Lo que hubiésemos sido

CAPÍTULO 17: Con tu físico y tu química

Helena

― Los enlaces sigma poseen simetría cilíndrica, lo que significa que existe libre giro de un carbono respecto a otro ―explicó la profesora Cummings y escribí sus exactas palabras en mi cuaderno de apuntes―. Estas rotaciones nos permiten obtener diferentes distribuciones espaciales, denominadas conformaciones ―continuó, dibujando en el pizarrón dos ejemplos.

― ¿Dijo conformaciones? ―me preguntó por lo bajo Liv, sentada a mi lado y asentí con la cabeza. No quería arriesgarme a hablar ya que el auditorio se encontraba sumido en un silencio de ultratumba, dejando que la única voz audible fuera la de la profesora.

La clase pasada habíamos aprendido por qué se rumoreaba tanto sobre Grace Cummings en los pasillos. Era sumamente estricta con la concentración en las clases, tanto que consideraba hablar entre nosotros la máxima falta de respeto hacia ella. El lunes anterior, dos chicas en la última fila habían estado cuchicheando durante toda la clase, haciendo que la anécdota de su viaje a Cancún junto con sus risitas llegasen hasta la segunda fila donde había conseguido lugar. La profesora paró la presentación sobre estructuras resonantes y se acercó a su banco, no solo para gritarles como si fueran alumnas de primaria, sino para echarlas de la clase directamente. Desde entonces, decidí que no me arriesgaría, me concentraría en las clases teóricas y lo único que recorrería mi mente mientras la profesora hablase serían los conceptos que nos explicaba tan detalladamente.

― Entonces, como podrán darse cuenta, las diferentes conformaciones representan distintos estadíos de la molécula ―continuó y apuntó con su puntero láser a los ejemplos que había dibujado. Al ver que les daba tanta importancia, los repliqué en el papel que tenía delante ―. Ahora, ¿quién puede decirme la diferencia entre conformaciones y configuraciones? ―preguntó y nadie atinó a responder. El silencio era tan incómodo que me obligué a contener la respiración para no hacer ruido. Varios segundos pasaron y la mujer comenzó a impacientarse―. ¿En serio? ¿Nadie leyó los apuntes de clase como les dije? ―Miré a Liv para comprobar que ella tampoco sabía la respuesta y ambas enterramos nuestros rostros en los cuadernos.

―  No se interconvierten por rotación de enlaces sigma ―Se escuchó de repente y giré mi rostro para encontrarme con el dueño de la voz que nos había salvado a todos.

― Muy bien, señor Reeves ―felicitó la profesora y no pude evitar dejar caer mi mandíbula. ¿Desde cuándo Aiden sabía química? ―. ¿Puede decirnos qué significa eso?

― Que para obtener una nueva distribución habría que romper enlaces y volverlos a formar ―dijo totalmente seguro de sus palabras, con la voz grave y calma.

― Exacto. Por lo menos alguien si leyó... ― ¡¿Desde cuando Aiden leía?! ¿Qué estaba pasando? Busqué nuevamente la mirada de mi mejor amiga  y ella tampoco parecía entender del todo lo que acababa de ocurrir ―. ¿Quedó claro qué es una conformación y una configuración? ― preguntó la señora Cummings y prosiguió dando clases.

Mientras nos contaba sobre los diferentes tipos de isómeros, rompí mi promesa y mi mente recordó la escena del vestuario. Cómo su cuerpo se había pegado al mío, cómo con su toque me había alejado de este planeta. Cómo sus dedos habían echado raíces en mi interior, creando un fuego que sabía que iba a terminar quemándome. Había estado tan cerca de mandar todo a la mierda y besarlo. Solo unos centímetros más y ahora estaría destruida. Rota. ¿Cómo había dejado que aquello sucediera? Era como si no hubiese tenido control, la sensación de tenerlo cerca me había hecho olvidar todo. Incluso ahora, mi cuerpo lo anhelaba pero la vergüenza quemaba mi piel. Recordé tan vívidamente que un escalofrío recorrió mi cuerpo y me sacudí, lo que logró que la rubia me observara arqueando las cejas. Me enderecé en el lugar y seguí anotando todo lo que la profesora decía.