75 - Mercurio retrógrado

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Después de la segunda prueba, las clases continuaron con monotonía junto a las asignaciones o trabajos extras de cada curso, matándonos todavía aún más al sentir ya más cerca que antes los TIMO's, y eso que apenas estábamos en marzo, solamente faltaban tres meses para realizarlos y ya estaba sudando como loca y comiéndome las uñas, el estrés era tremendo por lo que cuando los cuatro nos vimos con algo de más libertad que anteriormente, tomamos la siguiente salida a Hogsmeade para poder distraernos y respirar decentemente, ya no hacía frío, solamente pegaba una brisa fresca propia del cambio de estación, ya habíamos entrado totalmente en la primavera por lo que en todo Hogwarts habían flores, el césped desprendía un olor con más fuerza así como que se veía de un color verde más intenso y el sauce boxeador se observaba con más vida, todo se encontraba de maravilla, relativamente hablando, tanto fue así, que hasta el papá de Orión le escribió preguntándole que si podían encontrarse. Todo iba bien, todo iba perfecto y era hermoso hasta que, la misma semana en que era la salida, la profesora Trelawney comentó que esa noche Mercurio retrógrado haría su aparición, haciendo que todo se fuera al tártaro y mostrándole a las personas que este podía hacer que realizaran conductas anormales, poco convencionales e inclusive le dijo a una de las chicas de Ravenclaw que ni se le ocurriera hablarle de nuevo a su expareja, que fuera fuerte y lo superara ya que a ella le afectaría muchísimo más el fenómeno astrológico que a los demás.

Al inicio me había negado en creerle a la profesora, ¡Vamos que no era para tanto! Sin embargo, con forme continuaba pasando la semana me puse a llorar por no tomarle en serio su advertencia, los profesores que habían prometido darnos un respiro entre trabajos nos habían mandado dos trabajos más, mientras que con los que había entregas para la siguiente semana decidieron adelantarla un par de días para poder dejarnos otros trabajos. Durante casi que la mayor parte de la siguiente clase de adivinación, la profesora se dispuso a consolarnos por los estragos que Mercurio había causado, así como tambien todos le ayudábamos a la chica de Ravenclaw para que superara a su ex, ya que había caído en la trampa del planeta y había decidido hablarle, en fin, la peor semana de mi vida, Mercurio retrógrado, te odio. Eso y que el clima cambió por completo, trayendo consigo fuertes ventiscas.

No fue hasta casi a mediados de abril que enserio pudimos dormir las ocho horas que normalmente dormían todos los estudiantes del castillo, esto como regalo por las vacaciones de pascuas. Al tener –relativamente– más tiempo, Hermione lo aprovechó para poder sacarme algo de información sobre el castillo y algunos pasadizos de este, al mismo tiempo que me cuestionaba sobre si padrino había –de pura casualidad– extendido una invitación al público fuera de Hogwarts, específicamente a los y las periodistas como del profeta y así, lo que me había dado curiosidad.

– Se supone que los únicos presentes en las pruebas son el tribunal, los ayudantes y los colegios – decía mientras escribía en un pergamino los ingredientes para preparar el antídoto contra todos los venenos comunes, sí, muy fácil – nadie más podía estar presente, y lo sabes, pero si quieres le puedo preguntar a padrino – dije volteando a verla. Ella me miró y sonrió muy en grande mientras continuaba leyendo su libro sobre maleficios que había sacado segundos antes de verme sentarme en una mesa de la biblioteca sola. Los chicos estaban en clases así que había aprovechado para adelantar mis trabajos.

–No me digas que el profesor Moddy les pidió que hicieran una tarea sobre hechizos.

Al instante Hermione me volteó a ver y se sonrojó.

– Es para Harry, Ron y yo lo estamos ayudando para la siguiente prueba.

Asentí al escucharla.

– Creo que esta prueba será casi que pan comido para Harry – dije, ella me volteó a ver sonriente y luego se me acercó un poco para susurrar.

La señorita Mcgonagall no es perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora