Capitulo 22

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Cada día que pasa todo se vuelve más monótono, es difícil todo esto pero no imposible, mi día consta de estar en la escuela regresar y seguir estudiando magia, reglas, leyendas, historia y todo eso aburrido, Sherling desaparece cada cierto tiempo, dice que ella ya cumplió con todo su aprendizaje y no quiere estresar su mente con todo eso de nuevo. En este momento estoy en la biblioteca escuchando a la Srta. Drove que me comenta sobre un par de instrucciones de como manejar de forma completa la magia Elementa, deje magia básica hace unas semas después de todo tienen que comenzar a prepararme en esa área por la edad que tengo.

Esta es un poco más libre y solo consta en saber toda la teoría del dominio de magia básica, esta es más un juego de como hacer las cosas a nuestra conveniencia, esta es la que muestra las ilusiones, mi rama favorita de esta área, mi madre es buena jugando con la realidad pero no es una ilusionista, por otro lado yo si lo soy nunca podrías distinguir mi ilusión en la realidad. 

- Es todo por hoy majestad. - asentí antes de salir de la biblioteca.

Me acerque al cuarto de baño ya todo estaba listo, me deshice de mi ropa para meterme en la tina necesitaba buscar un poco de tranquilidad y despejar un poco mi mente. El suave olor a la lavanda me fascina, un placer culpable, es suave y relajante, y mucho más con el aroma suave que desprende las velas que iluminan el lugar.  Luego de casi 20 minutos cuando el agua caliente comenzó a enfriarse tome un baño y salí de la habitación estaba solo, me cambie rápido con un traje azul que ya tenia listo, miraba por la ventana como los habitantes hacían sus actividades, es el primer día del fin de semana.

Sentí una presencia en mi habitación pero no es Sherling son mis guardias que acaban de ingresar, me voltee y efectivamente ahí estaban en silencio, los miraba esta escena se me hacia extraña y conocida, la he visto antes.

- Majestad... todo esta listo, alístese para la reunión que tiene con la Princesa Alenia.

Efectivamente fue una de las primeras revelaciones del Don del tiempo, así lo llame porque gracias a esto domino y juego con el tiempo,  no solo sus futuros y presentes mas bien todo, así fue como saque a Máxime del reino.

- No es una Reunión... es una cita...

Sí la ultima vez que estuvo aquí la invite a salir, su hermano acepto que pasara un par de días en el Reino lo que también le conviene a Máxime, después de todo necesita a su traductor y compañero, pero más a la segunda faceta de el joven ya que si hablo el idioma. Estoy frente al espejo arreglando mi cabello, aún deseo poder mostrarme como soy pero eso es imposible. 

Estoy listo, esperando la llegada de Alenia, el plan es dar una vuelta por la frontera, le gusta montar a caballo eso es bueno es algo en común, pero preferí hacer una caminata, es mejor eso.

- Alguien esta enamorado -  y reapareció.

-  Para nada Sher... es linda, y quiero conocerla es todo y aún no soy capaz de enamorarme lo sabes. - le dije luego de bloquear todo a mi alrededor, gracias a ella es que siento emociones y gracias a su hermano es que veo los pensamientos, ella ya comienza a conocer un poco mis dones, y no se cansa de decir que soy único y especial, pero no es la única que lo dice.

Y era verdad un Dávila no siente ni sabe lo que es el amor a ciencia cierta por una persona, nacemos amando el pueblo pero eso es distinto, y solo quiero tenerla cerca conocerla si mi magia me ata a ella al menos quiero conocerla, siento que ella es alguien importante o lo será en mi vida.

- Si quieres desde ya organizo la boda. - a veces no tolero el tono burlesco de Sherling, pero ella es la única que no me permite volverme loco.

- Muy graciosa. 

De repente mi mirada se poso en ella, es hermosa, incluso más de lo que recordaba, esta bajando del carruaje, lleva un vestido de color celeste, muchas capas de tul, amplio como siempre, todo el corsé y partes del inicio de la fala lleva muchas flores de elaboradas con telas de tul mismo en color rosado unidas por detalles en blanco, el escote que carga en forma de corazón le queda bien, el vestido es sostenido por suaves tiritas celestes, pero esta vez su cabello esta casi suelto, varias ondas castañas caen por sus hombros, puedo ver el comienzo de una trenza que termina en la parte de atrás de su cabeza, y una pequeña tiara plateada con piedras rosas de coloración baja, me pude percatar de eso convine sus coronas con sus atuendos, acá es diferente son de plata o de oro y siempre con diamantes blancos.

- Princesse Alenia. - salude antes de aceptar su mano y dejar un casto beso en el dorso de su mano, después de eso salude a Máxime. 

- Me complacería mucho que me acompañara a dar un paseo por la frontera.

Ella acepto, nos dirigíamos en carruaje, le gusta ese medio y sinceramente a mi también, nos comunicamos en Frances aún le cuesta un poco el español, pero no importa, Máxime viene con nosotros, me cuentan sobre varias actividades que hacen, se llevan bien, ella comienza a conocer algunas de las tradiciones de mi pueblo y me agrada eso, claro que es gracias a Max, ella quería saber más sobre mi reino y las fuentes mágicas que este poseo, por eso quise llevarla a la frontera.

Puedo sentir muchas cosas a mi alrededor, pero me encanta sentir la ilusión de la princesa mientras observa la flores a su alrededor, se que le encantan las flores, lo note en sus vestidos.

- Son Flores especiales. - la voz de Máxime suena melodiosa en francés, y es que el idioma mismo permite que lo sea.

- Así es, esas son rosas moradas son especiales no solo por su belleza sino por lo únicas que son, al tocarlas puedes sentir muchas cosas. -  me acerque y tome una del suelo, siempre que están listan se caen solas - una ves dejan el grupo es porque cumplieron su labor de alimentar la magia propia del reino y se las regalan a una persona especial - comente eso otorgándole la pequeña rosa morada, sentir como sus emociones se dispararon es único - es lindo sentir ese calor, esa emoción que otorga.

- Es normal sentir eso... es increíble.

- Eso es solo una pequeña fracción de la magia que otorga el Reino. Máxime... y si ponemos a flotar un par de chispas... - su sonrisa se amplio demasiado, es lo mejor que puede hacer ser mágico.

- Claro que si - extendió su mano y la cerro para cuando la volvió a abrir una especie de chispa dorada se encontraba en su mano.

La soltó y esta comenzó a moverse, hice exactamente lo mismo y habían dos chispitas doradas revoloteando a nuestro alrededor, pusimos varias a flotar, incluso convencí a mis guardias para que lo hagan, ella notaba la diferencia en cada una, ninguna era igual a otra, salvo las que venían del mismo dueño, por ratos tocaba algunas, se siente algo muy difícil de explicar el sentir de forma directa la magia. Después de un rato todos rompimos las chispas y pequeños brillos dorados se movían buscando las rosas a su alrededor. 

- Nuestras chispas mágicas alimentan a las rosas y estas al reino. No me cansaba de ver el brillo en sus ojos, ella es increíble, sinceramente ella es perfecta y espero que mi magia piense igual.

Continuara...

Mi magia mi condenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora