Capítulo 28: no me hables de sufrir

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Me dices que es muy tarde

Me dices que es mejorParece que no sabes
Lo que nos guarda el dolor

Mejor que no me hables
No me hables de sufrir
El tiempo es implacable
Si se trata de ti

💭

Ese martes, cuando Otabek estaba ya en su casa, solo pudo esperar pacientemente a que su padre llegara. Y contra todo pronóstico, no hubieron más golpes de por medio.

El señor Altin apareció media hora antes de lo normal y su esposa tembló de pies a cabeza al escucharle, mas no tuvo tiempo de reaccionar, pues antes de siquiera preocuparse demasiado, el kazajo ya estaba frente a ella con un ramo de rosas. Otabek podía escuchar su pequeña conversación desde el salón, con la frustración de siempre, porque cada vez que su progenitor alzaba la mano contra su esposa, todo parecía arreglarse con flores y unos días de palabras amorosas.

Nina Altin creía en el amor más que nadie, su único pecado en la vida es creer que todos poseen un corazón bondadoso y que los errores no son más que eso. A Otabek, su madre le repetía una y otra vez que a veces las personas cometen equivocaciones, o que no saben lo que hacen, pero el moreno no puede creer que su padre lleve quince años cometiendo la misma equivocación.

 Violentar a tu familia no es una simple equivocación.

La cena pudo transcurrir en calma, y Otabek estuvo agradecido de que su padre dejara a sus hermanas comer en paz y decidiera darle su sermón más tarde, cuando ellas ya dormían. Aunque todo resultó mejor de lo que esperaba, porque él ya había tomado una decisión, e iba a seguir adelante. Ante todo lo que su padre le dijo, él asintió sin más, pensando en la cálida sensación de paz que podía haber en su hogar. Le gustaría que así fuese siempre.

🌹

Al día siguiente, en la tarde, Yuri estaba en el estudio de Yakov, con Minako a su lado, practicando la última rutina que estaban perfeccionando. El ruso apareció junto a ellos unos minutos después, sin querer interrumpir, con Lilia acompañándole.

Desde que Yakov le había comentado a su ex esposa que tenía un pupilo asombroso, el contacto se mantuvo como si nada, hasta que finalmente pudo convencer a la ex prima ballerina de viajar hasta San Petersburgo para ver con sus propios ojos a Yuri Plisetsky. Yakov sabía que Lilia aceptaría su propuesta y podría ayudar al rubio, porque él y Baranovskaya eran iguales. La fuerza y la belleza en su baile, la dedicación, la elegancia que podían demostrar al moverse. Yuri Plisetsky podría fácilemente ser considerado como el hijo de Lilia, el perfecto sucesor de una perfecta prima ballerina.

Pero aún faltaba la decisión del rubio, y por eso la rusa seguía ahí, esperando su respuesta.

— Yuri.

La voz de Yakov resonó en el lugar y el menor se volteó enseguida, al igual que su maestra. Yuri pudo ver a Lilia, y se emocionó un poco. La ex prima ballerina no tardó en llegar junto a Plisetsky, con una sonrisa en el rostro.

— Vamos a hablar en el estudio de Yakov, tú y yo.

Yuri no puede hacer más que asentir, nervioso al escuchar lo dicho por Lilia. No puede evitar acordarse de lo que su abuelo le dijo unos días atrás, regañándole por hacer esperar a la maestra de la prestigiosa academia de Moscú. Ahora camina nervioso junto a ella, con miedo de malas noticias, como que se aburrió de él, por ejemplo.

Al llegar, Lilia toma asiento en el pequeño sofá junto a la ventana, indicándole a Yuri que se siente a su lado. El menor le hace caso, sentándose recto junto a ella.

Hijos Del Peligro [otayuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora