64- Una clase normal, común, corriente y silvestre de toda la vida

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Al siguiente día, teníamos dos horas de pociones en los primeros  bloques, ¡Excelente! No había mayor felicidad que empezar con una buena clase de pociones que preparar algo que en mi narggle vida he siquiera escuchada o visto, yey, no, no me malinterpreten, se los juro, todo estaba excelente, Severus tenía su típica faceta de "soy mejor que tu hipogrifo" los chicos de Hufflepuf, con quienes compartíamos la clase, evitaban mirar al profesor lo más que pudieran, recordando claro, el incidente de hace un año con dos chicas tejonas que regaron un poco de su mal hecha poción en el pelo del mencionado, por lo que a diestra y siniestra este comenzó a bajarle puntos a todos los chicos en su momento, y después de ese accidente, que debo mencionar, no tengo idea como esa poción cayó en su pelo, se los juro, nadie quiere repetir la purgación de puntos que sucedió en ese gran y macabro día, por lo que el salón estaba en completo silencio, inclusive cuando Severus salió del salón para hacer un mandado, todo se quedó en silencio, jajaja me daba gracia pensar que muchos creían que él tenía oídos y ojos en todas partes.

¡Ah si! Prosigo, en fin, una clase normal, común, corriente y silvestre de toda la vida, no podía ser más normal hasta que a Megan, ¿se recuerdan de Megan? ¿Sí? ¿No? ¿La única compañera de cuarto normal que tengo? ¿Ahora si? Perfecto, bueno, volviendo por donde estaba, todo era normal, hasta que a Megan y a sus amigas se le ocurrió tapar su caldero, ponerle una tapa para ser más precisa, lo cual provocó que este explotara, y como consecuencia, nos callera a todos una sustancia viscosa y marrón encima, el lugar se sumió en silencio por mucho tiempo, y no fue así hasta que las puertas se abrieron de golpe y un Severus muy malhumorado entró, debo confesar, inclusive yo me asusté al ver su cara desfigurarse, por lo que lentamente me desplacé hasta Jake y tomé su mano, él enredó sus dedos con los míos y apretó mi mano, luego, Snape bajó 50 puntos a ambas casas, ojo, y todavía ni si quiera habíamos ganado, por lo que eso fue como un -50 para Gryffindor y Hufflepuf. Ni si quiera el progreso de mi poción hizo  que pudiéramos aun que sea tener un -40 o una cosa así, el profesor mandó a todos a la enfermería y a Megan y a sus amigas las castigó con la limpieza del salón inmediata, ya que él debía dar clases por la tarde, me sentí un poco mal por ellas, pero después recordé lo malas que habían sido con migo y se me pasó JAJAJA, no no, enserio, si me sentí mal, un poquito, aunque sea, prosigo, el resto de la mañana la pasé tranquila, solo teníamos pociones hoy, por lo que podía tirármela de vaga junto a los chicos un buen rato, y eso fue lo que hicimos, después de pasar los pasillos y subir escaleras nos dirigimos hacia la sala común y luego fuimos directo a su habitación, en el camino, nos encontramos a Crazy y a la bola peluda de Miles, y yo, como loca amante de los animalitos, lo agarré mientras jugaba con Crazy y me lo apapaché todo, cuando llegamos a su habitación, me tiré en la cama de Jake junto a las dos bolas de pelos

— ¿ya tiene nombre? – dije viendo a Miles

— sí – sonrió – se llama Urano – todos lo volteamos a ver sin entender

— ¿cómo el planeta? – pregunté extrañada viendo como el pequeño gatito iba hacia su dueño, este soltó una risita mientras se agachaba para acariciar al gatito lindo

— como el Dios – levantó su cabeza y sus ojos brillaron al decir lo último con una sonrisa, todos entendimos y luego nos reímos, lo que restó del día nos la pasamos casi que solo encerrados, jugamos naipes explosivos, ajedrez mágico y gobstones, pasamos tiempo de calidad con nuestras mascotas y un par de horas antes de ir a cenar, nos pusimos a chismear

— haber, haber, haber, explícate mejor – decía Orión exaltado mientras movía las manos por encima de él – lo que nos estás queriendo decir es que ¿ya le hablaste? – terminó con los ojos muy abiertos y con una cara de incredulidad total, a tal escena, solamente pude tirarme a reír al piso

— algo así – decía un Miles sonrojado, awww, que ternurita – estábamos a la par en la estación y yo... bueno, yo, yo choqué con ella, ¡Fue sin querer verdad! Y luego ella me dijo que no había problema, intenté hacerle otra pregunta, pero cuando me di cuenta ya se estaba yendo con su papá, y mis padres me estaban llamando entonces me fui, y no la vi hasta ayer en el gran comedor

La señorita Mcgonagall no es perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora