Capítulo 36: Buenas noches

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Emma se alejó de Yūgo y dio una pequeña sonrisa que rápidamente borró para después ver al grupo.

—Necesito que me hagan un favor.—les dijo Emma mientras se limpiaba las lágrimas con su mano.

—¿Un favor?—pregunto Don confundido y cansado.

Aunque no era el único.

Todo el grupo se encontraba agitado debido al viaje y al reencuentro.

Para volver a Grace Field habían tenido que caminar por días enteros, los caballos no eran una opción ya que querían pasar por desapercibido.

—Yo... necesito que se lleven a estos niños al Mundo Humano.—les pidió Emma.—Quiero que se le lleven y los  cuiden por que yo... yo solo...

Emma sintió que su garganta se cerraba y que las lágrimas iban a volver a salir, se sento en una de las sillas y apretó sus puños.

—Yo... Yo tomé un papel que no me correspondía.—dijo Emma mientras bajaba la cabeza.—Tomé el papel de ser su madre aún cuando sabía la verdad mejor que nadie, les hice creer una mentira, les hice creer que todos estaban a salvo y tomé el papel de ser una buena persona cuando de verdad yo...

Emma apretó los dientes tratando de no llorar.

Tenía que salvarlos, salvarlos a todos ya no soportaba seguir dejando a más hijos.

Gilda se paró y abrazo a Emma con fuerza, negándose a soltarla.

—Todo va a estar bien.—empezó a decir ella.—Van a estar bien si mi, esas fueron las últimas palabras que nos dijiste.

Emma subió la cabeza sorprendida mientras sentía como su cuello empezaba a sentirse húmedo debido a las lágrimas de Gilda.

—Siempre pensamos en ti.—le dijo la joven.—Siempre recordé esas palabras ya que me dieron fuerza cuando llegamos al refugio y cuando salvamos a Lucas, a Oliver y al resto de unos cazadores, tú siempre me diste fuerza Emma.

Emma levantó sus temblorosos brazos sin saber que hacer pero al sentir como Gilda la abrazaba con más fuerza correspondió al abrazo.

—Tú no eres mala Emma.—le dijo Gilda mientras se quitaba los lentes.—Tú siempre fuiste nuestra hermana, tú siempre nos cuidaste y te preocupabas por todos yo... yo estoy seguro que sientes lo mismo por esos niños, estoy seguro que los amas, no eres mala.

Emma cerro los ojos y dejó que las lágrimas cayera.

Durante años se había sentido tan cínica debido a la situación en que estaba.

De niña hizo de todo para escapar de Isabella, de aquella mujer que vio como su madre pero que con el paso de tiempo terminó viendo como un enemigo y ahora de grande estaba haciendo lo mismo que ella.

"Sí soy mala Gilda, soy la peor persona que existe ya que pude detenerme pero estaba tan desesperada por sentirlos cerca, por sentir que estaban cerca de mi de alguna manera..." Pensó Emma mientras terminaba el abrazo.

Norman y Ray sabían que algo estaba preocupando a Emma pero no sabían que.

—Emma.—le llamo Norman mientras se acercaba a ella.—Ahora estamos juntos y podremos ir al Mundo Humano, todos nosotros.

Ray puso una mano en el hombro de Emma dándole apoyo mientras que Don asentía con la cabeza.

—Lo siento.—dijo Emma mientras se limpiaba el rastro de lágrimas.—No nos hemos visto en años y ahora lo único que hago es llorar.

Gilda solo apoyó su frente con la frente de Emma y sonrió.

—Vamos a estar bien ahora por que estamos juntos.—le dijo ella.—Ahora no hay nadie que nos separe.

—Mañana le explicaremos la situación a los niños.—le dijo Don.—A Norman o a Ray se les ocurrirá algo.

Los 2 mencionados miraron a Don por unos segundos para que después Ray soltara un suspiro y Norman sonriera.

—No te preocupes Emma.—le dijo Norman.—Ray y yo...

—No.—le interrumpió Emma mientras lo miraba.—Yo me encargaré de eso... es lo mínimo que pudo hacer por los niños.

—¿Estás segura?—le pregunto Gilda algo preocupada.

Emma asintió con la cabeza mientras se paraba de la silla.

—Deben estar cansados.—les dijo Emma mientras los veía.—No se por cuántos días han estado de viaje pero de seguro están agotados.

—Tienes razón.—dijo Don mientras estiraba sus brazos.—Yo solo quiero dormir en una cama.

"Dormir en el suelo es más incómodo de lo que recordaba." Pensó Don mientras recordaba los dolores de espalda con los que despertaba.

—Hay una habitación libre.—dijo Emma mientras se acercaba a la puerta.—Esta limpia solo que no la usamos ya que no tengo tantos niños.

—Cama.—dijo Don maravillado haciendo que Gilda lo mirara con incredulidad.

El grupo tomó sus cosas y siguieron a Emma en silencio quien los llevó al segundo piso.

—Aquí.—dijo Emma mientras se acercaba a una puerta que estaba al final del pasillo.—Los niños están durmiendo así que por favor no hagan mucho ruido para despertarlos.

Gilda asintió con la cabeza mientras que Norman solo caminaba a la puerta.

Ray, Don, Gilda y Yūgo imitaron las acciones de Norman y fueron a la pieza.

—Buenas noches Emma.—dijo Gilda mientras abrazaba a su hermana y le daba un beso en la mejilla.

Emma quedó algo sorprendida por eso pero solo sonrió.

—Buenas noches Gilda.—dijo Emma mientras veía como la chica entraba a la habitación.

—Buenas noches Emma.—dijo Don emocionado.

—Buenas noches Don.—le dijo ella mientras juntaba sus manos.

—Buenas noches Emma.—dijeron Norman y Ray al mismo tiempo mientras que Yūgo solo asintió con la cabeza.

—Buenas noches Ray, buenas noches Norma y buenas noche Yūgo.—dijo Emma para después cerrar la puerta.

Cerró la puerta y cubrió su boca con ambas manos tratando de no llorar.

Lo había dicho.

Después de tantos años al fin le había vuelto a dar las buenas noches a sus hermanos.

Emma fue a su habitación y al cerrar la puerta las lágrimas cayeron.

"Están bien... todo va a estar bien." Pensó Emma emocionada mientras se acercaba a las cunas y veía a los bebés dormir.

—Ustedes no tendrán que preocuparse por nada de esto.—les dijo Emma en voz baja.

Se quitó la ropa diaria para ponerse el pijama y aún con la emoción presente se acostó en la cama.

—Todo va a estar bien.—se dijo Emma a si misma emocionada mientras lloraba.

"Ya no... ya no tendré que decir adiós otra vez." Pensó Emma feliz.

Cerro sus ojos y poco a poco se fue quedando dormida.

Mis amados niños (Yakusoku no neverland)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora