó en los niños que actualmente estaban en el orfanato:

Pensó en Annie, Donald, Natalie, Erukiel, Jessica, Lucas y Ángela.

Los niños mayores del orfanato, los pequeños que tenían entre 11 y 9 años.

Ellos ya no eran tan pequeños, Emma lo sabía pero seguían siendo sus niños.

Los amaba pero... ¿Ellos la seguirán llamando mamá cuando descubrieran la verdad o la verían como una mentirosa y una asesina?

Pensó en Isabella, Marie, Emily, Sarah y Daniel.

Los niños que tenían entre 8 y 7 años.

Daniel estaba más calmado y le sonreía pero ¿Le seguiría sonriendo cuando descubriera la verdad? ¿Las 3 pequeñas de solo 8 años que siempre estaban juntas la iban a ver como un monstruo acaso?

Pensó también en James, Thomas, Mark, Michelle y en los 5 bebés que ahora mismo deberían estar en sus cunas hambrientos.

Todos ellos... ¿La odiarian?

—Mamá.—le llamo Erukiel esta vez.

—No pasa nada.—dijo Emma mientras trataba de no llorar.—Ellos son... ellos son...

Gilda vio que a su hermana le costaba mucho hablar así que decidió ayudarla.

—Hola niños.—dijos la joven mientras doblada sus rodillas para quedar a la altura de los pequeños.

Inconsciente los niños se pusieron detrás de Emma buscando la protección a la que estaban tan acostumbrados.

Emma abrió sus boca pero rápidamente la cerró.

—Ella no les va hacer daño.—les dijo Emma a sus hijos.

Annie, que era la única que no estaba detrás de Emma se acercó un poco a Gilda.

—Hola.—dijo la pequeña algo confundida por las personas que estaban al frente de ella.—Soy Annie.

Don abrió un poco su boca al darse cuenta que la niña tenía un nombre similar al de su hermana, Anna.

—Hola Annie.—dijo Gilda después de unos segundos.—Me llamo Gilda y soy la hermana de tu mamá.

Emma quedó sorprendida al oír las palabras de la joven.

A pesar de que se hubieran reunido Emma no podía creer que Gilda aún la considerará su hermana.

—¿Eres la hermana de mamá?—le preguntó Daniel que había dejado de esconderse.

—Sí.—respondió Gilda sonriendo.—Su mamá y yo vivíamos en el mismo orfanato como ustedes.

Al oír eso los niños dejaron de esconderse detrás de Emma y se acercaron a Gilda.

—¿Vivías con mamá?—le pregunto Donald mientras sonreía de manera inconsciente.

Gilda quedó sorprendida al ver la sonrisa de Donald.

De alguna manera su sonrisa se parecía un poco a la sonrisa de Don.

—Sí, vivía con ella.—dijo Gilda mientras se paraba y sonreía.

Phil miro a Gilda en silencio mientras le sujetaba la mano a su madre.

"Esto es malo... ellos no deberían estar aquí por ningún motivo." Pensó Phil con algo de molestia.

Aunque no sabía bien el porqué.

¿Era acaso por qué el hombre de ojos celestes y el hombre de cabello negro tenían un olor parecido al de sus hermanos menores?

Mis amados niños (Yakusoku no neverland)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora