MATRIMONIO POR CONTRATO

CAPÍTULO 35: Venganza.

- ¿Qué es lo que quieres Camila? - escucho a lo lejos la voz ronca de Harry.

Aún no estoy del todo despierta, la cabeza me duele como nunca pero se que esa es la voz de Harry.

- ¡RESPONDE! - grita Harry dejando notar el desesperó en su voz.

- A ti. - responde Camila sinceramente.

- Ya me tienes aquí, déjala ir.

- Para tenerte ella debe desaparecer, ¿no lo sabías?

Abro lentamente los ojos y toda mi alrededor está oscuro. No puedo ver a Harry, sin embargo, logro ver la silueta de Camila lo lejos.

- Déjala ir, te lo ruego. Haré lo que tú quieras. - vuelve a decir Harry.

Intento buscarlo pero no puedo moverme, estoy sentada en una esquina en el suelo, con las manos y pies atados, tengo una tela hecha bola dentro de mi boca y una cinta encima rodeando toda mi cabeza. Los ojos me arden pero aún así las lágrimas comienzan a salir una tras otra. Mentiría si dijera que no tengo miedo, porque lo tengo y mucho.

- Su destino es morir, así que no ruegues mucho por ella. - responde Camila girando y dejándome ver esa sonrisa siniestra.

- Mmgg. - balbuceo con fuerza intentando que Harry me escuche.

- Ali, ¿estás bien? - pregunta Harry con preocupación.

- Nuestra bella durmiente despertó. - dice Camila con hostilidad mientras me mira.

Sé que no es posible que vea mi rostro pero desde luego sabe dónde estoy y por ende mira hacia esta dirección.

- Mmgg. - vuelvo a balbucear y Camila hace una mueca de fastidio y camina hacia mí.

- ¡No te le acerques! - dice Harry levantando la voz y haciendo más notable que está ronco, tal vez por el frío o tal vez por el miedo. - ¡No te atrevas a tocarla!

Harry vuelve hablar y las lágrimas no dejan de salir de mis ojos al ver a Camila con una tijera en mano acercarse a mí.

- ¿Tienes miedo? - pregunta Camila más cerca de mí.

No logro ver su rostro, ni ella el mío. Camila prende un encendedor y se agacha para prender unas velas que están en el suelo frente a mí.

- Mírame. - pide y yo no lo hago. - ¡QUE ME MIRES! - grita y yo lo hago.

- ¡NO LA TOQUES! - grita Harry y un golpe resuena por toda la habitación.

- Estás sobrepasando mis límites Harryson. - habla Camila levantándose y empuñando con fuerza la tijera.

Sus manos tiemblan frenéticamente, su rostro está tenso, su mirada clavada en el suelo, su respiración es sumamente acelerada y todo a su alrededor es aterrador.

- Perdóname, te lo ruego. Sé que hice las cosas mal, siempre estuviste para mí y yo te deje sola, de verdad perdóname. Soy la peor persona del mundo. - dice Harry en un tono suave pero aún se puede notar el nerviosismo y el miedo en él.

Camila levanta la cabeza y deja de empuñar con fuerza la tijera, ahora la pasa de una mano a otra mientras sonríe.

- Sólo tenías que amarme, ¿era tan difícil hacerlo? - responde mirándome a los ojos. - Pero te fuiste para después regresar y casarte con esta. Tú siempre vas a ser mío pero si ella vive te quedarás con ella y si muere me vas a odiar el resto de tu vida. Creo que la mejor opción es que los dos mueran, no quiero que seas feliz con alguien que no sea yo y tampoco quiero que me odies. - termina de hablar y Harry carraspea para volver a hablar.