El amor tendrá que esperar
Un buen rato
Para descansar
De tú y de míGastaré toda mi vida
En comprar la tuya
Gastaré toda mi vida
Y más.💭
Los domingos eran repetitivos, eran el único día que podían no gustarle a Otabek. El único día en que no veía a Yuri, y le extrañaba.
Él solía llegar a casa el sábado por la noche o el domingo bien temprano, por lo que no había manera de que se perdiera el desayuno familiar y la salida a la iglesia. Su padre vistiendo traje, su madre usando un vestido largo y cada una de sus hermanas con el cabello estirado y un vestido pulcro a más no poder. Incluso él se veía obligado a usar camisa y pantalones que no estuvieran rotos en las rodillas, así como también debía peinar su cabello hacia atrás, para sentarse a escuchar la palabra.
El problema no es solo la vestimenta, sino que los domingos son cuando más ve a su padre, y no tarda en cansarse. Y es que después de una semana donde solo le ve a la hora de la cena y unos escuetos minutos antes de ir a la escuela, el domingo es difícil, porque Vladimir parecía estar más insoportable que nunca.
— Guarda silencio, Vera, como una señorita.—Otabek intentó no poner los ojos en blanco al escuchar tal comentario por parte de su padre, así como intentó no enfadarse con su madre por darle la razón.
— Tu padre tiene razón, no lo interrumpan.
El hijo mayor de los Altin pudo ver como sus hermanas de catorce miraban con curiosidad a su hermana menor, quien recibía lo que sería su primer llamado de atención. Vladimir dejó de lado el periódico y fijó su atención en Otabek, notando su ceño fruncido.
— ¿Qué tal el hockey, hijo?
— No sé, ¿Qué tal el trabajo?— Nina desvía la mirada, así como Vladimir ve con extrañeza a su hijo. Para el primogénito de los Altin bastó solo una mirada de advertencia por parte de su padre para que se arrepintiera de sus palabras, dejando de lado cualquier acto de rebeldía y dando paso al remordimiento.— Lo siento, terminé con mi novia... no tengo el mejor humor...
Inna intenta animar a su hermano mayor pasando una de sus manos por su espalda, al igual que Irina y Vera, Otabek les sonríe, esperando alguna reacción por parte de sus padres.
— Es una lástima, bebé.
Su madre le sonríe con tristeza, alcanzando sus manos sobre la mesa para darle apoyo de algún modo. Hasta cierto punto, Otabek se siente mal de mentirle así, le gustaría confiarle la razón de su malestar, pero sabe que no es posible. Por mucho que le amara, su madre no lo entendería.
También odiaba los domingos por eso, mucho tiempo en casa le recordaban todo lo malo, todo lo que podía olvidar estando al lado de Yuri.
— Es una pena, al menos ahora sí podrías darle una oportunidad a Lena, ella es una señorita muy agradable.
— Solo la veo los domingos, y solo guarda silencio y sonríe...— El moreno intenta no quejarse mucho, mas le es inevitable no mencionar aquello. Su padre por otro lado solo sonríe con suficiencia, asintiendo.
— Por eso es una señorita agradable, quizás tu madre pueda aprender de ella.
🌹
Era miércoles y Jean estaba a su lado, escuchando atentamente la conversación del resto, el tema ese día era cómo es posible que Víctor reprobara su examen de matemáticas si supuestamente había estudiado con Yuuri. Plisetsky por su parte estaba inquieto, pues Otabek aún no llegaba a la cafetería, y ha decir verdad, a estas alturas sabía que todo podía ocurrir cuando estaba en la casa de sus padres.
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Hijos Del Peligro [otayuri]
Fanfic🥀Primer lugar en los Premios Russian Heroes 2017🥀 Otabek es el primogénito de la familia Altin, con una madre comprensiva, un padre maltratador de mente cerrada y tres hermanas pequeñas que él cree debe proteger. Su vida aparentemente perfecta pie...