70- El Baile de Navidad

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– El baile de Navidad – decía mamá a todos los gryffindors que nos encontrábamos en el Gran Comedor mientras Filch acomodaba el instrumento que nos daría la melodía, a su derecha estábamos las chicas y a su izquierda los chicos; yo por otra parte, estaba sentada en línea recta a Jake, Orion y Miles estaban a su izquierda mientras que Harry y Ron a su derecha, Scarlett estaba a mi derecha y Herms a mi izquierda – ha sido una tradición del Torneo de los Tres Magos desde que se estableció, la víspera de navidad junto con nuestros invitados nos reunimos en el gran salón para una noche de recatada frivolidad – mientras mamá hablaba Jake y Orión aprovechaban algún momento en el que ella no los viera para hacerme alguna mueca, los odiaba en esos momentos, si bien mamá no los veía, a mí sí me estaba viendo o por lo menos sus ojos podían ver el movimiento de este lado del salón, por lo que tuve que morderme la lengua y los labios para evitar dejar salir esa estruendosa risa que tanto quería, tambien hubo varios momentos en los que llegué a sentir el pellizco de Scarlett, mi griego favorito por otra parte estuvo muy atento a todo lo que mamá decía – como representantes del colegio sede espero que todos y cada uno de ustedes se esfuerce por dar un buen paso. Y lo digo literalmente porque el baile de navidad es eso justamente, un baile – inmediatamente dijo eso me voltee a Hermione fascinada

– ¡bailaremos toda la noche! – solté toda emocionada

– y nos arreglaremos – dijo esta, ambas chillamos de emoción igual que las demás chicas lo estaban haciendo mientras que del otro lado del salón pude escuchar como hablaban tambien entre ellos

– ¡Silencio! – demandó mamá con voz autoritaria, al instante todo quedó en silencio y cada uno de los presentes se fue acomodando en su asiento a como estaba antes

– pobre de ti – escuché que Scarlett susurraba a mi costado, yo solo suspiré y asentí viéndola

– la casa de Godric Gryffindor ha tenido el respeto del mundo mágico por casi diez siglos, y no permitiré que en una noche manchen ese nombre por comportarse como un montón de brutos barbajanes – terminó mamá con voz clara – bailar – decía ahora con una tonalidad algo inspiradora – es dejar que el cuerpo respire, dentro de cada chica duerme un delicado cisne anhelando emerger y retomar el vuelo – decía ella viéndonos a las chicas con una sonrisa, por unos segundos posó sus ojos en mí y yo le sonreí – y dentro de cada chico – dijo ahora volteándose a verlos a ellos – hay un león preparado para saltar, Sr. Weasley – dijo dirigiéndose a Ron

– si – dijo Ron de una manera muy dudosa, yo me mordí el labio y así evitar reírme al escucharlo tan acobardado – coloque su mano en mi cintura – decía mamá mientras este se avergonzaba y su cara se ponía más blanca que de costumbre, a mis costados pude escuchar murmullos de las demás chicas gryffindors resaltando la poca habilidad del pequeño (ya no tan pequeño) pelirrojo que tenía por amigo. Al fondo del salón podía observar a Harry y a los gemelos burlarse del pobre y cuando mamá y este terminaron de bailar, fue el turno de que los alumnos bailáramos, a mis costados todas las chicas se pusieron en pie mientras los chicos se quedaban algo avergonzados sentados, y fue ahí cuando en mi cerebro algo hizo click haciendo que mis manos comenzaron a temblar y mi corazón a palpitar con fuerza, mis ojos volaron a los de Jake, el cual era codeado sutilmente (nótese la ironía) por Orión mientras Miles trataba de inclinarse sin llamar la atención, a un costado de Harry hubo movimiento por lo que mis ojos volaron hacia esa dirección para apreciar como Neville se levantaba y caminaba decidido hacia nuestra dirección, sonreí, miré a mamá quien cuando dejó de observar complacida al chico me hizo señas para que me le levantara, asentí sonriendo levemente. Cuando estuve sobre mis talones codee suavemente el brazo de Herms, ella volteo su cabeza en mi dirección y nos sonreímos, luego puse mi vista al frente y noté cómo alguno de los gemelos Weasley hablaba con Harry y Ron, mientras el otro veía hacia el frente, ¿estaba viéndome a mí, a alguna de mis compañeras de cuarto o a las chicas detrás mío? No podía saberlo y nunca lo supe ya que un chico castaño claro, con una sonrisa y unos lindos ojos oscuros se estaba acercando en mi dirección, a ambos costados las chicas me codearon por lo que volteé a verlas, ¿mi sorpresa? Tanto Hermione como Scarlett tenían sonrisas cómplices en sus rostros, me sonroje, sin embargo no pude reprochar ni nada porque Jake ya se encontraba al frente mío

La señorita Mcgonagall no es perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora