— Entonces me llaman cuando lleguen a la casa de Seungmin.
Ambos chicos asintieron.
— Pero me llaman, porque si se les olvida me voy a preocupar.
— Lo tengo en mente, no se me olvidará.— Felix sacó su teléfono.— Y pondré una alarma para recordarlo, si eso te hace sentir más seguro.
Jisung se giró, revisando que estuvieran las maletas detrás de él.
No sabía qué hacer, le sudaban las manos, no se quedaba quieto, y además estaba muy nervioso.
Necesitaba un abrazo.
Felix se giró para verlo, y estiró sus brazos, sabiendo que Jisung quería un abrazo. Jisung lo abrazó de vuelta, casi escondiéndose en el pecho de Felix.
— Piensa que falta poco para ver a Seungmin y Hyunjin otra vez, llevamos más de un año sin vernos en persona.— Felix rió suavemente.— Ustedes nunca habían estado separados tanto tiempo, Seungmin y tú siempre estaban juntos.
— Así es, nunca nos habíamos separado por tanto tiempo.— Jisung se separó de Felix.— Tengo muchas ganas de verlo, y a Hyunjin también.
— Entonces andando, así llegamos antes.— ambos tomaron sus maletas y se giraron hacia Changbin, abrazándolo en forma de despedida.
— ¡Nos vemos en una semana!— gritó Changbin cuando los chicos estaban subiendo al taxi que los llevaría a la estación de metro.
— ¡Nos vemos!— gritaron de vuelta.
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—
Aquí es.
Ambos estaban de pie en frente a la casa de Seungmin y Hyunjin, con las maletas a sus lados.
— Es mucho más grande de lo que imaginé que sería.— Jisung observaba cada detalle de la casa.— ¿Para qué quieres estos dos tanto espacio?
— Supongo que pensaron en nosotros y compraron una casa con más habitaciones.— Felix se encogió de hombros.— Como sea, toquemos la puerta rápido, que comienza a hacer frío.
Avanzaron hasta la puerta, Jisung estiró su mano y tocó, bastante nervioso.
La puerta se abrió rápidamente y Seungmin se dejó ver, sonriendo apenas vio a las dos personas tras la puerta.
— ¡Hermano!— Jisung y él se abrazaron con fuerza, transmitiéndose todo el amor que se tenían.— Dios, te extrañé tanto tanto.
— Yo también necesitaba tanto verte.— Seungmin lo abrazó con más fuerza antes de soltarlo.
El mayor miró a Felix, quien le sonrió antes de acercarse también y abrazarse con él.
— ¡Felix, pequeño!— Felix rió ante el apodo.— También te extrañé mucho.
