Capítulo 33: Recuerdos dolorosos

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Phil sujeto la mano de Emma mientras caminaban hacia el comedor viendo de reojo al grupo.

"No los quiero cerca de mamá... esos hombres... ellos huelen demasiado extraño... se parecen demasiado a mis hermanos... no, si lo pienso bien... no son solos los 2 hombres que tienen los mismos nombres, la mujer y el otro hombre, el más joven se parecen un poco a... no,es imposible." Pensó Phil mientras apretaba la mano de Emma con nerviosismo.

Yūgo, Ray, Don, Norman y Gilda fueron al comedor en silencio hasta que llegaron a la habitación.

Al entrar los 4 jóvenes se vieron rodeados de recuerdos.

Los recuerdos de haber vivido allí lo seguían atormentando.

No sé detenían.

Solo podían recordar los momentos que pasaron en esa casa, los momentos que pasaron con sus hermanos y hermanas que ya habían fallecido.

Los recuerdos que hicieron con Isabella.

Era una desagradable sensación que había entrado dentro de ellos como una pequeña espina pero que había ido creciendo.

—Creo que deberían sentarse.—sijo Emma mientras los veía.

Se sentaron en una de las mesas mientras que Emma los veía.

—¿Quieren té?—le pregunto Emma al grupo mientras soltaba la mano de Phil.

—Sí por favor.—le dijo Gilda aunque se demoró unos segundos en responder.

El resto sólo negó con la cabeza mientras veían como Emma tomaba una tetera y la llenaba con agua.

Phil se quedó parado en un solo lugar mientras recibía las miradas del resto.

—¿Qué edad tienes?—le pregunto Don al niño.

Don quería borrar esa atmósfera tan tensa y creyó que hablar con el pequeño era una buena idea.

—Tengo 7 años.—le contesto el niño sin quitar la vista de Emma.

Ray negó con la cabeza.

Ese niño no podía ser hijo de Emma.

Según sus cálculos Emma ya tiene 20 años, quitándole los 7 del niño significaría que lo tuvo a los 13.

"Era muy pequeña, es imposible incluso si lo hubiera tenido a los 14." Pensó Norman mientras veía al niño, él también había sacado cuentas.

—Phil.—le llamo Emma al niño.—Por favor ve a dormir.

El niño miró a su madre con temor y asombro.

—¿Qué?—le preguntó Phil a Emma mientras se acercaba a ella.—No quiero irme.

Emma se agachó hasta quedar a la altura del pequeño y le abrazó.

—Por favor Phil, ve a dormir.—le pidió Emma a su hijo.—Yo tengo que hablar con ellos de temas de adultos.

—Yo puedo entender esos temas.—le dijo Phil a Emma mientras correspondía al abrazo.—Siempre sacó 300 en mis exámenes.

Emma termino el abrazo y le sonrió.

—}o sé.—le dijo ella.—Pero no quiero que oigas esto.

Phil miro a su madre y después al grupo.

—Entendido.—diijo el niño algo asustado mientras se iba aunque en el fondo no quería hacerlo.

En contra de su voluntad el pequeño se fue a su pieza.

Mis amados niños (Yakusoku no neverland)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora