Mi magia mi condena

Capítulo 39

Ha sido un largo día, comencé clases nuevamente, soy sincero casi me quedo dormido en varias horas clase, suerte que Dylan y Angeling intentaron de todo para mantenerme despierto. Una vez regreso al palacio puedo verlo casi a tope de personal que siguen limpiando y desmantelado todo el salón, las reverencias por parte de ellos comienzan a cansarme, tomo los pasillos menos concurridos para direccionarme a mi habitación.

Sé que la princesa Alenia y su familia salieron del reino hace varias horas, la soledad en mi habitación no dura mucho. Ricardo aparece, casi reclamándome porque no lo espere para almorzar.

- Quería estar solo al menos un momento, después de todo serás mi sombra.

- Técnicamente seré la sombra del próximo heredero, ahora solo seré tu compañero en casi todo momento.

- Bueno como digas, bajaré un momento a la zona prohibida, tienes autorizado acompañarme hasta ahí.

- Sí, si es lo que deseas estoy obligado a acompañarte.

Luego que me confirmaran que él puede acompañarme comenzamos nuestro camino a la zona prohibida, por ratos sonrío pensando en Alenia, y en lo mucho que me gusto desayunar con ella, bueno algo así, estaba sentada a mi lado en la mesa, pero es lo mismo, o al menos así lo veo yo.

- Sigues celoso – la voz de Ricardo hace que recuerde lo que he tratado de olvidar.

- Por milésima vez, no estaba celoso.

- Pero si te molesto la idea de verlos bailar juntos.

- Para ya con eso Rick, no me molesto en lo absoluto – claro que sí, pero no tienen que saberlo. – se llevan bien, se tienen confianza.

Decido no seguir prestando atención a ese tema, después de todo porque habría de incomodarme, solo bailaron juntos, una canción normal, ni que hubiera sido ese baile en específico. Muy en el fondo sé que, si estaba celoso, pero no quiero que se entere nadie de ello, por andar distraído no note que ya llegamos, veo a Henry abrir la puerta para mí, mis guardias se quedan afuera, una vez escucho como cierran la puerta bloqueo todo sonido que pueda provenir de aquí y de afuera, a pesar de que sigo escuchando los pensamientos de los demás, es soportable, he aprendido a bajar el volumen de esas voces en mi cabeza.

- Pensé que te habia dicho que vinieras solo. – escucho la voz de Sherling en mi cabeza.

- No me lo puedo quitar de encima, de todas formas, confió en él, tu no, te molesta que esté aquí.

- Claro que no, es tu mejor amigo, y no es considerado aún como un Drove. Le falta un examen para que podamos decir que se comienza a preparar realmente como un Drove de la línea directa. – Como siempre aprendo algo de ella, desde que la conozco me ha enseñado todo lo que necesito saber.

- Espérame aquí sí, regresaré pronto, iré con Sherling.

Luego de que él asienta y se valla a sentar en mi cama a revisar su teléfono, después de todo ya vio a Sherling, y le agrada, y me gusta que se agraden después de todo son las personas más cercanas a mí y en quienes más confió. Sigo a Sherling hasta el fondo de mi habitación.

- Es una pared, una muy hermosa he de decir.

- No es una pared querido, ven conmigo. Ayer estabas muy ocupado con la fiesta, y como te tenían prohibido salir de tu habitación no pude darte mi regalo – ella atraviesa la pared, y es ahí que me doy cuenta, es una ilusión, pero es perfecta, ni yo pude ver ello.