Abrió la puerta con rapidez, no soportando más su cuerpo.
La horda de personas pasaron por su lado, tirándose a los sofás o acostándose en el suelo.
Cerró la puerta y se acercó a ellos, sentándose en el suelo.
— Mi espalda duele demasiado.— Felix se recostó en el sofá.— Fueron demasiadas atracciones para mi.
— Yo estoy un poco mareado, subirse tres veces seguidas a la montaña rusa no fue buena idea.— Jisung recostaba su cabeza en el hombro de Minho, y este lo mantenía abrazado por la cintura.
— Y yo no te debí hacer caso.— Seungmin se lamentó.— Mi cabeza duele horrores, mi pierna duele al igual que mi brazo.
— Pero fue divertido.— Hyunjin rió.— Hace tiempo no me divertía tanto con ustedes, me sentí como un niño pequeño nuevamente, fue genial.
— Todos nos divertimos, eso es lo mejor. Fue una buena celebración de cumpleaños, mucho mejor que cualquier otra que he tenido.
El menor sonrió, sintiéndose feliz.
La idea de compartir con sus amigos era asombroso, pero si además era para celebrar su cumpleaños la situación se volvía el doble de asombroso y maravilloso.
Habían pasado toda la tarde en el parque de atracciones, se habían subido a absolutamente todas las atracciones disponibles en el lugar, incluso en algunas se subieron repetidas veces, como la montaña rusa o la casa del terror.
Jisung se había asustado bastantes veces en la casa del terror, pero había vuelto a entrar, esta vez junto a Minho, solamente con el interés de asustar a su novio muchas veces y reír a carcajadas por ese hecho.
Lo había grabado incluso, tenía un largo vídeo del recorrido de Minho por esa casa, donde se veía y se escuchaban sus gritos de terror, incluso mostraba las veces en que el mayor abrazaba a Jisung buscando algo de protección y seguridad contra los asquerosos monstruos que lo asustaban.
Minho al principio se había resistido a entrar, pero aceptó cuando Jisung le mostró un puchero y se entristeció. Se arrepentía en cada paso que daba en la fila, mientras el puchero de Jisung fue reemplazado por una sonrisa enorme.
A lo largo del día, los chicos comenzaron a hablar más con Chan, incluirlo en las conversaciones y bromear con él, aunque no se sentía el mismo ambiente familiar que antes se sentía.
Pero Jisung se mantenía feliz al ver que todos sus amigos volvían a hablar y no se ignoraban.
Podía sonar incluso un poco infantil, algo inocente y tierno, pero Jisung quería que todos volvieran a llevarse bien, y dejaran en el pasado los malos entendidos que habían ocurrido, al igual que las situaciones malas y dolorosas.
Jisung quería lo mejor para todos, sin importar si alguna persona lo dañaba, él siempre deseaba lo mejor, aunque gritara y maldiciera con todo su corazón a esa persona.
Todos comenzaron a hablar, a la vez que hacían otras cosas.
Minho acariciaba la cintura de Jisung, Changbin masajeaba la espalda de Felix y Chan masajeaba sus piernas.
— Pero Minho se comportó como un anciano.— Jisung rió.— No te subiste casi a ninguna atracción, solo subiste a aquellas que no tenían advertencias. Sin contar la casa del terror, porque a esa si entraste.
— Es que no me gustan mucho esos lugares.— respondió.— Pero igual disfruté del día, y todos también.
Minho sonrió, ocultando la verdad.
La verdad estaba atrapada en su garganta, pero de su boca salían mentiras. Así que otra vez más lo prefirió ocultar. La felicidad de Jisung era lo primordial para él.
Ver aquella sonrisa en el rostro de su pequeño novio era lo único que necesitaba para vivir, nada más que él y su alegre presencia alrededor de él. Las palabras felices y sus muestras de amor era lo único que Minho anhelaba ver por el resto de su vida.
— Bien, ¿ahora qué haremos?— la voz de Felix se escuchó, apagando el silencio de la sala.— ¿Ver una película o jugar algún vídeo juego?
— Yo me debo ir.— Chan se levantó del sofá.— Prometí que llegaría temprano a casa, y sale un tren en cuarenta y cinco minutos.— rascó su nuca, mirando a todos los chicos en la sala junto a él.
— Oh.— Jisung hizo una mueca.— Te acompaño a la puerta.— se separó de Minho, y se levantó del suelo.
— Gracias.
Ambos avanzaron hacia la puerta, en completo silencio.
Chan le sonrió, y tocó el brazo de Jisung.
— Espero que te guste el regalo.— habló.— Lo elegí con cuidado, y sé que te gustan esas cosas.
Se despidieron con un abrazo, y Chan desapareció por el ascensor cuando las puertas se cerraron.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Minho se lanzó a la cama, al costado de Jisung.
— Estoy agotado.— acomodó su cabeza en la almohada.— Necesito dormir por mucho tiempo.
— Yo también, muchas emociones por un solo día.— se acercó a Minho, y se acomodó al lado del mayor.
— ¿Disfrutaste de tu cumpleaños, bebito?
— Si, fue divertido. Sobre todo cuando Changbin casi vomita al bajar de la montaña rusa después de haberse subido por tercera vez junto a mi.— rió.— Y aún no supero lo tierno que se veía Felix comiendo algodón de azúcar, por suerte pude fotografiar el momento, ahora lo molestaré siempre con esa imagen.
— Se veía adorable, hay que admitirlo.— Minho asintió.— Creo que Seungmin lo grabó, le pediré el vídeo luego por si lo tiene.
— Es un buen recuerdo.— sonrió — Y tú, ¿disfrutaste el día, o te aburriste?
— Lo disfruté, claramente. Verte feliz y disfrutando me mantiene alegre, tú felicidad es lo más importante para mi, así que si tú estás feliz yo también soy feliz junto a ti.
Ambos se abrazaron, bastante felices.
Pero entonces Minho se quejó, moviendo su hombro izquierdo con cuidado.
— ¿Estás bien?— preguntó el menor, con clara preocupación.
— Sí, solo tengo un pequeño dolor, pero nada grave.— respondió junto a una sonrisa para tranquilizar a Jisung. — Iré a buscar algo para el dolor, tú quédate aquí.— Jisung lo besó, y posteriormente se levantó de la cama, desapareciendo por la puerta de la habitación.
Minho suspiró, y toda su alegría cayó.
No podía esconderlo por siempre.
En algún momento todo saldría a la luz.
Pero Minho no quería luchar más, quería disfrutar de su vida junto a Jisung.