Capítulo 1: Como una Estrella

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Tú, para mí, brillas como una estrella Y si llegas al final, date vuelta otra vez y mírame Tú corazón amarrado a la ventana Ves lo que ves, y no puedes hacer nada.


Otabek Altin sabía que habían ciertas reglas en el mundo, eso le había enseñado su padre. Una de ellas, por ejemplo, es que las niñas usan ropa rosada y los niños usan ropa azul, eso era obvio; los niños juegan fútbol, mientras que las niñas jugaban con muñecas; las niñas eran princesas, usaban vestidos, se maquillaban; los niños eran superhéroes y salvaban princesas; y lo más importante, a los niños les gustan las niñas y a las niñas les gustan los niños.

Otabek vivía con esas reglas, él era el héroe de Kazajistán, el hombre del hogar cuando su padre no estaba, un macho. Junto a su familia vivían en Rusia hace siete años, desde que Otabek tenía solo cinco. Los Altin eran una familia correcta, iban a la iglesia los domingos, daban las gracias antes de cenar, rezaban antes de ir a dormir, los cuatro hijos estaban bautizados, papá y mamá se habían casado ante los ojos de Dios.

Cuando Otabek tenía doce años, lo cambiaron de la escuela católica a una pública, donde conoció a Víctor Nikiforov. Compartía clases con el ruso de cabellos plateados, quien se sentó con él el primer día de clases, hablando todo el tiempo. Poco después de haber ingresado a la escuela, Otabek conoció a Yuri Plisetsky.

Al kazajo le gustaba recorrer los pasillos en silencio, le gustaba estar solo y escuchar música, por lo que siempre acababa en la azotea durante el almuerzo, pero se sorprendió al notar que no era el único con esos planes. Un día se encontró con una niña bailando ballet, no podía ver su rostro, pero sí su silueta estilizada y su cabello dorado y largo. Le miró en silencio por unos minutos, hasta que sin poder evitarlo se le escapó un estornudo, haciendo que la niña dejara de bailar y volteara en su dirección, viéndole.

Otabek se quedó estático, no solo por haber sido descubierto, sino también por la impresión al ver el rostro del desconocido y darse cuenta de que no era una niña. El rubio le miró con el ceño fruncido y las mejillas sonrojadas, acercándose de manera amenazadora. Otabek estaba confundido, los niños no bailaban ballet, eso era para las chicas.

— ¿Qué haces aquí?— El pequeño se puso de puntas para aparentar altura y tratar de intimidar a Otabek, aunque no le funcionó del todo.

— Me gusta estar aquí, ¿Qué haces tú?— El moreno aún miraba extrañado al chiquillo, desesperándolo.

— Estoy bailando, ¿No es obvio? No puedes estar aquí, yo llegué primero, y estoy ensayando algo importante.

— Los niños no bailan ballet.— El desconocido frunció más el ceño mientras Otabek no podía dejar la confusión.

— Los niños bailan ballet, mira, soy un niño, me gusta bailar ballet, listo. No seas tonto.— El rubio estaba dispuesto a golpearlo, pero lo pensó mejor al ver como el moreno era tan alto.

— No, no lo hacen, mi papá dice que es para niñas.— Otabek se había cruzado de brazos, listo para debatir, mientras que el menor solo ponía los ojos en blanco.

— ¿Qué me importa lo que diga tu papá? Mi abuelo dice que está bien si quiero bailar ballet, y apuesto a que es más viejo que tu papá, así que sabe más. Si tanto te molesta, puedes irte.

— No. — El chico le ve desconcertado, a la vez que Otabek mira hacia otro lado. — Me gusta como bailas, ¿Puedo quedarme y ver?

— Ya... mi nombre es Yuri Plisetsky.

— Otabek Altin.

Luego de ese día, Otabek y Yuri solían encontrarse en la azotea cada almuerzo, era un acuerdo al que habían llegado sin siquiera hablarlo. Comían juntos lo que sea que hayan llevado, compartían a veces, la mayoría del tiempo Yuri le mostraba a Otabek lo que aprendió en sus clases de ballet, el moreno le veía maravillado. Algunos días el rubio no bailaba y se dedicaban a escuchar música, también hablaban un montón, o solo miraban las nubes. Yuri era dos años menor que Otabek, pero no lo demostraba para nada.

Yuri era su amigo, y era raro. No de una manera mala para Otabek, quizás raro era algo brusco, era... distinto. Otabek, por ejemplo, conocía muy bien las reglas que su padre siempre le dijo, sin embargo parecía como si Yuri nunca las hubiese escuchado. El menor tenía el cabello largo, a veces llegaba con las uñas pintadas y le gustaba hacerse peinados. Era extraño para Otabek, porque él sabía que los niños tenían que usar el pelo corto y no podían pintarse las uñas, era obvio, era simple. Yuri ignoraba todo eso, y el kazajo no sabía si estaba bien.

Pero Yuri era su amigo, a pesar de su cabello o su gusto por el ballet, él era su amigo, no importaba nada más.

Cuando pasó el tiempo, se volvieron incluso más cercanos, por lo que solían verse también en la salida del colegio, donde se separaban para que Otabek fuera a casa y Yuri a sus clases de ballet. Un día el rubio lo invitó a cenar a su casa, donde el kazajo pudo conocer a su abuelo, un hombre serio con todo el mundo excepto con su nieto, a quien le sonreía lleno de amor.

La sonrisa de Yuri cuando estaba con su abuelo, mostrándole sus nuevos pasos de baile o jugando con su gata, era lo más brillante que Otabek había visto, como una estrella. 

 

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Hola de nuevo!

Aquí estamos, la re republiación de Hijos Del Peligro, tengo una sensación extraña, como si estuviera... estrenando algo y esperando la reacción.

En fin, usé la portada y separador que gané en un concurso, se sintió muy bien de algún modo <3

Ya que estamos hablando, quiero discutir un tema. Hace un tiempo leyendo comentarios (no de esta historia) una chica dijo "por qué ponen a yuri con ropa de mujer y cosas asi, él es UN HOMBRE" y quiero aclarar algo: en esta historia yuri NO está pasado por una crisis de identidad donde se cree mujer y por tanto usa ropa colorida, uñas esmaltadas, cabello largo, cosas bonitas. Podemos por favor dejar el binarismo y los estereotipos? Sé que muches no piensan igual que yo, pero por favor para leer mi historia te pido seas más open mind y te des cuenta de que la ropa que usa no determina 1) su orientación sexual y 2) su identidad de género. Pueden creer que mi historia es un estereotipo donde el grande y moreno es el t0p mientras el pequeño twink rubio de cuerpo delicado pero... podemos ir más allá porque Yuri no usa la ropa que usa por ser el de abajo, la usa porque le gusta, eso es todo. Por favor, es el siglo 21 y el 2021, es tiempo de darnos cuenta que la ropa es la ropa y nada más (aún asi sé que el vestir lo que visto es POLÍTICO pero podemos hablar de eso otro día)

En fin! gracias por leer 

Hijos Del Peligro [otayuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora