Mayo...
Cassie Walker
Rasgo los sobres blancos de azúcar y los hecho en la taza de café, que Harry se encargó de traerme. Mi pierna hormiguea, debido a que está estirada y siento los músculos de mi cuerpo tensarse. Remuevo de nuevo la sustancia con la pequeña cuchara. Harry me ha traído a la cafetería que me comentó antes. El olor a café, es bien recibido por mi nariz. Huele bien.
Hace una semana que salí del hospital y tengo que estar apoyada por dos muletas que me ofrecieron. Al menos, hasta que me quiten las puntadas y que no presente alguna infección interna. Pero por ahora, tengo que apoyarme de Harry cada vez que salga. Quiera aceptarlo o no, pero él tiene que regresar a la casa. No debí sacarlo de ahí, cuando nuestros padres nos lo pagaron como un regalo. No es justo para él, ni para mí. Aunque no estará durmiendo en la misma cama, pero estar bajo el mismo techo está en su derecho.
Levanto el vaso, para llevarlo a mis labios y sorber un poco. Reprimo el impulso de gritar, gracias a que mi lengua sufrió un accidente. Ahora no tendré sabor por los próximos minutos. Depósito el vaso de nuevo en el portavasos.
-¿Qué pasa?- pregunta el chico confundido:- ¿No te gusta el café?- hace una expresión de disgusto.
-No. No.- niego varias veces, llevo mi mano derecha a mi boca y digo:- El café está delicioso, Harry. No te preocupes.
-¿Entonces?- una sonrisa burlona aparece en sus labios, pero parece adivinar:- ¿Te quemaste?- no lo evito más y asiento:- Dios mío.- suspira riéndose un poco:- Dejame mirar.
-Estoy bien.- digo, apartando mi rostro de su mano.
-Dejame ver, Cassie.- vuelve a insistir, pero vuelvo a desviarme:- Deja que mire.
-Basta, Harry.- detengo su mano, sujetándola por la muñeca. Lo miro seria:- No me paso nada grave, Styles, deja de intentar.- lo regaño algo molesta.
No me gusta que me trate como si fuera una niña pequeña, que necesita que vean por ella en cualquier momento. Es infantil. Él me hace sentir como una. Suspiro soltando su muñeca y desviando la mirada a otro punto de la mesa. Pero me sorprendo, cuando mi mano es sujetada con fuerza y el ceño fruncido es lo único que logro mirar, antes de que unos labios ataquen los míos.
Mi cuerpo se sorprende, pero mi boca responde de inmediato ante el gesto del chico. Puedo pensar en que esto es una locura, porque hay personas mirando la escena y hay otros quienes hablan de cuán infantil nos vemos. Pero mi cuerpo no piensa en alejarse de él, ya que, mis manos aprisionan su camisa para acercarlo más a mí. Quiero que se detenga. Que me deje de besar. Que no me haga esto.
La mente no puede estar de acuerdo a muchas cosas que nuestro cuerpo pide hacer. No cuando hay una situación tan irracional. Necesito tiempo para pensar. Tiempo para alejarme de todo lo que me esta obstruyendo. La idea de dejarlo solo en una cama, aún sigue rodando mi cabeza. Pero cuando él hace esto, me siento traidora.
-Harry.- susurro su nombre, separándome por un momento de sus labios. Pero él no cede:- Harry, hay personas presentes.- digo de nuevo.
-¿Y?- vuelve a pegar sus labios.
Con algo de valentía, logro separarme de sus labios y lo aparto un poco. No sé en que momento se sentó a mi lado, pero esta muy cercas de mí. Respiro profundo y retiro mis manos de su prenda. Desvío mi mirada a otra parte.
-V-Vamos a terminar con el desayuno.- trato de sonar muy tranquila. Pero su cercanía me tiene loca.
-De acuerdo.- asiente, regresando a su posición de antes y tomar su vaso:- Hay algo que quiero contarte.- dice el chico.
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Casada por su obsesión || Libro #1
Fanfiction"Cuando el amor, puede más que la ambición"