El día de hoy ha sido casi perfecto, me hubiera gustado pasar más tiempo con mi pueblo, pero hoy, lo veo imposible, camino junto a mis padres, Alenia y los Drove en dirección al palacio, mis guardias se despidieron al término de la ceremonia, pero los guardias de turno del pueblo nos siguen hasta la entrada del jardín principal. Por lo general a esta familia Drove no les gusta quedarse en el palacio, salvo que sea necesario o sea mi cumpleaños, y eso lo hace necesario.
La Srta. Drove pidió que prepararán su habitación y la de su hijo para el día de hoy, me alegra saber que están a mi lado más por cariño que por obligación, aunque es difícil que un Drove no vea a su Dávila como si fuera su propio hijo, caminamos por el pasillo principal del castillo, Alenia mira todo a su alrededor. Sé que le asombra ver todo el oro a nuestro alrededor. Pero hasta yo sé que lo que vemos en el castillo no es nada comparado a todo el oro en el Reino. No en vano antes era llamado el Reino Dorado, y eso es lo primero que declarare al volverme Rey, quiero que el reino vuelva a llamarse "Le Royaume d'or" aunque aún lo llaman así, yo solo quiero que vuelva a hacer oficial.
- Es mucho oro.
- No tanto como en el Reino, pero sí.
- No crees que es demasiado... aunque a la vista no está mal, pero no sé.
- No te preocupes Alenia, lo que ves es como decirlo, lo que el reino no necesita, para nosotros nuestro pueblo va primero, como puedes ver el reino entero, incluso muy alejados de nuestra capital goza de muy buenos ingresos, y buenos trabajos, no sufren, son felices. Y eso es lo que nos importa, la felicidad y bienestar de nuestro pueblo.
- Serás un buen Rey...
- Me sigo preparando para eso, pero espero que sí.
Me siento diferente con ella a mi lado, siento un aire de felicidad, me siento cómodo, no sé si realmente me estoy enamorando, pero realmente no puedo evitar sonreír cerca de ella, pero no puedo basarme solo en eso, en estos días el hechizo debe madurar, y espero que lo haga antes de la fiesta, para poder presentarla como la futura Reina, y si no es así la mostrare como una posibilidad por la atracción que tengo, no siempre el hechizo madura en los primeros días, no todos los Dávila gozan de esa buena suerte.
- Srta. Drove. – mi voz suena alarmada, al ver cómo llegan las especialidades.
Puedo ver como los chicos del servicio acomodan los platillos en la mesa del comedor.
- Ya lo soluciono, no se preocupe.
- Qué sucede...
- Sharikan es un poco alérgico a ciertos mariscos. – y para mi mala suerte casi todas las variedades están frente a mí. El comentario de mi padre hace que la princesa comprenda lo que sucede, mi madre no dice nada y es extraño.
- Reina Elizabeth, podemos hablar un minuto. – veo a mi madre alejarse del comedor junto a la Srta. Drove.
Puedo escuchar la conversación de mi madre y su consejera en mis pensamientos, y por lo visto mi madre solicitó que se cambiara el menú de la cena, debido a que cenaríamos más tarde de lo usual, y los encargados de la cocina no son los mismos que suelen estar, por lo que parece que no conocen a ciencia cierta mis alergias, pero me alegra que la Sra. Miriel llegara a tiempo al palacio a corregir ese error, aunque no era mucho, solo que disminuyan las cantidades, y que la misma entrada sea igual para Ricardo y para mí. Necesito que la Srta. Drove ponga a la Sra. Lassarre como la encargada de la cocina, porque si ella no está, todo se sale de control.
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Mi magia mi condena
FantasySharikan Dávila es un chico especial, no solo por ser el hijo de los reyes del pueblo Dávila, es especial por ser diferente, no es como cualquier ser mágico del reino, él es una creación mágica, posee la magia mas fuerte y peligrosa del reino, la mi...