Voy a morir. Si, ya se que en algún momento todos moriremos, sin embargo, por alguna extraña razón que desconozco siento que ese destino no está muy lejano para mi.
Tuve un extraño sueño donde veía solo una luz brillante y cegadora. Quizá eso simboliza mi muerte y mi camino hacia la luz. ¿Podría ser así?
De cualquier modo, no quiero morir. Si tan solo supiera como moriré, intentaría con todas mis fuerzas evitarlo, no estaría en ese lugar, a esa hora, ese día. Y si no pudiese evitarlo, me despediría de todas las personas a las que amo, haría las cosas bien con ellos y comería mucho, si, no quiero morir con hambre.
¡Ah, Dios! No quiero seguir pensando en esto, no quiero seguir teniendo esta pesada y sombría sensación en mi pecho. Duele, de muchas maneras, duele profundo y sin dar tregua.
No quiero irme, ¿Puedo solo quedarme un poco más? ¿Podría burlar a la muerte y evitar que me lleve? ¿Puedo? ¿Realmente es posible?
No, no lo creo.
Estoy frente a la casa de mis padres, la casa donde crecí, donde pasé los mejores y peores momentos durante mis dieciocho años de vida.
Ahora que lo pienso, soy demasiado joven y ni si quiera disfruto la vida como debería hacerlo.Hay tantas cosas que aún no he hecho y otras que ya hice ni si quiera las recuerdo, todo gracias a esta maldita amnesia. Debería recordarlo todo, al menos podría hacer eso antes de morir, si es que moriré pronto.
- No, no voy a morir. - digo regañandome en voz alta.
- ¿Quien no va a morir? - dice Miranda bajando los escalones de la entrada. - Llevas más de diez minutos aquí parada, ¿no piensas entrar?
Su cara refleja lo extrañada que está frente a mi comportamiento extremadamente fuerte de lo normal. En cambio, yo no puedo dejar de tener una cara de tristeza que cualquiera lloraría al verla.
- Lo haré, entraré. Es solo que extrañaba estar aquí. Además de que me gusta esta casa, pero eso ya lo sabes, ¿verdad? - respondo con una falsa sonrisa en el rostro.
- Si no lo supiera sería demasiado extraño, desde pequeña repetías una y otra vez que pasarías aquí toda tu vida.
- Toda mi vida... - digo chasqueando la lengua. - Supongo que estaba predestinado que sería corta.
- Por Dios, hablas como si fueras a morir ahora mismo. - frunce el ceño y me mira con molestia. - Vamos a entrar, hace frío.
Miranda entrelaza su brazo con el mío y comienza a guiarme hacia el interior de la casa. No puedo evitar ver todo a mi alrededor y sonreír.
Sin duda alguna extrañaré mucho este lugar, aquí fue donde Harry me pidió...
- Miranda... - digo deteniéndome y ella también lo hace, al mismo tiempo que voltea a verme. - Estoy recordando... o eso creo. - digo sorprendida.
- ¡¿DE VERDAD?! - cuestiona evidentemente sorprendida y emocionada. - ¿Qué recordaste?
- Aquí... aquí fue donde Harry me pidió matrimonio, ¿verdad? - digo mirándola expectante esperando una respuesta afirmativa de su parte.
- Si, fue aquí, ¿qué más recuerdas? - dice emocionada y yo sonrío, pero la sonrisa no dura mucho ya que no recuerdo nada más.
- Solo eso... lo siento, te emocione demasiado. - respondo cabizbaja y ella niega.
- Está bien, irás recordando de poco en poco, no te presiones. - dice poniendo sus manos en mis hombros.
Asiento y seguimos caminando. Le pido que me acompañe a recorrer la casa y ella lo hace sin preguntar nada. Creo que supone que lo hago para recordar y en parte podría ser así, pero no mentiré, en realidad creo que me estoy despidiendo de este lugar.
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MATRIMONIO POR CONTRATO
RomanceAllison Brown es una joven de 18 años la cual es obligada a casarse con un completo desconocido, Harry McBride. El motivo es que la millonaria empresa de su padre está a punto de la quiebra y los únicos que pueden salvarlos son los McBride. El matri...