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— No.

— Sí.

— No.

— Sung...

— No quiero.

Felix suspiró, mirando a su amigo con seriedad.

— Sung, debes tomarte los medicamentos.

— Pero son asquerosos.— hizo una mueca.— Casi vomito del asco cuando me los tomé hace unas horas.

— Jisung, por dios, no tienes cinco años.— Felix le volvió a pasar las pastillas.— Entiende que te la debes tomar.

Entonces Jisung murmuró para sí, siendo escuchado por Felix.

— ¿Qué dijiste?— preguntó mientras le pasaba el vaso con agua.— Repítelo, que no te escuché.
— No dije nada.— tomó los medicamentos y se los metió en la boca.— Nada importante.— tomó agua y los tragó, haciendo una mueca al sentir el sabor de estos.

Felix le miró con una ceja alzada, claramente esperando una respuesta. Bajó la vista y comenzó a jugar con sus manos, algo nervioso.

— Dije que Minho me ofrecía chocolates cada vez que debía tomar medicamentos.— dijo no tan fuerte, pero lo suficiente para que Felix escuchara.— Chocolates de mis favoritos, de esos que traían relleno con sabor a frutas.

Jisung recordó las miles de veces que Minho le había comprado de esos chocolates porque se había tomado los medicamentos. Si bien parecía ser un método infantil, Jisung lograba conseguir sus chocolates y Minho conseguía que el menor mejorara.

Lo mismo hacía Jisung con Minho, solo que en vez de chocolates, él recibía besos cada vez que tomaba sus medicamentos.

Le dolió recordarlo.

— Lo siento.— se disculpó Felix.— No quería entristecerte más.— Tomó el vaso de agua y se levantó de la cama, caminando hasta la salida de la habitación.

Cuando salió y la puerta se cerró, Jisung se sintió cansado.

Cansado de sí mismo.

Como odiaba recordar a Minho siempre y no poder olvidarle, como odiaba deprimirse a sí mismo y recordar la infidelidad. Odiaba el daño que él mismo se hacía a cada momento recordando cosas o repitiendo acciones.

Se giró en la cama, encontrándose de cara con la pared. Todavía no se acostumbraba a girarse y chocar con el frío de la pared y no con el calor que le brindaba el cuerpo de Minho, no poder abrazarse a él y esconderse entre sus brazos, sintiéndose feliz.

¿Por qué Minho lo había engañado?

Habían pasado meses, y él seguía sin comprender.

¿Qué tenía Chan que hizo a Minho caer ante él?

¿Qué ocultaba Chan que hizo a Minho caer ante él?

Ocultar cosas.

Se sentó de golpe en la cama, sintiendo un poco de dolor de cabeza, pero no le importó.

Ocultar cosas.

Tomó su teléfono lo más rápido que pudo, revisando la galería de fotos en busca de unas en específico.

Oculta cosas.

Entonces encontró las fotografías que amaba buscando, y su corazón se detuvo.

Chan oculta cosas.

Las fotografías eran de un cuaderno que tenía Chan escondido en el fondo de su armario, y que Felix había encontrado y fotografiado antes de dejarlo en su lugar.

engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora