Capítulo 30

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Es muy temprano y el movimiento se siente en el palacio, puedo sentir a todo el personal trabajando, Sherling está recostada en mi cama, mientras yo veo por la ventana, mañana es la ceremonia anual por la fundación del Reino, por ende también es mi cumpleaños, nunca me ha gustado celebrar mi cumpleaños el mismo día, siempre he sentido que le quitó protagonismo a la gran verdadera celebración, pero me gusta que sea así, porque significa que por un día, puedo caminar por el reino, y por las fronteras sin mis guardias y con la compañía de mis padres.

Sherling por fin se levanta de mi cama y se acerca a mí, se ha vuelto muy cercana y me encanta su compañía, me ayuda a no volverme loco encerrado en el palacio, me ayudó más de lo que debió, sí yo puedo controlar mi magia y mis emociones es gracias a ella, ella siempre confió en que lo haría, ni la Srta. Drove o mi madre creyeron tanto en mi como ella.

- Que te sucede, estás más pensativo de lo normal.

- Cumplo catorce años, mañana, no sé si estoy listo. – trato de no desanimarme, sé que será un gran día y solo estoy a un paso de ser nombrado heredero frente a mi pueblo.

- Claro que estás listo Sharikan, estás mucho más que listo, eres un príncipe único, y créeme cuando te digo que sé que siempre harás lo correcto por nuestro reino. – Sonrió ella tiene razón soy capaz de lo que sea por mi pueblo.

Miro hacia la puerta cuando es tocada, doy aviso que pueden pasar, veo a la Srta. Drove ingresar a mi habitación siempre ingresa sonriente, y hoy no es la excepción, me saluda y me comunica que en unos minutos puedo bajar a desayunar.

-Srta. Drove hay la posibilidad de que pueda desayunar en mi habitación.

- Sabe que no, sus padres gustan de su compañía – si así mismo gustaran de como soy no me retuvieran tras cuatro paredes, mi madre más que todo. Suspiro rendido y aceptó el pedido.

Veo a la Srta. Drove salir de mi habitación, casi al instante llegan mis guardias y me esperan para acompañarme, al llegar al comedor ellos desaparecen por uno de los pasadizos del laberinto, tomo asiento a lo que saludo a mis padres, mi madre se ve muy feliz, y espero que me cuente la razón de su felicidad. Aunque sé que es por la fecha, a ella le alegra más mi cumpleaños que nada, obviamente no se compara a la celebración por el reino.

-Madre... puedo dar un paseo...

- Sabes que tienes prohibido salir del palacio Sharikan. – me interrumpió.

- Pero madre.

- He dicho que no, y el tema no está a discusión.

- Querida, creo que...

- Su alteza real, el príncipe Sharikan Dávila tiene terminantemente prohibida la salida del palacio. – no trato de contradecirla, sé que sin importar que mi madre no dejará que salga.

Incluso mi padre quiere apoyarme, pero ni él tiene esa autoridad aquí, la palabra de mi madre aquí es ley. Pero sé que no se quedará de brazos cruzados.

- El jardín sigue siendo territorio del palacio...

- Parece que no he sido suficientemente clara, déjame aclarar, no vas a salir a ningún sitio que te lleve a cruzar las puertas del palacio. Si sigues insistiendo pediré que te encierren en tu habitación.

- Pero madre.

- Sharikan, guarde silencio. – Puedo escuchar la voz de la Srta. Drove, aun si poder verla.

- Como ordenes madre.

Y con eso pude quedarme callado por el resto del tiempo, puedo sentir la molestia en mi padre, pero trato de evitar comentar algo más, mi madre siempre trata de mantener sus emociones o pensamientos para sí misma, después de todo cree que es el único Don que tengo, y prefiero que crea eso, después del desayuno termine en mi habitación,

Mi magia mi condenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora