Capítulo 13

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Todoroki se despertó aturdido

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Todoroki se despertó aturdido. Le dolía tanto la cabeza que se sentía como si estuviera a punto de partirse. Moviendo su cuerpo levemente, se dio la vuelta sobre la cama para encontrarse con una barrera de almohadas. 

Ah. Pensó.

La noche anterior Momo seguía enojada e hizo esa barrera de almohadas para dividir la cama. No sabía de dónde había conseguido aquellas almohadas pero el hecho de que no pudo hacer más que su voluntad esa noche era irrefutable.

La luz del sol de la mañana se filtraba a través de esas tenues cortinas de satén rosadas. Su visión totalmente aclarada inspeccionó la habitación en busca de Momo, ella no estaba a su lado y al parecer no se había molestado en quitar las almohadas.

Despeinado se incorporó en la cama y pensó que debería disculparse con ella esa mañana. Las plantas de sus pies hicieron contacto con el frío suelo y con pasos lentos caminó hasta la cocina en busca de Momo.

—¡Buenos días señor mentita! —Haruo le saludó mientras desayunaba de su cereal. Todoroki sacudió una mano en respuesta, comenzaba a acostumbrarse a ser llamado así que no le sorprendería que si su hermano mayor se enterase de eso lo presentara en el bufete como mentita el abogado.

—¿Dónde está Momo? —preguntó somnoliento aún.

—Ella se fue temprano porque tenía una reunión con los maestros. Dijo que debía llevarme a la escuela y traerme también, que si no lo hacía el señor mentita iba a dormir en el suelo.

Ambos intercambiaron miradas en aquel silencio. Todoroki suspiró resignado, su esposa seguía molesta por lo visto.

—Dame 5 minutos, termina de desayunar —avisó, el niño asintió y siguió comiendo.

Al llegar a la escuela Haruo se aferró aún más a la mano de Todoroki, observando cómo los demás niños acompañados de sus padres entraban felizmente en grupos. Para su mala suerte Haruo aún no había hecho amigos.

—¿Qué pasa?

Haruo siempre pensó que este señor mentita tenía una voz simple y aburrida, sin embargo en momentos como ese donde se sentía intranquilo aquella voz era capaz de calmarlo e incluso la calidez que emanaba aquella gran mano que tomaba le hacía sentir que podía lograrlo todo.

—¿Cómo puedo hacer amigos?

—Siendo tú mismo.

Haruo suspiró mientras sonreía, él era realmente alguien directo y de pocas palabras.

—Vendré más tarde por ti.

Cuando me ames | TodomomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora