Capítulo 37

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Miro por la ventana, no veo movimiento en el Reino después de todo hoy es la fiesta, a diferencia que el palacio está rebosando del personal del servicio, todos los turnos están presentes preparando los adornos, las mesas con los bocaditos y todo lo que estará presente. Mi cabeza comienza a dolerme con todos los pensamientos que comienzo a escuchar, trato de bloquearlos, pero es inútil.

- Buenos días mi pequeño Sharikan.

- Buenos días Srta. Drove. – Doy una pequeña reverencia, y quizás la última.

Ella sonríe, pero con nostalgia mezclada con orgullo, este logro no es solo mío también es de ella, es quien está a cargo de mi crianza, no totalmente, pero lo está, mi madre interfiere siempre, pero es porque quiere lo mejor para mí.

- Pasará la mañana en su habitación, sabe que hoy no puede salir de su habitación, cuando llegue la hora sus guardias vendrán por usted, lo estaremos esperando en el salón del trono para la ceremonia. – No respondo, solo asiento.

No debo ser adivino para saber que los guardias que están fuera de mi habitación no son los míos, ellos llegaran a la fiesta con su familia, aunque sé que Henry si estará en el salón del trono, y espero que Héctor también.

- Buen día mi príncipe. – Observó a Camille y a dos de mis doncellas.

Me alegro que Camille esté aquí, ella se independizó hace unos meses y vive aquí en el palacio. Después de todo es mi doncella principal, al igual que las dos que las acompaña, el resto de mis doncellas se turnaran, a excepción de la Srta. Leblanc, ahora si ella estará en todo momento a mi lado, solo por hoy.

- Subirán su desayuno en un momento, las doncellas prepararan su habitación, y su ropa para hoy, salvo por los trajes que usará en la ceremonia y su fiesta, de ello me encargaré yo. Si desea algo solo avíseme y le ayudare, me mantendré a pocos centímetros de usted hoy.

- Pasare en cama y en pijama por el resto de la mañana, pídeles que se retiren.

- Como desee. Srtas. – se dirige a ellas que voltean a verla – el príncipe pide que se retiren.

No contestan solo se reverencian antes de salir de mi habitación, me recuesto en la cama, el dolor de cabeza va a matarme, Camille me pasa mi te, me tome el que me trajo la Srta. Drove, pero no sirvió de mucho, el que tengo ahora en mis manos es de los sobres industriales, y es la segunda taza, necesito conseguir rápido una forma en la que pueda tener las pociones sin hablar con la Srta. Drove o mi madre.

Miro mi celular y decido escribirle a la princesa, la saludo para ver cómo está, pero no me contesta los mensajes, ni siquiera los mira, quizás esté ocupada. Sherling aparece a mi lado, la habia extrañado, me comenta lo bonito que está quedando el salón principal, yo por mi lado solo quiero ver a la princesa. Le comento que la bese y se molestó conmigo, por tal acto, pero luego sonrió diciendo que sabía que me estaba enamorándome de ella, y lo confirmo nuevamente, lo estoy y mucho. No solo me gusta, tengo fuertes sentimientos por ella.

- Yo sabía que terminarías aceptando lo obvio. Mañana por la tarde cuando regreses de clases tengo un regalo para ti, no te lo he podido dar antes porque has estado ocupado, y porque no te dejaran bajar a la zona prohibida hasta después del feriado.

- Y cuál es mi regalo, si se puede saber claro.

- Un collar, no como el que te autoregalaste, que era mío también, esté realmente te lo quiero regalar solo a ti.

Sonrió feliz, no hay quien me conozca mejor que ella, y ya lo he dicho, confió ciegamente en Sherling, como ella en mí, mi celular suena y reconozco el tono predeterminado que le puse a Alenia. Y ella al igual que yo está en su habitación, más que todo preparándose para la fiesta, su hermano y su madre llegaron por la noche de ayer, y partirán mañana en la mañana.

Mi magia mi condenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora