Mi magia mi condena

Capítulo 41

Las últimas horas no han sido las mejores, por no decir que han sido un completo fracaso, miro las escaleras y comienzo a subirlas lentamente tratando de evitar recordar lo ocurrido hace un momento, miro el collar en mi mano, debo hacerle unas pequeñas modificaciones.

Mis guardias caminan detrás de mí, los ignoro por completo, no siento ganas de comentar nada de lo sucedido, ni explicar por qué Rick se fue corriendo de la habitación en la que nos encontrábamos, no quiere hablarme y no sé cuando lo hará, hasta de sus pensamientos me boquea.

- Desea algo – Niego con la cabeza y me recuesto en la cama.

Ahora me pregunto porque tuve que confiar en ella tan ciegamente, me trajo tantos problemas, perdí a mi mejor amigo y si bien es cierto en mis visiones todo esta normal y él me ve como realmente soy, pero ahora no lo sé, debido a los últimos acontecimientos.

- No deseo nada, puedes retirarte – Le digo inmediatamente a Camile cuando la veo asomarse por mi puerta, luego que ella se marche me recuesto en la cama.

Mis ganas de estar en la cama se esfuman de forma inmediata, así que me levanto y camino hasta mi armario, busco entre los cajones el collar de plata que era de ella, quiero verlo todo, todo lo que pueda, aunque no lo intento en este momento así que bloqueo todo lo que quiera entrar a mi mente, me dirijo nuevamente a mi cama.

- Retírense – les ordeno a mis guardias, los cuales me observan antes de cruzar miradas entre ellos.

- Príncipe Sharikan – comienza Henry – No podemos dejarlo solo, son ordenes de la Reina – Ambos se quedan en su lugar sin la intención de moverse.

- Entonces deseo la compañía de otro miembro de la guardia.

- A quien desea que llamemos – Puedo sentir que los estoy hiriendo, pero es necesario.

- Dorian Aubriot – menciono sin duda.

- Imposible alteza, mi padre está jubilado – quiero respuestas y solo él me las puede dar.

- Viene él o me dejan solo – Nunca había hablado con tanta autoridad hacia ellos, dudan un momento, pero luego aceptan.

- Le llamare, solo no sé meta en problemas.

Una vez ingresa el Sr. Aubriot observo como mis guardias se marchan de mi habitación, no hay gran diferencia de las imágenes que he visto de su juventud, salvo que su brillante cabello negro de ese entonces está pintado con múltiples canas, su piel sigue siendo igual de clara que antes y sus ojos cafés oscuros son iguales que los de su hijo, de hecho, ambos son muy parecidos, por no decir idénticos, salvo por el cabello café semioscuro de Henry.

-Un gusto verlo Sr. Aubriot. – Realmente él más observa el collar que llevo puesto que a mí.

- Llámeme Dorian alteza. – Incluso su voz es parecida a la de su hijo – El gusto es completamente mío, en que le puedo ayudar alteza.

- Esta bien Dorian... observa mucho el collar que llevo, lo reconoce – le pregunto al darme cuenta que no quita su vista del mismo.

- Lo hago, fue un obsequio del Príncipe Shein a su hermana en su quinceavo cumpleaños.

- Los conoció...

- Por supuesto, me asignaron como guardia personal del Príncipe Shein, y continue siéndolo cuando se convirtió en Rey, hasta el día de su deceso, y también era cercano a la princesa – noto el dolor en sus palabras cuando habla de ella.