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— ¿De verdad ocurrió eso?

Preguntó, bastante sorprendido, aunque no era el único. Los otros dos chicos también miraban con sorpresa a la pareja a través de la pantalla.

— Sí, ha pasado una hora desde eso más o menos.— Seungmin apoyó su mano en su mentón, pensativo.— O quizá haya pasado menos tiempo, no lo tengo muy claro.

— ¿Y por qué lo hizo?— preguntó Seungmin con curiosidad.—¿Tan mal se sintió después de todo?

— Al parecer.— respondió Hyunjin, mientras Seungmin comía.— Igual me dió pena, tiene que sentirse como una mierda, como el peor ser humano existente.

— Pero él no es así.— defendió Jisung.— Nunca había hecho algo como eso.

— Para que veas lo arrepentido que está y lo mal que quedó después de su encuentro.

—¿Sabes dónde está él ahora?— preguntó Felix, tomando su teléfono y revisando la hora.

— Quizás todavía está por allá, o camino a Seúl. No me dijo.— Hyunjin se encogió de hombros.— ¿Te dijo a tí dónde estaba, Seung?— el nombrado negó, aún con comida en la boca.

— Ya no sé qué pensar, es todo tan confuso.— Jisung acunó su cabeza en sus manos.— Una parte de mí dice algo y la otra dice lo contrario, ni yo sé qué quiero en realidad. Siento que me vuelvo loco.— Felix lo abrazó por los hombros, juntando sus cabezas.

— No te presiones, hermanito. Piensa con tranquilidad en lo que sientes.— Seungmin lo miraba atentamente.— Trata de ponerte en su situación justo ahora, o piensa en tu bienestar emocional, pero no te fuerces.

— Si estuviera allá contigo, te estaría abrazando fuertemente.— Hyunjin acarició la pantalla, como si su tacto pudiera llegar hasta Jisung.— No me gusta verte así, me dan ganas de ponerte en una cajita de cristal para que nadie te dañe.

— Digo lo mismo.— Seungmin tragó.— Ojalá pudiera controlarlo todo, les juro que retrocederá el tiempo y evitaría toda esta catástrofe.

— Igual por cambiar eso pasarían otras cosas, como el fin del mundo.— Changy se encogió de hombros.— En un juego lo vi, la chica intentaba salvar a su mejor amiga y retrocecía el tiempo siempre, al final creó una catástrofe en donde vivía.

— Suena interesante.— Felix asintió.— Luego me dices el nombre para buscarlo y jugarlo.— Changbin le sonrió a Felix y le revolvió el cabello con bastante cariño.

Jisung dudaba en preguntar, no sabía si la respuesta lo haría sentir mejor o peor, y después de un rato de lucha mental, se dividió a preguntar.

— ¿Se oía muy mal?— preguntó, llamando la atención de todos.— Sé sincero, por favor.

— ¿De verdad quieres saber?— Jisung asintió.— Lloraba demasiado, incluso le costaba respirar y se le quebraba la voz al hablar. Se trababa y decía sentirse mareado y con náuseas. Parecía que tenía un ataque de pánico mientras hablaba.

Entonces Jisung se preocupó, porque nunca antes le había pasado algo así a Minho.

— Lo intenté calmar, le dije que se sentara en algún lugar o le pidiera ayuda a alguien.— Hyunjin hizo una mueca.— Pero no sé si me hizo caso o no.

— ¿Y qué era lo que decía?

— Que se odiaba por haberte hecho sufrir, que quería disculparse contigo pero tú lo ignoraste, que era un ser miserable y que no merecía vivir. También dijo que nunca había sido su intención dañarte, solo que era demasiado cobarde como para hacer algo frente a Chan. Y que Chan lo culpaba de todo.

Una lágrima se deslizó por el rostro de Jisung, y en menos de dos segundos se encontraba llorando contra el pecho de Felix.

— No lo quería hacer sufrir así.— decía entre lágrimas.— Yo no sabía que se iba a poner tan mal, de verdad que no lo sabía. No fue mi intención.

— Sung, Sung, calma.— Felix le besó la cabeza.— Nadie sabía que esto iba a pasar, no te alteres.— lo abrazó con más fuerza.— No tienes la culpa de nada.

— Hermanito, no llores por favor.— Seungmin estaba a punto de llorar también.— Me duele verte así y no poder hacer nada.— Hyunjin abrazó a Seungmin, dejando que este llorara en su pecho.

— Lo siento, de verdad lo siento.— de disculpó.— Pero me siento culpable, le grité cosas feas y lo traté mal aún cuando el fue respetuoso conmigo.

— Ya pasó, Sung. Estabas nervioso y no sabías cómo reaccionar, pero ya pasó.— Felix seguía intentando calmarlo.

Changbin también lo abrazaba, y le acariciaba la cabeza, buscando calmar su llanto.

— Si los dos siguen llorando me harán llorar a mí, y si yo lloro todos lloran.— Hyunjin intentó alegrar la conversación.— Y nadie me quiere ver llorar, ¿cierto?

Seungmin negó, y rápidamente se separó de su pecho mientras secaba sus lágrimas. Jisung también se separó de los chicos, secando sus lágrimas con un pañuelo que tenía en su bolsillo.

Se quedaron unos segundos en silencio, tratando de calmarse y volver a como estaban antes.

— Bien, ¿qué tal si jugamos una partida? Eso les subirá el ánimo a todos.— propuso Changbin.— O podemos jugar otro videojuego, el que quieras.

— Jueguen ustedes, yo no tengo ánimo.— Jisung se levantó de la silla.— Iré a lavarme la cara y regreso, por favor no corten la llamada.

— Está bien, aquí te esperaremos.— Hyunjin le sonrió de forma tranquilizadora.

Jisung se alejó del salón y caminó por el pasillo, llegando al baño. Entró y cerró con seguro la puerta, evitando que alguien la abriera.

Se apoyó en el lavabo y se miró al espejo, viendo el aspecto deplorable que tenía. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar, la nariz y el rostro rojo, los labios hinchados y con heridas por las mordidas que se había hecho.

Era un desastre.

Abrió el grifo y mojó su cara, como si intentara limpiar sus heridas. Fue cuidadoso con sus ojos, pero no con el resto de su cara. Abrió el mueble del costado y sacó la toalla que tenía para limpiarse la cara, pero al tomarla algo cayó y golpeó contra el piso.

La cuchilla.

Dejó la toalla en su posición y se arrodilló, tomando con extremo cuidado la pequeña cuchilla. Todavía tenía una pequeña mancha de sangre, casi minúscula, pero ahí estaba recordando el dolor.

Entonces, temblando de miedo, fue acercado la cuchilla a su muñeca en un movimiento inseguro.

¿De verdad quería hacer eso?

Y llegó, la cuchilla y su muñeca estaban separadas por un centímetro de distancia, era un solo movimiento más y se estaría cortando. En un movimiento más se estaría librando del dolor emocional por unos minutos.

Pero no lo hizo.

Bajó la cabeza y alejó la cuchilla, tirándola en el basurero. Había prometido no volver a cortarse, y lo cumpliría cueste lo que cueste.

— ¿Jisung?— la voz de Felix sonó por la puerta.— ¿Jisung? ¿Por qué no abres? Dijiste que te lavadoras la cara, ¿por qué está cerrado con seguro?

Se levantó rápidamente y tiró la cadena del inodoro, quitando después el seguro de la puerta y abriendo la llave, lavando sus manos mientras Felix abría la puerta.

— Lo siento.— dijo.— quise hacer mis necesidades y cerré la puerta por eso, nada más.

— Apresúrate, la pizza ya llegó y Changbin te está esperando para comer.— Jisung cerró la llave y sacudió sus manos, secándolas al aire.

Ambos salieron del baño, caminando nuevamente al salón, volviendo a la videollamada y a comer pizza.

Como si nada hubiera estado a punto de pasar.

engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora