Mini capitulo:

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En los vestuarios...

Eri estaba frente a su casillero, doblando su traje de manera que no quedara arrugado; una tarea bastante complicada ya que la capa era muy larga. Pero no se arrepentía, su traje representaba a las dos personas que mas admiraba; Izuku y Mirio. Le hubiera gustado poner detalles del traje del Señor Aizawa pero creyó que el negro arruinaría la armonía de colores. Mientras estaba cumpliendo con la tarea vio por el rabillo del ojo a Mizu y tanto su mandíbula como sus ojos se abrieron de par en par. Llevaba una toalla celeste pálido que cubría a duras penas sus voluminosos pechos. Estaba hablando entre risas con Mars y otras dos chicas, todas ellas lindas curvas. Eri se ruborizo y miro rápidamente su pecho, desde su clavícula hasta su estomago era una camino sin elevaciones. Suspiro decepcionada.

-¡Eres muy buena en combate! -Admiró Hoshi con una animada sonrisa. -Me encanto cuando hiciste Bum, Bam, Smash.

Hoshi procedió a hacer una serie de torpes movimientos con los brazos, tratando de imitar un combate ficticio.

Debo de admitir que no debía un combate tan intenso desde hacía años! -Gritó una chica e largo cabello rojo, que con una risa en su rostro. -Soy Asuna Porcel, iba a entrar más tarde, tal vez te interese.

-¡Campeona atacaste como una! ...No era así, espera...Ehh, me llamó Juro-Saludo una chica, que titubeo bastante al darse cuenta que había dicho todo en un orden incorrecto.

La forma en la que ese grupo hablaba, y en especial en como se desenvolvía Mizu, ponía de manifiesto que pronto podrían formar un grupo de amigas. Eri nunca había sido muy sociable, le gustaba estar tranquila y pensar sobre lo ocurrido, pero cuando uno ve a un grupo de gente hablando y uno esta solo comienza a reflexionar. Al sentir que como el fantasma de los celos acariciaba sus pensamientos, se dio cuenta en que no le gustaba nada ese sentimiento, así que decidió concentrar su atención en terminar de vestirse.

Aunque Eri notó que no era la única que estaba sola. Una toalla flotante bajaba por los pasillos de los vestidores, supuso que su dueña debía de tener algún Quirk invisible. Una chica estaba sentada en un banco lejano, a simple vista parecía hablar sola pero si uno se fijaba bien se daría cuenta que su "cabello" era en realidad una maraña de centenas de serpientes que se movían independientemente; la chica parecía estar entablando una cariñosa conversación con una cobra.

Eri estaba en una fuente. Estaba allí incluso antes de la primera vez que hubiera llegado a la UA y cuando estaba explorando la institución en sus primeros veces la encontró. Fue un lugar de calma en aquellos momentos de tanta oscuridad, el recate por parte de Mirio y Izuku había ocurrido hacía poco, luego la repentina desaparición de Deku y Aizawa tras el escape de los villanos de la cárcel y finalmente la terrible Gran Batalla de la UA, que arrasó con un cuarto del colegio y acabo con la vida de doscientos civiles y estudiantes. Todo aquellos en un plazo de pocos meses. Mientras el mundo se desmoronaba a su alrededor, Eri iba a esta fuente; algunas veces lloraba desconsolada, otras gritaba hasta quedarse sin voz, o solo que quedaba en un triste silencio, pero solía usarla como espacio de meditación.

El gorgoteo del agua, el canto de los pájaros y el silbido de los arboles cercanos eran un reconfortante que siempre funcionaba. En estos momentos pensaba en su derrota por parte de Mizu. Ella era una chica habilidosa, con un buen Quirk tanto para la ofensiva como para la defensiva, y con increíbles dotes para su edad ¿De que debía sentir envidia? No. Mientras mas lo pensaba mas se desanimada. Ya habría momentos de demostrar su eficiencia. Ya mas calmada, miro a hora en su teléfono y se alarmo, llegaría tarde si no se apresuraba.

Kota se encontró con nuevas clases que nunca habría imaginado, pero que tras pensarlo un segundo tenía sentido que un aspirante a héroe aprendiera.

Nueva Generación: Héroes Del FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora