Capítulo 21

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Todoroki Enji mordió la colilla de su cigarrillo, su mirada evaluaba a su hijo al otro lado de la sala quien lo miraba de una manera amarga y gélida

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Todoroki Enji mordió la colilla de su cigarrillo, su mirada evaluaba a su hijo al otro lado de la sala quien lo miraba de una manera amarga y gélida.

¿Es por esa simple mujer? Se preguntó, una sonrisa en la comisura de sus labios entre las bocanadas de humo de cigarrillo blanco apareció.

—Debiste casarte con alguien mejor, no con esa amiguita tuya —dijo mientras lo miraba fruncir el ceño— La familia Todoroki debe preservar su buen apellido y estatus. No dárselo a un mocoso ilegítimo que quién sabe de dónde salió.

—Lo que yo haga no es asunto tuyo —le respondió Shouto en un tono amargo, ya estaba cansado de que su padre se entrometiera en su vida— Ella es mi esposa y él es mi hijo.

—No seas estúpido —le reprochó alzando la voz, más humo blanco salió de aquella ruda boca— ¿Tú mujer? ¡Bah! Sé que sólo se juntaron para evitar que yo te comprometiera con alguien más —Enji sonrió cínicamente ante la tensión que emanaba su hijo menor. No era ningún estupido para no darse cuenta que su hijo había decidido evitar aquello jugando a la casita con esa mujer— Y el mocoso no tiene tu sangre ni la de ella. No es tu hijo.

El impacto del jarrón que tiró Shouto cayendo al suelo detuvo las palabras de su padre quien sólo se limitó a observar al chico enfurecido.

—Tarde o temprano lo entenderás. Que separarte de esa mujer es lo mejor para ti —Enji se puso en pie y dejó el cigarrillo en el cenicero— Eres igual de estúpido e ingenuo que tu madre... dejaré que sigas jugando a la familia con esa mujer y tu pequeño bastardo.

Con aquellas palabras Enji abandonó la sala dejando a Shouto con un sentimiento pesado en su corazón.

Salió de la residencia Todoroki, el día había avanzado y ya era tarde haciendo de la brisa más helada. Shouto llegó hasta su auto y entró, apoyándose en el volante tratando de no perder la calma por la mezcla de sentimientos que amenazaban con hacerle volver a la casa y golpear a su viejo.

—No estamos jugando —se dijo, quería convencerse de que así era— Nosotros solo... nos casamos...

Sin darse cuenta sintió algo húmedo resbalando sus congeladas mejillas. Todoroki tenía el dolor punzante en su pecho de ver que la realidad era esa, que simplemente se habían casado por un capricho de ambos.

Huyeron de un compromiso con alguien que no querían solo para casarse con alguien a quien tampoco amaban.

Al diablo con esto. Pasó un brazo por su cara para limpiar aquellas pequeñas lágrimas, sujetó con fuerza el volante y se miró en el espejo retrovisor. Se convenció de que todo estaría bien, porque quería a Momo y a su hijo.

No permitiría que pasaran por algo así de nuevo.

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Fuyumi y Natsuo se despidieron de Momo y el pequeño Haruo cuando vieron que ya estaba por anochecer. La de cabello oscuro les había agradecido por todo invitándolos a visitarlos cuando quisieran.

Tomó la mano de Haruo y salió de la cafetería donde habían pasado un buen momento, a diferencia de la visita a su suegro. Ella seguía herida; no era perfecta y lo sabía pero tampoco era la peor mujer. Aquél tipo, su suegro, tenía algo en contra de ella y no lograba hacerse una idea de qué era.

—¿Y papá mentita? —preguntó Haruo, las luces de los faroles en la calle comenzaron a encenderse.

—Debe seguir hablando con el abuelo, seguramente ya salió —Momo sacó su teléfono y le escribió un mensaje con su ubicación para que él pasara por ella y así regresaran a casa— Le he dicho donde estamos, ya vendrá pronto.

—Bueno —el niño asintió y se aferró más a ella.

Momo sintió que alguien le tocaba el hombro al darse cuenta de quién era sonrió.

—Que gusto saludarlo Shinsou-San ¿Cómo está?

Hitoshi sonrió levemente observando al pequeño niño que tomaba su mano.

—Estoy bien. Este debe ser tu hijo.

—Sí.

—Es un gusto, pequeño —Hitoshi le revolvió el cabello en saludo— ¿Qué haces por aquí?

Momo suspiró.

—No ha sido un buen día es todo.

—¿A caso tuviste un problema con Todoroki?

—No... bueno, algo así. Es mi suegro quien tuvo un mal carácter y dijo cosas que... —ella suspira triste— decidí llevarme a Haruo de allí para que Shouto hablara con él.

—¿Qué te dijo? —Shinsou se mostró molesto— Yaoyorozu ¿te insultó?

—Eso ya no importa —le asegura sonriendo tranquilamente.

—Claro que sí importa ¡es tu suegro! ¿Por qué te trataría así si eres la esposa de su hijo? —le confrontó— ¿Y qué hizo Todoroki, te defendió frente a su padre?

—Él no dijo nada pero-... —Momo vio que Shinsou estaba muy molesto. No tenía idea de que algo así le afectaría a tal grado— ¿Está bien Shinsou-San?

—Yaoyorozu —Hitoshi la tomó por los hombros haciendo que ella se asombrara— Si yo hubiera estado allí, créeme, yo no me habría quedado callado ¡Yo te habría defendido!

—Shinsou-San sé que se preocupa por mí ¿pero no cree que está exagerando? Shouto se quedó conversando con su padre, para aclarar todo —Momo sintió como Haruo le presionaba más la mano, en señal de que aquel hombre no le inspiraba confianza— No se preocupe ¿sí?

Hitoshi le soltó los hombros y sonriendo suspiró. Verla con esa mirada confundida, la nariz roja por el frío y ese hermoso cabello negro que se miraba brillante por la luz del farol que desde arriba los iluminaba.

—¿No tienes idea verdad Yaoyorozu?

Ella le miró confundida, no entendía qué significaba todo aquello ni porque Hitoshi la veía con esa mirada.

—Si pudiera explicarme podría entender —le respondió. Su corazón su detuvo cuando el chico le tomó la mano y la llevó hasta su pecho.

—Estoy enamorado de ti.

—¿Qué? —fue lo único que de sus labios salió.

—Quise olvidarme de ti, pasar la página y no pude. Sigo enamorado de ti.

Cuando me ames | TodomomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora