Capítulo 28

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No sabía que hacer al estar frente a esa puerta que ya conocía perfectamente hacia donde iba. Avanzar le daba miedo. Retroceder parecía tener un efecto peor.

No puedo hacerlo. Se dijo así misma, sintiéndose sola cuando le dijeron que la conversación con la señora debía ser privada y apartaron a Haruo de su lado. Si Shouto le hubiera acompañado –pero no fue así– aquello, el estar frente al salón del té, no se sentiría como si estuviese a punto de tomar un examen sumamente difícil e importante cuyo resultado definiría su vida. Pero ya estaba allí y debía seguir adelante.

Una de las criadas le indicó que pasara y al entrar el aroma del té de jazmín la rodeó por completo.

—¿Sabes cuál es la mejor parte de beber té de jazmín? —la voz elegante y suave de la señora Yaoyorozu se hizo escuchar a medida que Momo caminó hacia ella y se detuvo frente a la mesa. La taza no humeaba, el contenido de esta estaba evidentemente frío pero aún así era capaz de emitir un dulce olor que comenzaba a molestarle, o quizás los recuerdos que traía consigo el aroma le molestaban.

—Disfrutarlo mientras el té está caliente —respondió Momo con la mirada fija en su madre.

—Así es. Pero, al estar esperándote se ha enfriado... llegas tarde, Momo.

—Me disculpo, madre —Momo se inclinó levemente y acatando la invitación de su madre para tomar asiento siguió hablando— El tráfico es uno de los factores que crean contratiempos inesperados e indeseados.

—Veo que no puedo culparte por eso. Agradezco que hayas venido con tu... ¿hijo? Supongo —mencionó, no sabía cómo tomarse el hecho de que su hija haya tomado una decisión tan imprudente como adoptar a un niño salido de quien-sabe-dónde.

—Y yo agradezco su amabilidad al recibirnos.

—Al parecer tu esposo es invisible ya que no lo veo a tu lado.

Su madre sonrió ladina mientras una criada volvía a servirle té nuevamente, Momo observó inexpresiva la taza frente a ella.

—No tuvo la oportunidad de acompañarme. Es alguien... ocupado.

—Es una pena —respondió la anfitriona tomando un sorbo de té observando el inexpresivo rostro de Momo.— Pero bueno, se ve que te va de maravilla. La felicidad se refleja en tu rostro.

¿Por qué tenía que ser así?

—No creo que su invitación haya sido para burlarse de mí. Así que le pido que sea clara y concisa sobre lo que tiene que decirme.

No había soportado el hecho de haber enfadado a Shouto solo para escucharla burlarse de su lastimosa situación. Un situación que quería olvidar.

Cuando me ames | TodomomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora