Capitulo 15

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Es temprano, estoy escuchando a Henry darme mi horario de hoy, no hay nada relevante, clases, practica mágica al volver a casa, después de almuerzo, y  cerramos con una visita al joyero del Reino. Mi madre me enviara a tomar varias medidas para mi corona y un colgante para mi presentación en mi cumpleaños numero catorce y falta más se un año, pero les gusta la eficiencia, dado que realizar esto es complicado y toma su tiempo.

Tengo una corona básica de plata y solo la uso en ocasiones especiales, puede ser cuando otras monarquías nos visitan, o fiestas a las que nos invitan, esas son las ocasiones, de ahí por respeto a mi reino no puedo usarla en el salón del trono que hay si fuera obligatorio si mi "hermana" viviera. 

Justo en ese salón hay 2 pequeñas exhibiciones, dos coronas de plata de hecho, la mía y la de mi hermana, hasta que cumpla catorce años no la puedo usar, y ahí yo decido si porto oro o plata, soy el heredero y eso no es sorpresa para nadie. Si porto mi corona frente a mi Reino es mal visto, pensarían que tomaría mi lugar porque es mi obligación, y no porque yo lo gane. Para evitar eso si solo existe un heredero guardamos ese respeto no portando la corona.

- Estamos listos majestad. 

Asentí a mis guardias para irme con ellos hasta la escuela, mis amigos están en el punto de encuentro, no pasamos más de un minutos juntos debido al toque del timbre. Cada uno se dirigió a su salón, me sentía solo sin Máxime a mi lado pero al menos al frente tengo a los gemelos Aubriot y eso me basta y me sobra. 

El día de clases de hoy estuvo entretenido, jugamos con magia, digo jugamos porque así se enseña magia con juegos, claro que yo aprendí del medio nada convencional, así que me divierto mucho en clases. El día acabo rápido, incluso la hora más aburrida que era "Magia Elemental: Teoría Unidad II" estamos viendo clases de ilusiones, soy el mejor de mi clase, no por que muestre mis habilidades por completo, pero si porque he pasado los últimos 8 años estudiando y esa es mi pequeña ventaja.

Estamos almorzando, pero hoy lo hago con mis padres, todo en sumo silencio por el momento.

- Estábamos pensando festejar tu cumpleaños antes. 

- No, será después. Justo después del feriado.

- Sharikan...

- Mamá, será después, siempre se celebra después. Nunca antes no voy a ser la excepción.

- Cariño... él tiene razón, eso es parte de las tradiciones, aunque se sepa que él es el heredero, quiere cumplir con las tradiciones. 

Agradezco que mi padre este de mi lado, se que si se puede adelantar la presentación, siempre y cuando haya un heredero, pero es tradición celebrar una semana después, pero quiero seguir las reglas y tradiciones de mi Reino.

En este momento cabalgamos al Reino, pero mis padres me mandaron con 5 guardias más, es incomodo para mi no los conozco del todo a los otros, suerte que a cada lado mío están Héctor y Henry eso me da tranquilidad. 

Una ves estando con el Sr. Lombrand me pidió que tome asiento en lo que el tomaba las medidas que necesitaba.

- Me toca preguntar... Oro o plata.

Me quede callado por un momento pensando, soy el heredero, sí, por eso me corresponde portar oro en la presentación, pero mejor optare por plata. 

 - Plata, usare plata hasta mi coronación, una sutil forma de honrar la vida perdida de mi hermana.

- Buena Elección Majestad, su corona y su colgante estarán listo el día de su cumpleaños.

- Muchas gracias Sr. Lombrand.

Salimos del taller, para cruzar por la pequeña recepción que tiene en la entrada de su casa. La planta baja la usa para su trabajo. lo demás comparte con su familia, algunos hacen eso, para poder convivir con su familia y no estar lejos de ellos.

Una vez de regreso en la casi soledad de mi habitación estaba con mis guardias y Amelie jugando un juego de mesa, es divertido jugarlo y más porque hablamos en Frances a pesar de que la niña de casi 6 años si habla apenas español, pero ya nos acostumbramos en hablarle en Frances. Después de todo es mitad mortal de descendencia Francesa. Su madre se enamoro y se caso con un extranjero francés. Alan Lassarre.

[...]

Ha sido una semana bastante larga, con los repasos para los exámenes de la escuela, estoy por terminal el primer modulo del  segundo nivel de Magia Elemental. Y estoy muy cansado, por mi suerte me arreglo para dormir.

-Sharikan... - Pase toda la noche escuchando que alguien me llamaba, pero no era la voz de alguien que conociera, y lo peor es que es como una voz susurrante en mi cabeza.

 Son casi las 2 am y no puedo dormir, trato y trato pero no puedo. Comencé a sentirme mareado con un pequeño dolor de cabeza que se extendía a más no poder.

- Sharikan... - Y sigue esa voz que ahora gracias a mi dolor de cabeza se volvió irritante. 

Comenzaba a respirar con dificultad, comenzaba a dolerme el pecho, mire el reloj 2:15 am marca, llevo quince minutos en agonía, y me esperan otros quince; es imposible llamar a mis padres o a alguien, estoy demasiado débil como para emitir algún sonido.

- Déjate llevar... - Al menos esa voz femenina dejo de llamarme.

Cerré mis ojos tratando de calmarme y dejar que mi magia se apague sola, varias lagrimas salían de mi ojos, no aguantaba el dolor que sentía, mi pulso comenzó a descender.

Fin del P.O.V

El tiempo avanzaba de forma lenta, torturando cada vez más a Sharikan, solo dos veces hacia sentido su desconexión, pero el día de hoy lo sentía mucho más fuerte que en las veces anteriores.

- Falta poco, tu puedes eres fuerte. - decía una especie de espíritu acariciando el cabello del pequeño.

Sharikan no sentía nada, ni podía ver a quien le hablaba, porque solo escuchaba la voz de una chica, misma que tiene alrededor de 50 años fallecida, y su nombre es Sherling Dávila. Un espíritu mágico malvado, con varias intenciones y lo único que necesita es poder conectarse con la mente de Sharikan. 

Sherling miraba fijamente el reloj. Un minuto más dijo al ver que faltaba eso para que den las 2:30 am.

- Sabes Shari... tu don lo tuvo otro Dávila hace mucho tiempo atrás, y fui yo. Habia perdido mis esperanzas en recuperar lo que por derecho me pertenecía, el Reino Dávila debía ser mío, yo era la heredera, pero le dieron el trono a mi hermano porque él era un digno Dávila, por otro lado yo soy un caso en un millón, pero diferente. Nací idéntica a los Dávila, pero cuando cumplí 2 años mis ojos cambiaron a verdes una semana después, tenia magia blanca, y la obtuve antes que mi hermano. Entiendes el trono debía ser mío. Y me mintieron me negaron mi derecho. Y a ti también te lo negaran ellos te hacen creer que te darán el trono. Pero a un ser de mágico de dominio de magia negra como nosotros no nos dejaran tocar el trono y quiero que me ayudes a demostrar que podemos reinar de forma correcta. - Sonrió pensando si esas palabras convencerían a Sharikan.

 - Eso es imposible, no me creerías, pero bueno jugare con tu mente y te hare creer que quiero lo mejor y después de eso te controlare y hare que me traigas de regreso. - Se reía de forma siniestra, sus últimos años habia caído en la locura al enterarse de la verdad, he hizo todo lo posible para tomar lo que debía ser de ella, pero realmente ella buscaba venganza.

- Eres fuerte, puedo verlo y eres invencible, te llevare al borde de la locura y me traerás de vuelta, tomare mi lugar y después me encargare de ti y de tu familia.

Para que Sherling pudiera regresar, necesita a un miembro de la familia Dávila que cumpla ciertos requisitos, tiene que ser un ilusionista, debe manejar magia negra, debe ser bastante fuerte, pero de débil carácter, y así lo veía ella. Según Sherling, él era débil, podía manipularlo y así cumplir sus objetivos.

Continuara...

Mi magia mi condenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora