Capítulo 16

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Kaminari miraba a través del cristal a su pequeña Chiaki; tenía apenas unas horas de nacida pero sin duda alguna había pasado ya por la pérdida de su madre

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Kaminari miraba a través del cristal a su pequeña Chiaki; tenía apenas unas horas de nacida pero sin duda alguna había pasado ya por la pérdida de su madre.

Denki no entendía que había hecho mal.

Porqué me dejaste Kyouka... ¿no dijiste que estabas ansiosa por conocer a nuestra hija? Su frente reposó un instante en el cristal aprovechando la ausencia de las enfermeras que pudieran regañarlo. Aquello parecía un sueño, no podía simplemente aceptar que ya no estaría junto a ella.

—Kaminari.

Aquella voz simple la reconocería, al voltear a ver a Todoroki se vio sorprendido por la presencia de Katsuki a su lado.

—Lamento tu pérdida —Bakugou no tenía expresión alguna en su rostro. No había cejas fruncidos, ni una mirada llena de lástima. En esos momentos Bakugou parecía un maniquí que no tenía ni idea de cómo expresar lo que sentía.

—Gracias —Denki sonrió forzosamente.   Probablemente la última persona que esperaba ver en esos momentos era a Bakugou, pero aquello ciertamente no le molestaba.

—¿Está bien tu hija? —preguntó Shouto.

—Sí. Ella está bien... —Denki miró nuevamente hacia su hija— ¿Es muy linda, verdad?

Su voz sonó aguda y de repente ya no pudo contenerse más, volvió a llorar. Sus hombros se elevaban y descendían al ritmo de sus sollozos, su cara fue cubierta por sus manos que temblaban y su vista se quedó ciega ante las lágrimas.

Ese día de las personas que menos esperó fue de las que más apoyo recibió.

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Momo cerró los ojos cuando la suave brisa de la tarde acarició su rostro. Sentada cerca del balcón de su casa entre sus manos estaba el té que tomaba, la tarde era tranquila y silenciosa; Haruo hacía la tarea tranquilamente en su habitación mientras hablaba por videollamada con Tatsuki, el niño con el había hecho amistad aquella vez en el hospital.

Aunque ya había pasado alrededor de un mes desde ese trágico día la melancolía seguía en ella. Extrañaba ver las publicaciones de su amiga en sus redes sociales o cuando la llamaba para contarle sobre cómo su esposo se emocionaba por cualquier cosa que tuviera relación con su embarazo.

—Momo ¿Has tomado dinero de mi billetera?

Confundida giró a verse hacia su esposo para menear la cabeza en negación.

—¿No encuentras nada?

—Creí que tenía más —dice Shouto contando el dinero— Iré a preguntarle a Haruo.

Cuando me ames | TodomomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora