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La mayor fue la primera en despertar.

Se extrañó de no ver a Jisung a su lado, pero no lo llamó.

Revisó sus redes sociales y contestó correos, y por más que pasaba el tiempo Jisung no volvía.

Se levantó de la cama, teléfono en mano, y salió de la habitación en busca del menor.
Tocó la puerta del baño, pero no obtuvo respuesta.

Llegó al salón, y la imagen con la que se encontró la sorprendió.

Aprovechó que tenía su teléfono y fotografió el momento.

Minho abrazaba a Jisung y lo mantenía contra su pecho, el menor abrazaba al contrario, y tenían las piernas cruzadas.

Pasó por el lado intentando no hacer ruido, y fue a la cocina, pensando en prepararle el desayuno a los menores.

Mina cocinaba con una sonrisa en el rostro, imaginando el momento en que Jisung se acercó a dormir con Minho, y lo contento que estaría Minho al ver al menor.

Puso en práctica sus habilidades de cocina, y preparó un gran desayuno, como si fueran a celebrar algo en particular.

Cuando se sintió satisfecha con todo lo que hizo, salió de la cocina, y se dirigió hasta los menores.

- Minhonnie, Jisung, es hora de despertar.- los movió suavemente.- El desayuno estará listo.

- Cinco minutos más.- Jisung habló medio dormido.

- O unos diez.- Minho se acomodó de mejor manera.

- No sean flojos, si no se levantan me comeré todo el desayuno yo solita y ustedes lavarán los platos.

Ambos se removieron incómodos, pero sin alejarse del otro.

- ¿Es obligación despertar?

- Estoy cómodo aquí, no me quiero mover.
- Son unos flojos.- Mina se acercó, y comenzó a hacerles cosquillitas a ambos.

Al rato después, gracias a las cosquillas, Jisung y Minho se estaban despertando.

La mayor los dejó solos, y ambos se quedaron en silencio.

- ¿Dormiste bien?- preguntó Minho, intentando comenzar una conversación con un Jisung un poco adormilado.

- Si, bastante bien para haber dormido en un sofá.- lo miró.- Y tú, ¿te incomodé al dormir o algo?

- No, claro que no me incomodaste. Pero sí me sorprendiste, no pensé que querrías dormir conmigo.

- Yo tampoco lo pensaba, pero recuerdo que te vi y quise estar contigo, tampoco lo pensé mucho.- Jisung intentaba no avergonzarse.- Pero si me asusté un poco cuando desperté y no sabía donde estaba.

- Te desorientaste, es normal que te asustes.- el mayor le sonrió.- Además, no te gusta mucho estar en lugares que no conoces muy bien.

- Eso es verdad, al principio me costó sentirme cómodo en la casa de Changbin, pero con su simpatía y la presencia de Felix no fue tan difícil.

- Y Felix no te hubiera llevado a un mal lugar, tú más que nadie sabes lo mucho que él te cuida.

-Y yo también lo cuido, siempre ha sido así, desde que éramos niños, y es asombroso como nuestra amistad se ha mantenido a lo largo de los años...

Pero Minho ya no escuchaba.

Estaba demasiado concentrado admirando la belleza del rostro de Jisung.
Admirando el movimientos de sus labios al hablar,o sus ojos y el color de estos.

Se había desconectado de la tierra para conectarse con Jisung.

Minho se perdía en cada movimiento de Jisung, en las caras que ponía al hablar y la emoción que representaba.

Y Jisung se dio cuenta, y sintió sus mejillas arder al ver como Minho lo miraba con amor.

- No me estás escuchando.- empujó levemente al mayor, con una sonrisa.

- Claro que te estaba escuchando.- mintió Minho, también con una sonrisa.

- No mientas.- Jisung le dio un leve golpe mientras reía.- Me estabas ignorando.

- No te ignoraba, es solo que me concentré en tu belleza y me perdí en eso.

Las mejillas de Jisung se volvieron más rojas que antes.

Bajó la cabeza, intentando que Minho no lo viera.

- ¿Estás avergonzado?- preguntó el mayor con diversión.- Estás sonrojado, te ves muy tierno.

- No lo estoy.

- Tus mejillas no opinan igual.

Ambos rieron, mirándose a los ojos.

- Eres un ángel, Jisung.

- Ya lo sabía, pero gracias por recordármelo, mi ego necesita que le digan cosas así de vez en cuando.

Minho tocó la punta de la nariz de Jisung con su dedo, de forma cariñosa.

- Muy bien, señor egocéntrico.

- Estás loco, Minho.

- Loco por muchas cosas.

Y ambos se sonrieron, mirándose a los ojos.

- ¡¿Podrían apurarse? Muero de hambre!

La voz de Mina sonó desde la cocina, y ambos rieron.

- ¿Vamos?- Minho estiró su mano en dirección a Jisung.

- Vamos.- elmenor tomó la mano de Minho, y se levantó del sofá.

Las manos de ambos encajaban a la perfección.

Y eso era algo que siempre había sorprendido a Jisung.

Siempre le sorprendió como cada parte de él parecía encajar con Jisung.

La manera en la que sus mentes se entendían a la perfección, sin necesidad de palabras.

Como aquella tarde en el café, donde Minho le trajo un chocolate caliente, sin que él le hubiera mencionado que quería uno en ese momento.

Entonces comenzó a pensar, que quizás, él y Minho sí estaban destinados a estar juntos a través del hilo rojo.

O quizás se estaba aferrando a mentiras que creaba su cerebro.

¿Minho verdaderamente lo seguía queriendo?

Jisung recordaba haberle dicho a Minho que lo seguía amando, pero no recordaba que Minho le hubiera contestado aquello.

Quizás ya no lo quería y no se lo quería decir.

Pero no, él estaba seguro que Minho no le haría más daño.

O eso esperaba.

En el fondo de su corazón, seguía teniendo miedo de confiar plenamente en Minho y que todo se repitiera, que Minho lo volviera a engañar y él volviera a sufrir.

Después de todo, nadie le aseguraba que no volvería a pasar.

Porque si lo hizo una vez, puede volver a hacerlo perfectamente.

¿Minho sería capaz de volver a dañarlo de esa manera?

Su corazón le decía que no, sus pensamientos le decían que sí.

Ya no sabía que creer.

¿Por qué se complicaba tanto?

- Ahora tú me ignoras.- sacudió su cabeza, y observó a Minho, quién lo miraba atentamente.- Te quedaste quieto de pronto, y me ignorabas.

- Lo siento, estaba pensando muy profundo.

Minho rió, y se acercó lo suficiente como para abrazar a Jisung, y que su boca quedara junto al oído del menor.

- Te amo, y eso nadie lo va a cambiar.

Le sonrió, y se alejó, dejando a Jisung de pie, bastante confundido.

¿Verdaderamente Minho acababa de decirle eso?

engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora