Mi magia mi condena

Capítulo 34

Mi mañana transcurre de la mejor manera, mi única actividad es mostrarle el palacio a la princesa, también la frontera, los jardines, salvo por el jardín privado, pero pronto se lo daré a conocer, ahora nos dirigimos a la biblioteca, mis guardias y el de ella caminan a varios pasos detrás de nosotros, su doncella está casi a un paso de distancia, mis doncellas nunca me siguen, solo organizan mi habitación, los baños y mis atuendos, de ahí no las veo, y son varias que tengo, y ella solo tiene una.

- Esta es la biblioteca principal del palacio, todos tienen acceso a ella, pero más los que pasan en el castillo, si un libro no encuentra en la biblioteca principal del Reino, pueden venir a buscarlo aquí.

- Es bastante grande. Es oro verdad.

- Todo lo dorado es oro princesa Alenia. Las paredes son de mármol blanco.

Mira todo a su alrededor, las pequeñas decoraciones en oro llaman su atención, toca varias a su alcance, su doncella observó con rapidez todo el oro a su alrededor, casi igual que su guardia. Los míos tratan de reprimir una sonrisa.

- Es un lugar muy lindo para ser una biblioteca.

- No ha visto la biblioteca privada del palacio, es igual que esta, pero ahí se guardan libros antiguos mucho más que estos. - digo señalando a mi alrededor.

Luego de que salimos caminábamos por el mismo pasillo y ella señala la puerta a su izquierda, así es como le presento el castillo, ella señala una puerta y yo le muestro su interior, ella prefiere no alejarse para no perderse por el laberinto, solo que ella no sabe que yo si estoy perdido, mis guardias me están guiando con sus pensamientos.

- Este es el salón de música, este si lo ocupa solo la familia Real. Henry - Regresó a ver al mencionado - podría abrir la puerta por favor. - Él asiente y se acerca a la puerta y saca de su bolsillo un llavero con varias llaves, toma una y abre la puerta para dejarnos pasar. - Muchas gracias Sr. Aubriot - asiente con su cabeza en forma de reverencia como lo hace siempre.

- Toca el piano majestad. - es lo primero que pregunta la princesa apenas se encienden las luces, su mirada está en el gran instrumento frente a nosotros.

- Si... no me gusta mucho entonar música clásica, pero sí sé, usted.

- Desde luego, el piano y el violín son mis instrumentos favoritos.

- Desea tocar conmigo un dueto princesa.

- Sería un placer majestad.

Ambos nos acercamos al piano y nos sentamos en la banca frente al instrumento decidimos que tocar, revisamos varias partituras y al fin nos decidimos por Jingle Bells, no hay muchos duetos entre las hojas que tengo aquí, la mayoría está en la biblioteca privada, más porque yo no toco duetos, siempre lo hago solo, pero he de decir que tocaría más seguido con ella.

- Majestad, debemos regresar. La hora del almuerzo es en 10 minutos.

Asiento dándome cuenta que transcurrió mucho tiempo, pero que puedo hacer, exactamente nada, si llego tarde al comedor sé que me regañarán después, la princesa y yo salimos de la habitación con los guardias siguiendo nuestros pasos, sé que los míos quieren que la visita de mi acompañante termine pronto, porque los uniformes ya les comienzan a estorbar, a los guardias personales se les permite portar ropa de civil mientras no hayan visitas externas, o estemos en el pueblo, y dado que la princesa Leduc se encuentra con nosotros ellos deben llevar su uniforme.